buscando la verdad 1/2

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- ¡Me engañaste!, eres un mentiroso y un tramposo - dije cruzándome de brazos.- Tú eres la causante de todo, me vuelves loco, no podía esperar hasta la noche para tenerte entre mis brazos.- ¿En serio? - pregunté un tanto sonrojada.- Por supuesto, no sé qué me pasa cuando estoy contigo que pierdo el control, eres un peligro (Tn) _____, nublas mi mente y no me permites ver las cosas con claridad.- Quizá debas remitirme a las autoridades - respondí jugando.- Eso haré, pero tu condena será estar encerrada en un cuarto conmigo, sin oportunidad de fianza ni de apelación.- Eso sí me da miedo - exclamé y me abracé a mí misma.- Debería, en serio, ya no sé qué otra locura podría cometer, eres una hermosa tentación andante.- Definitivamente deberían encerrarme, en una torre alta sin accesos.- Y yo iría a rescatarte - dio la vuelta en la siguiente esquina - ya no puedo imaginar mi vida sin ti, definitivamente me hechizaste.Mi corazón se disparó ante esas palabras y ya no supe que más decirle, coloqué mi mano encima de la suya, sobre la palanca de velocidades y él me sonrió, en un semáforo en rojo se acercó y me besó dulcemente. Seguimos el trayecto en silencio, yo quería preguntarle tantas cosas, pero no sabía cómo, no quería arruinar el momento, parecía mágico. Llegamos a la casa, James metió el auto a la cochera, me ayudó a bajar y me dio un beso en los labios, yo lo miré asustada.- ¡James!, pueden vernos.- Tranquila, todavía siguen viendo el partido - respondió y volvió a besarme, pero después de unos segundos lo separé.- Basta, no es bueno tentar a la suerte.Me sonrió y luego bajó las bolsas de la cajuela, caminamos a la cocina y dejamos todo ahí, en efecto, Malese y Carlos seguían viendo el partido. Él me preguntó por las cervezas y le dije que se nos olvidaron, sólo esperaba que no notaran que nos tardamos más de la cuenta, pero al verlos tan emocionados siguiendo el partido descubrí que no habían sentido el tiempo pasar.Subí a darme una ducha y cuando bajé ya había terminado el partido. Malese y James estaban en la cocina y no pude evitar sentir celos de esa escena, pero cuando él se dio cuenta de mi presencia me guiñó un ojo y se me aceleró el corazón, olvidando la molestia. Carlos estaba afuera de la casa, hablando por celular otra vez, así que me puse a preparar el flan.Era una situación tan extraña, James partía las lechugas mientras Malese preparaba la pasta y yo estaba poniendo los ingredientes en el molde, entonces extrañamente, noté que la actitud de ella estaba un poco diferente, no estaba tan efusiva con James y por primera vez escuché que lo llamó por su nombre en lugar de decirle "baby", que por cierto, odiaba que le dijera así.Carlos entró finalmente y también se puso a ayudarnos, puso el vino en el refrigerador y comenzó a separar las uvas de los racimos. Parecíamos cuatro buenos amigos de toda la vida compartiendo un agradable momento culinario, incluso las cosas entre James y Carlos estaban más relajadas, se habían olvidado del acalorado partido de ping pong y, como mi novio estaba distante conmigo, James se estaba comportando tranquilamente. Como a las seis estaba lista la cena, Malese y yo pusimos la mesa y después nos sentamos los cuatro a comer mientras seguíamos platicando.- ¿Por qué no mezclas los alimentos (Tn) _____?, de todas maneras se mezclan en el estómago - preguntó Malese divertida.- No sé, es una manía que tengo desde niña, creo que fue a raíz de una vez que me enfermé del estómago.- Que curioso, nunca había conocido a alguien así y yo que pensaba que era rara.- Creo que todos tenemos alguna manía, la de Carlos es hablar por teléfono.- Cariño, no es algo que disfrute mucho, créeme, es sólo por el trabajo.-Yo también trabajo mucho Carlos, pero no soy esclavo del teléfono - dijo James serio mientras lo fulminaba con la mirada porque me había agarrado la mano, pero yo la retiré suavemente para que él no notara nada extraño.El comentario de James aunado a la plática que yo había escuchado en la mañana y al volver a verlo hablando por celular, me llevaron a la conclusión de que Carlos escondía algo, quizá no era una amante, pero había algo raro en su vida que no quería que yo supiera y lo analicé con la mirada unos segundos tratando de descubrir que era lo que me escondía.Después que terminamos de cenar vimos una película de acción y luego jugamos Jenga. Hubo un momento en el que entré a la cocina por un vaso de jugo y James entró tras de mí.- Por favor, quédate esta noche conmigo, es la última que estaremos aquí, el lunes viajo muy temprano a Londres a ver lo de un nuevo hotel y regresaré días antes de la boda de Ali - me pidió parándose frente a mí con cara de gorrión herido.- Pero James, ¿cómo me pides eso?, ¿qué quieres que le diga a Carlos?- No sé, ármale un pleito y le dices que te dormirás en la otra recámara, por favor - suplicó no sólo con palabras sino también son su mirada.- No sé James... me pones en un predicamento.- No es mayor al que tú me pones, (Tn) _____, no vamos a vernos como en mes y medio, regálame esta noche, por favor - insistió tomando la punta de mis dedos.- Mira, hagamos esto, subiré y cuando esté dormido me escapo, Carlos tiene el sueño muy pesado y seguro no se dará cuenta.- Está bien - aceptó con una gran sonrisa mientras acariciaba mis dedos.- Chicos me voy a dormir - anunció Malese entrando a la cocina y separamos abruptamente las manos mientras la mirábamos asustados.- Hasta mañana niña, que tengas dulces sueños - dijo James cariñosamente y yo lo miré seria y salí de la cocina después de despedirme de ella.Carlos estaba sentado en el sillón cambiando de canal en canal. Malese pasó, se despidió de él y subió. James salió de la cocina y se sentó en el otro sillón sin decir nada. Minutos después Carlos se levantó y le dio el control remoto.- Ya es tarde, vámonos a dormir, cariño - exclamó volteando a verme.James me dio una mirada suplicante que Carlos no percibió porque estaba dándole la espalda y entonces recordé las misteriosas llamadas telefónicas.- No tengo sueño, además, hay que lavar los platos, no sé pueden quedar sucios y no quiero andar con prisas mañana.- Está bien, pero no tardes - se inclinó para darme un beso, pero agaché la cabeza y terminó por dármelo en la frente.- James, ¿tú no vas a dormirte ya?- Sí, pero primero tengo que sacar unas cosas del auto para entregarlo mañana.- Bueno, hasta mañana - se despidió y subió las escaleras.James se quedó parado ahí y cuando se escuchó que Carlos cerró la puerta de la habitación, me sonrió y se acercó a mí.- Gracias señorita limpieza - exclamó en tono de burla.- Muy gracioso, acompáñame a la cocina, anda

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