Malditas drogas...
Siempre supe que eran malas, que destruyen todo a su paso, pero siempre las vi desde la distancia. En libros, en películas e incluso en las noticias tanto locales como internacionales había algo en lo que estuviera presente.
Jamás imaginé que la droga estuviera rondando sigilosamente a mi alrededor, estaba más cerca de lo que jamás pensé.
Era un día normal como cualquier otro, llegaba a casa con mi hija desde la Universidad y luego simplemente jugábamos por unas horas hasta que nos sentábamos todos a tomar once. Eran las 7 de la tarde y mi papá aún no llegaba del trabajo, supuse que tal vez se quedó haciendo horas extras como tantas veces tenía que hacer. No le di mucha importancia al asunto.
Alrededor de las 9 de la noche me apresuré a hacer dormir a mi hija, como de costumbre siempre le da sueño a esa hora, sin notarlo me dormí junto a ella y todo estaba tranquilo hasta el día siguiente.
Era mi día libre, así que estaba descansando cuando llega mi papá con cara de enfermo.
— Hola papá, ¿estás bien? Nunca sales antes de la pega.
— No, hija, después hablamos.
Y me quedé junto con mi hija en el living de nuestra casa, jamás imaginando lo que le estaría sucediendo a mi papá.
Pasan un par de horas y llega mi mamá del trabajo, le pregunto qué le pasa a mi papá y con semblante triste me responde "a él le corresponde contar"
— Mamá, ¿anoche llegó a la casa?
— No - fue su única respuesta.
A mi mente lo único que se le podía ocurrir era que tal vez ellos se iban a separar, o que la diabetes se agravó.
Por mi hija tenía que actuar normal, así que andaba sonriendo y jugando como loca por toda la casa, cuando en realidad estaba preocupada por lo que estaba pasando. Decido que la tensión en la casa ya es demasiado, así que arreglo un par de cosas en mi bolso para salir a dar una vuelta por ahí.
*****
Son más o menos las 8 de la noche cuando vuelvo a la casa, subo directo a mi cuarto para acostar a mi hija que se había quedado dormida en el trayecto y luego me dirijo a la habitación de mis padres para que al fin hablemos de lo que está pasando.
Nadie dice nada, todos se miran entre ellos, mientras que yo solo espero a que alguien me diga algo. Noto que mi hermana menor estuvo llorando, sus ojos rojos y las mejillas sonrosadas la delatan. Mi madre mira fijamente el piso esquivando mi mirada y cuando miro a mi padre me doy cuenta de que él también estuvo llorando.
— ¿Alguien me va a decir qué está pasando? - pregunto asustada de la respuesta, pero sin demostrar nada.
— Les quiero pedir perdón por defraudarlas, ustedes han estado siempre para mí y yo se los pagué de la peor manera - Es mi padre quien habla.
Yo solo me quedo en silencio esperando a que siga hablando, aún no entiendo del todo lo que nos trata de decir.
— Tu mamá hoy me tuvo que ir a buscar, yo estaba muy mal y ella a pesar de todo se quedó conmigo, apoyándome - me dice mientras estira su mano para alcanzar la de mamá.
Mi hermana está llorando otra vez y mi mamá sigue sin dirigirme la mirada.
— Hace 6 meses que probé algo que no tenía que probar y ahora me destruyó la vida.
Contengo mi aliento, ya sé de qué va todo esto. Mi papá está en las drogas... No sé por cuánto tiempo estuve sin decir nada, pero ahora todos están llorando, menos yo.
— ¿Con quién? - me atrevo a preguntar.
— No los conoces - es su única respuesta.
No quiero quebrarme frente a ellos. Todos están rotos ahora, todo está perdido y debo ser la que mantenga firme a esta familia.
Miro a los ojos a mi papá, estiro la mano para alcanzar la suya y le doy un suave apretón para hacerle saber que estoy ahí, que no lo odio.
— No sé por qué lo hiciste, ni con quien. No sé mucho del tema, ni cómo tratarlo, solo sé que es difícil. No lo voy a endulzar, ni te voy a tratar diferente, pero estoy aquí para apoyarte en lo que necesites. Lo único que te pido es que te alejes de esos supuestos amigos, porque no lo son - le dije lo más normal posible. No quería demostrar cuánto me estaba afectando esto.
*****
Ese día sentí que mi familia se terminó de romper. De antes que la unión ya estaba frágil, pero con esto simplemente se terminó por quebrar. No digo que haya sido completamente su culpa, hay muchas cosas que pasaron antes que causaron el distanciamiento de la familia, solo que ahora esta noticia nos está poniendo a prueba y no creo que seamos capaces de soportarlo.
Ha pasado ya un mes desde que mi papá soltó esa bomba, desde entonces ha tenido 4 recaídas.
A la primera recaída que tuvo, luego de que había prometido mantenerse limpio, lo hice acompañarme a un centro de rehabilitación. Yo sabía que no podría aguantar mantenerse sobrio por su cuenta, no porque él no quisiera, sino porque estaba tan metido en las garras de las drogas que estas no lo dejarían ir tan fácil.
A la segunda recaída mi mamá se fue por 2 días a la casa de mis abuelos. Esto era demasiado para ella, lo era para todos nosotros. Mi papá fue a mi habitación a llorar.
En la tercera lo obligué a borrar de su lista de contactos a sus supuestos amigos, de los cuales 2 los conocí en mi infancia. Como mi papá no usa mucho la tecnología, me encargué de bloquear a cada uno de esos contactos para que así ellos tampoco pudiesen comunicarse con él.
Hoy, siendo 29 de diciembre del 2016, fue su cuarta recaída. No sé qué es lo que lo llevó a hacerlo, se supone que todo estaba saliendo a la perfección. Tuvimos una bella cena de navidad, los días anteriores pasaron tranquilos y los posteriores también pasaron sin novedades. Incluso estuvimos todos juntos viendo películas toda una tarde. Ayer no llegó a la casa nuevamente. Me di cuenta de que cada vez que pasaba la noche fuera es porque se estaba drogando en alguna parte. Me inquietaba no saber si se encontraba bien o si esa noche tendría una sobredosis. Paso esas noches intranquilas rogando porque al menos llegase a la mañana siguiente.
No sé de qué otra manera lo puedo ayudar.
Hoy me dijo que quería acabar con su vida.
¿Cómo se supone que debo reaccionar a eso? Soy su hija, se supone que aún nos quedan años por vivir juntos, recuerdos por crear. No se supone que él deba planear su muerte. No se supone que él se esté matando lentamente con esa maldita droga, esa droga que lo vuelve dependiente y que hace que cada vez que trate de mantenerse sobrio, su cuerpo pida a gritos que la consuma.
Lo único que pido es que podamos ser fuertes, y que podamos salir de esta como familia.
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Micro Relatos
Short StoryEn este libro, se encontrará una variedad de micro relatos que iré subiendo a medida que se creen en mi mente. No tienen relación una con la otra y los géneros van a ir variando. Algunos de los relatos tocarán temas sencibles.