capitulo 1

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Las gotas caían furiosas mientras golpeaban la cristalina ventana, el ruido de la lluvia retumbaba en su cabeza mientras la voz hostil de la doctora Katherine, su profesora de estadística, se volvía cada vez mas suave y baja para dar lugar a pensamientos que habían estado ocultos en su mente por largos años, estos fueron liberados gracias a a una pregunta que realizo su compañero. Había olvidado como se sentía la angustia en su cuerpo al preguntarse eso a si mismo, sus piernas temblaban y su cabeza sudaba mientras su cabeza se llenaba de pensamientos amargos que le recordaban oscuras épocas en su adolescencia, no quería volver a ese pasado, pero tenían razón, se había descuidado y había echado a perder todo su esfuerzo, años que habían valido la pena por un instante, al menos por un instante, ahora quedaban en el olvido en lo mas profundo de su mente, pero que ahora querían liberarse y volver a enredarse en sus venas.

Observo su mochila en busca de sus apuntes, prestaría atención a la clase para olvidarse de todos esos pensamientos amargos que formaban un gran nudo en su garganta, pero en su lugar encontró un sándwich a medio comer y la culpa se apodero de sus ojos, y de su corazón, otra vez culpa, años atrás, ni siquiera hubiera llevado ese sándwich, pensó, "me he vuelto débil"

La lluvia había parado y las ventanas no tardarían en secarse ya que el deslumbrante sol estaba saliendo iluminando el aula con sus radiantes rayos, pero las que lloraban no eran las nubes, ahora era él, no pudo evitar soltar las viejas lagrimas que se había estado guardando, esos sentimientos despertaron y Aether sabría que era lo siguiente, ayunos, sufrimiento y culpa. Se levanto y corrió hacia el baño, no podían verlo llorar, y mucho menos por esos sentimientos que juro matar y olvidar, sentimientos que había guardado en el fondo de su corazón, en los recuerdos de su mente pero que habían vuelto y que habían logrado sacar esas cristalinas lagrimas, otra vez.

Quejidos de angustia retumbaban por las blancas paredes del lugar, acompañados de sollozos y gritos suaves de dolor, Aether, mientras se acurrucaba en el cubículo del baño, no podía parar de llorar y soltar quejidos de ansiedad, no quería regresar al pasado y sentir esa inolvidable inquietud y sofocación, no quería soltar ese consuelo, esa paz que había logrado alcanzar luego de tanto sufrimiento, se había aferrado a ella para no lastimarse más, y no quería alejarse, tenia miedo de hacerlo, no podía hundirse otra vez en ese mar, no quería ahogarse y sofocarse en ese océano de sentimientos que lo habían asfixiado en el pasado, pero era demasiado tarde, porque ya lo habían atrapado, y desde lo lejos se podía leer que ya lo había hecho, estaba volviendo a asfixiarse, él mismo, al igual que años atrás, la historia se repetía, estaba recayendo en ese profundo mar de angustia.

El paso de los minutos paso por desapercibido mientras el rubio estaba en el en el retrete intentando relajarse, su ultima clase había finalizado hace 30 minutos y las gotas volvieron a empapar las ventanas del edificio. Aether se quejo por ultima vez antes de pararse e intentar arreglarse en el espejo, tenia los ojos rojos e hinchados mientras que su típica trenza estaba desordenada y encrespada gracias a que rascaba su cabeza cabeza como forma de desestrés, desenredándolo y volviéndolo revuelto.

Caminaba con destino a su ultima clase para encontrar su mochila, contemplando los vacíos pasillos y la tranquilidad del espacio cuando un ruido interrumpió sus pensamientos obligándolo a girar. Un joven, de cabellos grises, yacía sentado en el frío piso del edificio observando unos libros de literatura desparramados por el suelo. Aether, gracias a su instinto, decidió ayudar al pobre joven. El rubio se agachó con la intención de estar a la misma altura que el joven de cabellos grisáceos, observó los libros, eran gruesos y pesados, una gran cantidad seria difícil de cargar, observó al chico, su rostro le parecía conocido pero no le dio importancia y continuó ayudándolo a cargar los libros, se los dio y se giro para irse, pero una suave voz retumbó en sus oidos.
-Disculpa, ¿te conozco?- Pronunció el joven.
-No lo se, tu cara me resulta conocida- Respondió Aether de forma suave.
-Ya se, tienes una clase con el doctor Zhongli? Es mi profesor de inglés en turismo- Recitó con una voz vibrante.
-Si, de hecho ya te recuerdo, eres Bennett ¿verdad?- cuestionó Aether con una sonrisa.
-Si, ese soy yo,¿ eres Aether verdad? Me costo un poco reconocerte, estas un poco diferente- termino la oración con una voz que demostraba inseguridad.
-¿ Diferente? No te entiendo- explicó el de cabellos rubios.
-Sí, estas un poco, te vez un poco más "rellenito" que hace unos meses- su voz sonaba quebrada y transmitía inseguridad.

Los oídos de Aether retumbaban luego de escuchar eso, sus ojos se habrieron como platos y se le erizó la piel, sus manos se volvieron sudorosas mientras gotas frías de sudor recorrían su sien, hasta llegar a su cuello, trago saliva intentando desenredar el nudo formado en su garganta y con pocas fuerzas habló.
-Oh, es verdad, no lo había notado- Balbuceo, pero voz sonaba gélida y quebrada mientras que su expresión demostraba angustia.
-No pero, espera, no lo decía de mala manera, yo- Explicó Bennett al darse cuenta de su error.
-No, esta bien, ya debo irme- Habló Aether
Con una mirada fría y un Atóno tono de voz.

Ya parado, Aether se dio la vuelta y limpio sus rodillas justo antes de empezar a caminar, ¿qué fue lo que había escuchado? A decir verdad, ya lo estaba notando, pero que alguien se lo diga en ese momento no era de mucha ayuda, el nudo de su garganta volvió y las palpitaciones de su corazón aceleraron mientras que sus respiraciones sonaban cada vez más agitadas, le faltaba el aire y el ambiente se volvía cada vez más caluroso, algo raro ya que la lluvia no había parado, siguió caminando hasta que encontró su mochila, posada encima de una silla con los cierres abiertos, no faltaba nada. Se sentó en uno de los asientos antes de jadear de la angustia y liberar unas cristalinas lagrimas, intentado que nadie lo escuche, se desahogo con lagrimas y jadeos, dejando pasar algunos minutos, recordó que debia volver a casa, ya que su pareja, Xiao, lo estaba esperando, observó a la ventana, las gotas no dejaban ver al exterior pero el sonido de la lluvia se volvía cada vez mas suave, debía aprovechar para salir antes de que lamente no haber llevado un paraguas.

Al llegar a su departamento, la furia de su pareja lo esperaba sentado en el sillón blanco de la sala, utilizando su teléfono.

-Te he esperado por más de media hora, donde has estado- reclamo Xiao con una hostil voz.

Este solía ser celoso algunas veces, otras veces solo ignoraba la presencia de Aether, pero el rubio comprendía que podía ser resultado se puede traumas que su madre le había causado rn su infancia, por lo que no le daba importancia.

-Amor, me quede esperando dentro del edificio ya que no quería mojarme, recuerda que no llevé paraguas- explicó con una melódica voz intentando mantenerse paciente.

-Pero me preocupas, ¿porque no me has llamado?- Respondió arisca mente manteniéndose serio.
-Mi teléfono murió, debo cargarlo- dio un suspiro intentando mantener la calma.
-esta bien, he hecho de comer pasta- intento dar un cambio de tema.
-hoy, quiero descansar, no tengo nada de hambre- mintió.
-Amor, no me digas que volviste a- fue interrumpido por un calmante sonido proveniente de su pareja.
-Esta bien amor, ya no más de eso, solo quiero descansar,solo por hoy- explicó por medio se suaves susurros.

-Esta bien, descansa, espero no me mientas- replico con una voz quebrada y una con los ojos posados en el piso.

Sucesos Distorsionados ||xiaother||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora