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Yuji Itadori:

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Yuji Itadori:

Aunque tratase de evitarlo, no podía dejar de mirar a Umi cada vez que daba un paso. Tal vez porque estaba más seria de lo normal, o porque enojada se ve hermosa, pero simplemente me costaba apartar la mirada. Llamaba muchísimo la atención.

Desde que supimos que tendríamos que venir a esta secundaria para poder obtener un poco más de información sobre el caso que estábamos atendiendo, ella y Megumi estuvieron muy serios, más ella que él. Era raro poder notarlo, pues siempre parecían hartos, pero cuando era de verdad solían fruncir un poco más el ceño.

Ambos analizaban andaban por aquellos pasillos como si los conocieran, además de mostrar cierta advertencia sobre ellos. Y yo, solo era un espectador sin contexto, hasta que un par de fortachones se aparecieron frente nuestro y Kugisaki no pudo quedarse quieta.

—¡Ah! ¡Dos delincuentes juveniles! ¿Vamos a enderezarlos a golpes? —exclamó con sorna, acercándose a el par que fumaba en medio de los pasillos.

—¿Por qué deberíamos? —pregunté. La verdad es que no me sorprendía para nada.

Lo que realmente me sorprendió fue la cara de horror que pusieron al vernos, o al ver a alguien en específico. Ambos, muy alarmados, hicieron una reverencia.

—¡Gracias por venir! —gritaron ambos.

Nobara y yo comenzamos a bromear.

—Vaya, veo que tienen un buen ojo. —dijo ella.

—El aura se desprende aunque intentes ocul- —pero mis palabras se quedaron a medias.

—¡No los veíamos desde su graduación, gemelos Fushiguro! —volvieron a gritar, mientras uni de ellos besaba la mano de Umi.

Ella la apartó con asco. Mientras los otros tres quedamos en blanco.
¿Que? ¿Acaso...?

—Estudiamos acá durante la secundaria. —murmuró el más alto de ambos, al ver como casi de nuestra cabeza salía un signo de interrogación.

Kugisaki saltó hacia Megumi y comenzó a atacarlo en preguntas. Mientras yo solo miraba como el par de chicos casi se meaban los pantalones del susto, pues Umi los acribillaba con la mirada.

—¿Que les hicieron durante la secundaria? ¿Que? —preguntó la castaña, jalando sus orejas.

—Sería más fácil preguntarles a ellos. —mencioné viendo al par de chicos que aún seguían haciendo una reverencia.

—Oigan, Idiota A e Idiota B, ¿que les hicieron durante la secundaria?

Yo no pude ocultar mi curiosidad. Lo cierto es que yo esperaba que ambos fueran los típicos bravucones que robaban el almuerzo, pero me sorprendió más lo que dijeron ambos.

—¿A nosotros? A cualquier delincuente o bravucón de la zona. Fuimos apaleados por Fushiguro.

Escuché a Megumi gruñir y luego soltar un suspiro.

—Les di una paliza.

Kugisaki y yo soltamos los brazos de Megumi y lo miramos con horror. Antes de volver a tomarlo por el rostro y chillar.

—¡¿Que hacías?! ¿Que hacías?! —gritaba casi que arrancándole la piel de la cara al más alto, quien bufó.

—¿Por qué no le preguntas a ellos que hacían?

Ambos chicos brincaron en au lugar y comenzaron a temblar de miedo cuando la mirada del Fushiguro se posó en ellos, más fría y enojada que antes. Noté a Umi más tensa que hace un momento y antes de poder preguntar, obtuve respuesta.

—Lo tuvimos merecido, molestábamos a Umi-san por ser rara. ¡Nos arrepentimos cada día, Fushiguro-san, lo hacemos! —exclamaron ambos a la vez, volviendo a hacer reverencias.

Todos nos quedamos en silencio, mientras veía a Umi apretar su brazo con fuerza. Quería acercarme, pero un grito llamó nuestra atención.

𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐋𝐈𝐅𝐄  ︴𝐈𝐓𝐀𝐃𝐎𝐑𝐈 𝐘𝐔𝐔𝐉𝐈 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora