Sito. -"Hola, me llamo John. ¿Que sería lo que necesitas de mi?".
El joven de dudosa procedencia le devolvió el mensaje a Carlos esperando una respuesta y así poderse contactar y hablar.
Pasaron unas cuantas horas cuando Carlos vio su mensaje y le respondió
Dándole su número y diciéndole que se pusieran en contacto.
Al pasar de los días él señor iba recolectando pistas y mas pistas hasta que solo faltaba una cosa. Hablar con algún ente sobre esto.
Carlos le había dado la dirección de su casa a John para que fuera con algunas cosas para eso, cuando llegó quitaron todo de la mesa y comenzaron...
-"Como amigos de almas puras nos reunimos hoy a hablar con ustedes, por favor manifiestense"- dice John mientras da dos círculos en la tabla Ouija indicando que hay dos personas jugando.
- ¿Hay alguien acá?- pregunta el joven.
Pasan un par de minutos y no reciben respuesta alguna.
- ¿Hay alguien acá?- insiste.
Pasan más minutos que antes y no recibían alguna respuesta.
-¿¡Hay alguien acá!?- pregunta ya impaciente y enojado.
Pasan diez minutos y no reciben respuesta.
- Dejalo así John, no pasará nada.- dice Carlos decepcionado.
Pero en ese justo momento la lupa de la tabla se inclina hacia el "sí".
Rápidamente Carlos fue invadido por el miedo. Pero al parecer el joven seguía como si nada, más bien se entusiasmó.
- ¿Eres bueno o malo?- preguntó John.
B...u...e...n...o; bueno.
Las luces de la sala comenzaron a parpadear haciendo que el señor se llenará cada vez mas de miedo.
- Tranquilo, solo no sueltes la tabla.- dijo el joven tratando de calmarlo.
Pero parecía que era en vano, Carlos comenzó a transpirar debido al estrés y nervios que le producía eso. Sumándole que la mesa estaba temblando.
- ¿Como te llamas?- preguntó John.
B...b...b...b...b...
- ¿¡BRYAN!?- pregunta rápidamente Carlos asustado a la mala respuesta.
M...i...r...a...l...o...t...u; miralo tu.
Al leer esto Carlos fue invadido por una especie de corriente que lo dejo helado del miedo, pero como dice el viejo dicho: 'la curiosidad mató al gato".
- ¿Puedo levantar las manos y ver?- le pregunta el señor a John.
- E...esta bien.- responde al no saber que pasará.
El joven lentamente retiró su dedo de la lupa y se la entregó al Señor.
Carlos la tomó y lentamente mientras temblaba la puso al frente de su rostro y vio lo que nunca debió haber mirado.
Frente a el había una niña de apariencia pequeña, no mayor de 8 años, pero eso no era todo... al lado de John había otra niña idéntica a la que estaba al frente suyo. Cuando las niñas lo voltearon a ver sus rostros demostraron quienes eran en verdad; eras dos figuras demoníacas, sus ojos demostraban maldad y muerte.
De repente la niña del frente estaba a pocos centímetros de Carlos. Cuándo el se dio cuenta soltó inmediatamente la lupa.
Al caer, la lupa comenzó a moverse sin que nadie la sostuviera indicando las siguientes palabras:
U...s...t...e...d...e...s; ustedes.
- ¿Ustedes? ¿Que quiere decir eso?- pregunta John frunciendo el ceño.
M...o...r...i...r...a...n; morirán.
Al terminar la palabra el tablero se estrelló solo contra la pared y la luz comenzó a hacer corto circuito.
- ¡Debemos irnos! ¡AHORA!- gritó el joven indicándole al señor.
Mientras salían de la casa corriendo las luces iban estallando, parecía que la casa estuviese poseída.
Al llegar a la casa de John, los dos hombres se sentaron y trataron de asimilar lo que había acabado de suceder, hasta para el joven era demasiado.
- Esto es demasiado, nada de esto tiene sentido. Creo... creo que ya no seguiré más con esto...- dijo Carlos con la mirada en bajo.
