Sempiternal [MinBin]

Habia una vez... Una hormiga y un colibrí

"Aaah cada mañana es lo mismo, salir, buscar comida, llevarla al hormiguero, volver a salir, volver a entrar y así se iba mi día a día. Arriesgar mi vida por comida para todos y para la hormiga reina."

"¿Otra vez quejándote, Changbin?"

A mi lado venía unos de los pocos amigos que me quedaban vivos, ser un insecto era algo peligroso, mi buen amigo Felix el escarabajo estaba en busca de una nueva población de escarabajos, era la tercera vez en esta semana que se buscaba un nuevo hogar, ya que todos morían a causa de nuestros depredadores, tal vez era suerte o mala ser el único sobreviviente.

"Cómo cada día, mi querido Felix"

"¿Quieres ir al rio?"

Quisiera.

Pero no puedo.

"No puedo, lo siento"

Uy genial, un grano de maíz. Me lo llevaré al hormiguero, estaba por darme la vuelta y dejar atrás a Felix, cuando este mismo me volvió a llamar.

"Ándale, solo será por unos minutos, no creo que pase nada malo si descansas, además puede que el día de mañana no me vuelvas a ver."

Tenía un buen punto.

"Esta bien, pero solo por unos minutos."

Aun indeciso mire por última vez el hormiguero y a mis hermanos antes de tomar camino hacia el río con Felix.

Al llegar al río tomamos asiento en una flor. Le compartí un poco de maíz a Felix. Por un instante nadie dijo nada, no había necesidad, no queríamos despedirnos del otro, esta vez sería para siempre porque él se iría más lejos de donde estaba el hormiguero de Changbin.

"¿Hacia donde te irás?"

Felix no respondió por unos segundos en lo que terminaba su porción de maíz.

"Al sur"

"¿Sur? Pero hace frío ahí, ¿que harás sino hay nada?"

"Supongo que nada, además puede que ni siquiera llegue a mi destino, y si hace frío mejor por mi porque no habrá tantos depredadores como aquí, aunque como consecuencia no habrá mucha comida."

"Es arriesgado"

Otra vez silencio. Hasta que...

"Quédate a vivir aquí, con mis hermanos."

"Claro que no, yo no soy una hormiga, y lo mío no es hacer lo mismo cada día de la semana, yo vivo como me plazca, soy escarabajo y si quiero puedo vivir solo sin una manada."

"Yo tampoco siento que esto sea lo mío, repetir lo mismo una y otra vez."

Estaba harto, sentía que debía salir de aquí, que algo me esperaría, tal vez algo bueno espere por mi.

"Entonces viajemos juntos hacia el sur"

Felix bajó de la flor y brincaba al rededor del tallo.

"No puedo, y no tengo el valor"

Al oírme, Felix dejo de celebrar y cambio su semblante.

"Bueno, entonces aquí nos despedimos mi buen amigo"

Después de que Felix desapareció de mi vista, me quede un rato más arriba de la flor viendo la corriente del rio.

Tenía ganas de ir con él, y vivir aventuras o adelantar mi muerte.
Pero no tenía el valor.

Bien, era hora de seguir trabajando, de regreso al hormiguero me tomé mi tiempo para encontrar más comida, llegue a encontrar boronas de pan y fruta. Cuando estaba más cerca del hormiguero, vi que había algo mal, no había nadie afuera, eso era raro, mis hermanos deberían de estar cantando mientras hacían sus labores afuera.

Deje las cosas y salí corriendo hacia la entrada del hormiguero, dentro no había nada, solo silencio y oscuridad. Estaba entrando en pánico, no había nadie, se fueron, se los comieron y yo debí morir junto con ellos.

Estaba completamente solo, sin familia y sin mi amigo.

¡Felix!

Tenía que alcanzarlo.

Limpiando mis lagrimas fui hacia donde él se había ido, esperando poder alcanzarlo.

Así estuve por días, tratando de alcanzarlo hacia el sur, hasta que un día pasó lo que más temía, en mi búsqueda encontré una parte de su rostro, el también había muerto.

Era normal, estaba en nuestra naturaleza y aun así le temía a la muerte, no podía más. No podía seguir solo, no sería capaz de sobrevivir solo.
Estaba harto, en mi desdicha un sonido me alertó, era un aleteo, y muy fuerte.

¡Un depredador!

Tenía que esconderme.

Por el sonido del aleteo podía darme cuenta que era un colibrí.

Ellos eran rápidos, más que nosotros.

Estaba muerto.

Sería hormiga muerta en segundos.

Ya me había rendido hasta que una voz me llamó:

"Changbin, ¡cuánto tiempo!"

Abrí mis ojos y vaya sorpresa... Frente a mi estaba mi asesino, un precioso colibrí color gris con un ala roja, algo raro en su especie.

"¿Te conozco?"

¡Que tonto preguntarle eso a un colibrí! Solo yo puedo pensar eso, quiero llorar.

"Por supuesto, no en esta vida, pero si"

"¿En esta vida? ¿De que hablas? Yo no te conozco de ningún lado, estupido"

"Tan temperamental como siempre, no cambias Binnie"

El colibrí revoloteaba a mi alrededor, se miraba feliz, feliz de verme, y por alguna razón yo también me sentía así, sentía que había encontrado lo que sin saber estaba buscando.