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Se levantaba de su asiento puesto a que ya era hora de salida por lo que claramente se iría de aquí para poder irse a casa que pese a que es algo molesto... Debe ir ahí.

Notaba como todos se iban por lo que se apresuró, después de todo, estaba presente su profesor, ese despreciable ser que tanto aborrece.

Pese a que hace un tiempo cumplió los dieciocho años no ha podido librarse de más cosas, pero si ha pasado momentos más agradables, eso debe admitirlo.

Tomó su mochila y se dirigió a la salida más la voz ajena le detuvo.

— Joven Hyuuga, necesito hablar con usted —

No quería quedarse, no deseaba que eso ocurriera. Estaba a nada de salir de ahí pero simplemente no logro hacerlo pese a que en su interior lo único que desee es darle un fin a todo.

Se dio la vuelta y al ya lo quedar nadie escucho como el de cabellera púrpura cerraba la puerta del salón y así lo tomaba de los hombros haciendo que se ponga de rodillas frente a su persona.

Su mirar grisáceo tan solo captaba como este iba abriendo su pantalon. No quiere hacerlo, no deseaba eso.

Apretó los puños esperando que todo al fin tuviese un fin más pronto noto que alguien de cabellera oscura empujaba con brusquedad a el mayor que retrocedió molesto.

— ¡No dejaré que apruebes! —

Natsuhiko ante tales palabras trago saliva más el que viera aquellos ojos ámbar que le veían con decisión le hizo al fin levantarse del suelo.

— ¡Por mi esta más que bien! —

Alzo la voz y salio del lugar sintiéndose mucho mejor. No podía creer lo que acababa de pasar, sinceramente no había tenido valor para empujar a su profesor más el que Tsu lo hiciera por él le ayudo a poder decir esas palabras.

«¿Quieres ir a algún lugar?»

Sonrió por lo que leyó en aquel papel, si, tenía ganas de ir a el parque nuevamente y poder comer alguna cosa que pueda encontrar.

──────•「🌊」•─────

Las peleas eran nuevamente una punzada fuerte en su cabeza de lo estresante que era escuchar a sus padres discutir sin parar.

No podía creer que en verdad sean así, no tiene siquiera ganas de verles la cara y tan sólo se mantenía en su habitación.

Todo se detuvo unos momentos y pronto el llamado para la cena se escucho. Con un suspiro pesado salió de ahí bajando las escaleras y dirigiéndose al comedor en donde al sentarse comenzó a comer en silencio.

Pese a que los minutos pasarán y con ello pensara que tendría paz, un comentario salió de la boca de su madre arruinando todo.

— Tendríamos algo mejor para comer de no ser del vago de tu padre —

— ¿¡Ah, si!? ¡Pues si tanto quieres dinero trabaja! —

— ¡Para eso existes tú! —

Los gritos siguieron e hicieron que perdiera rápidamente el apetito y lo único que quiera es irse de este maldito lugar al fin.

Miró a aquel que carecía de palabras que parecía molesto y sin decir nada tomó la mesa y la volcó tirando los platos de comida con enojo.

Abrió los ojos soprendido más el ver que estos le miraban más pronto volverían a discutir sintió como su mano fue tomada y con ello volvieron a su habitación en donde su celular le fue dado.

Se quedó un tiempo sin saber que hacer a lo que lo desbloqueo y ver el único contacto a nombre de Minamoto Kou le hizo dudar un poco.

«Pídele que si puedes quedarte con él, vete de aquí de una buena vez»

Por eso escrito volvió a mirar su dispositivo y al fin mandó un mensaje a ese rubio a lo que pronto recibió una respuesta afirmativa para que fuera a quedarse a su hogar.

Con la mayoría de ayuda de ese de hakama guardaron varias cosas en una maleta que tenia allí por lo que al tener lo escencial el de ojos miel tomó dicha maleta y salió de la habitación y él le siguió detrás.

Iba a la puerta a lo que al abrirla la voz conocida le hizo ver hacia atrás unos momentos

— ¿A donde vas, Natsuhiko? —

El otro le saco de la casa de inmediato y cerró con fuerza la puerta a lo que siguió caminando teniendo una expresión más aliviada, no entendía el porqué se sentía de este modo en estos momentos.

Sonrió, gracias a la ayuda de Tsu había logrado llegar tan lejos.

──────•「🌊」•─────

Había llegado a casa de Kou, quien le recibió y dio un espacio para dormir y agradecio por esto, agradecía que haya hablado con su familia para poder quedarse al menos en lo que consigue un empleo para poder vivir de forma más estable.

Y sin quererlo se había quedado dormido con la tranquilidad de la noche, una que no tuvo desde hace demasiado. Aunque claro, con el paso de las horas se vio obligado a despertar y eso hizo más al hacerlo se estiro un poco por lo bien que se sentía despertar así.

Miró a su lado esperando ver ese “Buenos días” por parte de ese de cabello oscuro más se confundió al no verlo ahí, después de todo habían venido juntos, se sentó después de eso.

Noto pronto como alguien aparecía tratándose del rubio que parecía confundido al verle buscar a alguien en el lugar.

— ¿Busca algo? —

— Pues... Busco a Tsu —

— ¿Tsu? —

— Si... El enano de pelo negro que vino conmigo ayer —

— Pero... Usted venia solo ayer —

— ¿Qué...? —

Guardo silencio después de eso empezando a procesar bien cada cosa ocurrida comenzando a caer en cuenta que... Aquel que tanto le ayudo a motivarse para alejar aquello que le hacía mal... Jamás existió.

Todo lo ocurrido... Desde lo de su novia hasta el haber llegado lo había hecho solo. Las escenas se aclaraban, le dejaban ver que realmente logró llegar aquí por su cuenta.

No sabía si estuvo drogado por tantos antidepresivos como para imaginarse a aquel que nunca hablaba pero parecía feliz de verle avanzar.

Se dejó caer nuevamente en donde había dormido sonriendo de forma pequeña.

Pese a que aquel chico fue su imaginación quien lo creó... Se sentía feliz de poder haber sentido que fue apoyado, aunque al final de cuentas, ese apoyo se lo daba a sí mismo en representación de ese oji ámbar.

Ahora podía vivir como quería, ya no pensar en todo eso que le hostigaba y dañaba.

Dejaría esta depresión al fin y se superaría para poder lograr conseguir la felicidad que tanto anhelo.

Mientras eso ocurría, unos ojos amarillentos le veían detenidamente estando feliz de poder verlo mejor después de haberle ayudado.

Pueda que ya esté no pueda volver a mirarle debido a que cumplió su misión y el que haya hecho que este pareciera que hizo todo, pero... Debe decir que fue muy agradable tenerle cerca.

Poder ver que sonreía un poco hizo que sus mejillas se colorearan un poco de rojo por lo lindo que este se veía con esa expresion.

— Vive feliz, Natsuhiko —

Al fin, en todo ese tiempo soltó unas palabras. Quisiera haber podido hacer más, pero no tenía permitido hacerlo por lo que ahora estaba satisfecho con esto que veía.

Ser un ángel guardián le era lindo, más el que ahora deba actuar desde las sombras era un poco triste.

— Por cierto, el desayuno ya está hecho —

— ¿Eh? de acuerdo, ahora voy —

el de cabello corto observo como ambos se retiraron del lugar dejando toda la habitación en soledad. Suspiro y sonrió.

La depresión que consumió a Hyuuga Natsuhiko antes de a poco se iría.

ᴅᴇᴘʀᴇsɪᴏɴ [ɴᴀᴛsᴜᴋᴀsᴀ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora