Su nombre Marcos José

289 4 0
                                    

Muchos jóvenes y adolescentes han errado enormemente su proyecto de vida al involucrarse en las drogas, esa puerta falsa, que después se convierte en una vía dolorosa que se presenta primero placentera y agradable, pero que finalmente es un sendero bastante oscuro y desagradable.

--Trata de recordar --me dijo la psicoanalista.
--No puedo --dije con una rotunda negativa que no daba cuartada a alguna posibilidad.
--Tienes qué hacerlo --añadió la especialista, mientras observaba fijamente mi rostro que se desorbitaba por la molestia que sentía de ser terriblemente interrogado--. Es necesario que lo hagas ahora. Entiendo tu pesar, pero si no pones nada de tu parte las pesadillas no desaparecerán, trata de hacerlo.
Recargué mi encorvado cuerpo sobre un sofá que daba hacia una ventana y comencé a retroceder con la memoria...

Era diciembre del 2003, Nelson, Esteban, Armando y yo, nos comportábamos de un modo irónico, traíamos una racha de rebeldía incontrolable que desbocaba en conflictos con cada uno de los maestros de la preparatoria. Nuestros padres ya habían sido convocados cinco veces, pero nunca llegamos a nada que no fuera una promesa absurda de cambiar nuestro comportamiento.
Recuerdo que en el centro comercial empezaron a colocar los adornos navideños, mis amigos y yo fuimos a burlarnos de todo el personal que debía, además de su trabajo, limpiar esferas y poner en un sitio estratégico, junto a las escaleras eléctricas, un par de Santa Claus que bailarían al ritmo de un villancico estúpido. José, un chico de quince años, quien debía trabajar medio tiempo para poder solventar los gastos de la escuela, trabajaba ahí, nosotros en cambio, gozábamos de una mesada que nuestros padres holgadamente nos daban; incluso, Nelson que era el más rico, tenía la "difícil" tarea de darle uso a los cinco mil pesos que su abogado padre le facilitaba, más lo que sumara de una tarjeta ilimitada de crédito.
Aquella tarde entramos con la intención de comer una hamburguesa, pero acabamos, como muchos otros días entre semana, en el billar que estaba a dos cuadras y media del centro comercial. Bebimos hasta hartarnos, y por si fuera poco, nos invitaron a probar una droga de moda, no sé muy bien qué era, pero estábamos realmente felices por la energía que se desbordaba de nuestro ser. Hasta me atreví a romperle el taco a Nelson, a quien no pareció importarle, pues a pesar de salir con una descalabrada en la cabeza, se encontró con unas chicas que sobradamente sabíamos se prostituían. ¡Esa era nuestra vida!
Conforme el calendario trascurría, José, no sé por qué, se fue interesando en nuestros gustos, a leguas se le veía que quería diversión, así que un día, sin más ni más, nos dijo:
--Ustedes sí que saben vivir. No se preocupan de nada, todo lo tienen, y por si fuera poco, nunca se han preocupado por ganar dinero.
--Haber, haber --respondió exaltado e irónico Nelson--, pues ¿Qué te hace falta?, ¿Por qué nos vienes con ese sermón?
--No es sermón --insistió--, sólo que me gustaría saber que es no preocuparse.
--Pues faltaba más --añadió Esteban--, a ti lo que te falta es juntarte con nosotros, hacer cosas de adolescente --le tomó entre sus brazos--. Deja de ir a ese centro comercial como empleado, hazlo como nuestro amigo. Dime, ¿cuánto te pagan?
--Ochocientos pesos semanales --respondió.
--No más, de ahora en adelante te juntarás con nosotros.
Y sellamos el pacto con una risa estruendosa que irrumpió en los pasillos. Ese mismo día fuimos al billar a iniciar a José, para comenzar le dimos un tarro de cerveza, una cuba de lata y unas cuantas aspirinas con coca para que fuera tomando camino. Así, al cabo de una semana, José ya era tan parecido a nosotros que para festejar le dimos una de esas drogas. Tan amigos aue ya éramos.
Antes de las vacaciones decembrinas, decidimos hacer una reunión, nada ostentoso, sólo amigos, amigas con derecho y unas cuantas botellas.
Fué en casa de Nelson, sus padres estaban en un brindis y no volverían hasta el día siguiente, así que la casa, incluyendo la piscina, estaban libres para una bola de jovencitos que lo único que deseaban era divertirse.
La velada comenzó con las bebidas y un poco de rock alternativo, después vinieron las caricias tipo orgía, y finalmente Nelson tuvo la brillante idea de ir a comprar drogas. Ya en el pase, se nos hizo fácil ir a la alberca aver si se nos bajaba la mareada, y estábamos listos para un segundo tiempo. José se veía muy mareado, hablaba cosas extrañas, apenas audibles para mis sentidos que estaban verdaderamente bloqueados. Aun así, Nelson insistió en que entrara a la alberca, y como no lo consiguió, nos instó a Esteban y a mí a que lo tomaramos a la fuerza y lo echáramos al agua. ¡Fué muy divertido!, todavía recuerdo su cara al caer al agua, parecía un ratón asustado.
Entre risas, canciones y bromas, nos olvidamos de José, y para cuando lo buscamos, yacía flotando boca abajo en el centro de la piscina. ¡Fué algo realmente impactante!, como pudimos lo llevamos hasta la orilla, y por más que intentamos darle respiración de boca a boca, él ya estaba muerto, ya no había nada que hacer. Las chicas se soltaron a llorar, Nelson se jalaba los pelos en señal de desesperación, Esteban sólo se inclinó en un rincón, y yo sinceramente no sabía cómo reaccionar, todavía estaba con el efecto de las drogas, Armando fue el único capaz de llamar a una ambulancia.
--Para qué llamas a una ambulancia --le dije--, ¡No ves que está muerto!, será mejor que le hablemos a las autoridades. Como por arte de magia, el influjo del alcohol y las drogas desapareció, se esfumó, pero la culpa apenas comenzaba.
Hubo una gran movilización en las calles, la gente curiosa se asomaba, y todos fuimos trasladados al Ministerio Público. Ya en el Semefo, los padres de José decidieron no levantar cargos en nuestra contra, a pesar de que muchos les aconsejaron culparnos de asesinato imprudencial, pero aunque de eso salimos bien librados, la verdad es que una gran culpa se quedó y hasta ahora no he podido olvidar que por mi culpa mi amigo no tuvo un mañana.
La doctora se me quedó mirando fijamente, esperaba un rechazo de su parte, pero nada de eso, tuvo la amabilidad de decirme:
--Sin duda ha sido un trago muy amargo, pero estamos aquí para enfrentarlo, juntos vamos a superar esas culpas, aceptándolas, para poder continuar el sendero de la vida...
Como un bálsamo de alivio, sus palabras me hicieron tanto bien, mi mirada permanecía fija porque en ella vi más que una salida a mis problemas, una oportunidad de reivindicarme con la vida y una forma de pedirle perdón a un gran joven que en vida respondía al nombre de Marcos José.

A tomarse en cuenta

¿Cuales son las sustancias de las que más frecuentemente abusan los adolescentes? Hay una variedad muy grande de sustancias y de drogas que se venden en muchos lugares. La droga más frecuentemente utilizada es la marihuana. También están los alucinógenos, aquellas drogas que afectan nuestros sentidos y nos hacen percibir las cosas diferentes con nuestros ojos y que nos despiertan sensaciones irreales y que son muy usadas en los jóvenes y adolescentes. La cocaína, que es un alcaloide, un estimulante que hace que la persona que consume esta deoga se sienta más activa, fuerte, con más energía.
Otra de las drogas que frecuentemente se utilizan son las anfetaminas, que son estimulantes que hacen que la persona sienta más energía, es muy reactiva. Los opiáceos, que son sustancias muy peligrosas. Y los esteroides anabólicos, empleados por los que generalmente hacen algún tipo de deporte.
Los trastornos relacionados con las drogas en la adolescencia están causados por los múltiples factores, incluyendo los siguientes: la vulnerabilidad genética, los factores ambientales estresantes, las presiones sociales, las características de la personalidad, los problemas sociales y los problemas psiquiátricos. En otras palabras, hay muchos factores que pueden incidir para que un joven se vaya por el camino equivocado de las drogas. Es lamentable saber que en un país como México, la segunda causa de muerte entre los 14 y 19 años de edad es el suicidio, y esto debido a un estado depresivo fuerte, severo, que se prolonga durante meses y que hace que el individuo, en este caso el joven o adolescente se quite la vida él mismo.
_____________________________________

Próximo tema:
"La voluntad de Esteban"

Si es posible hoy mismo lo publico..

Gracias por tu visita♡

Diario de AdolescentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora