06| Un regalo.
Aksel
Al día siguiente, las cosas no habían cambiado para nada. Las miradas de desprecio seguían allí al igual que los cuchicheos por parte de los estudiantes. La única diferencia era que, al menos, Malcom estaba al lado mía.
— ¿Qué clase te toca ahora? —preguntó, mirando a su alrededor—. ¿Estás en ciencias o en letras?
—Letras—contesté.
— ¿Humanidades o sociales?
—Sociales—volví a responder.
—Al menos Neal no está en tu clase—ladeó la cabeza—. A mi por el contrario me toca aguantarle.
Sonreí.
—Suerte.
—Nos vemos en la comida—se despidió de mi, antes de entrar a su clase.
Yo seguí caminando. Mi clase estaba en la otra punta del edificio. El timbre ya había sonado por lo que había muchísima menos gente en los pasillos que minutos anteriores.
Para cuando estuve a punto de entrar, alguien me llamó a mis espaldas.
—¡Aksel!
Me di la vuelta y me encontré a Chase corriendo hacia mi dirección.
Tuve que aguantar las ganas de reírme de su cara rojiza. Supuse que correr no era su fuerte.
—Chase—la saludé.
—Quería hablar contigo—jadeó—. Verás, lamento que Neal se haya comportado tan mal contigo.
—Es un capullo—alcé una ceja.
—Solo…no está pasando por una buena racha. Eso es todo.
Fruncí el ceño al escuchar eso.
—¿Por qué le justificas? El hecho de que lo esté pasando mal no le da poder para pagarlo con los demás. Todos tenemos nuestros días pero lo suyo no es eso. Neal nació siendo un capullo y morirá siéndolo.
—Algunos pagamos de distinta manera nuestros enfados—dijo.
Me quedé mirándola a los ojos, intentando adivinar el que quería decir esa frase.
—Si te pasa algo con él, puedes decírmelo—intenté sonar amable, la cosa es que se me daba de pena.
Se movió un tanto incómoda.
—No me pasa nada con él.
Mentía.
Cerré los ojos con fuerza y agaché la cabeza.
—No me mientas —dije—. Sé cuando la gente me miente. Es una pérdida de tiempo intentarlo.
—No miento—volvió a mentir.
—Haré como si me lo creo—mascullé.
—Quería darte algo.
Chase metió la mano en su mochila, y acto seguido sacó una bolsa de regalo.
Fruncí el ceño nada más verlo. ¿Qué se suponía que era?
—Cógelo—me lo tendió. —Es un regalo.
Desconfiado, cogí la bolsa.
—¿Un regalo de qué?
—Ábrelo—me pidió.
Con cuidado, abrí la bolsa. Me quedé paralizado al ver su contenido.
—Me sentía culpable por lo de la sudadera. Puede que Neal la tirase a la basura pero fui yo quien se la di a él. Lo siento.
La miré sin poder seguir creérmelo. ¿Me había regalado una sudadera? ¿Un regalo?
El corazón empezó a latirme más fuerte de lo habitual. No sabía qué significaba pero no le di importancia.
—No tenías porque Chase—la dije—. No fue tu culpa.
Y ahora era amable. ¿Qué cojones me pasaba?
—Sí, debía. Estuve pensando en lo que me dijiste ayer, ¿sabes? En el despacho. —tragó saliva—. Todo el mundo sabe la versión de Neal pero nadie la tuya. Solo vosotros sabéis lo que pasó ese día. Nadie más. —Comenzó a jugar con los dedos de sus manos—. Lo veo muy injusto.
—La vida es muy injusta, Chase—me encogí de hombros.
—Puedes llamarme Heather—me dedicó una sonrisa. Una sonrisa dulce, cálida. Una sonrisa amigable.
Todo lo que llevaba tiempo sin ver.
—Me gusta más Chase—admití.
—Está bien—accedió. —Será mejor que entremos en clase.
Asentí, en silencio.
Ella pasó primero abriendo la puerta. Me quedé mirando a la sudadera azul oscura que tenía en mis brazos. Sonreí y la metí en mi mochila antes de cambiar mi semblante a uno neutro en cuanto entramos en el salón.
—¿Otra vez vosotros dos? —la señorita Harrison se llevó una mano a la cadera— Llegáis tarde.
—No es tan tarde—salté.
—¿Me estas replicando señor Nguyen? —alzó una ceja. —Te quedaras una hora esta tarde castigado. Limpiando la biblioteca.
—Señorita Harrison…—comenzó diciendo Chase.
—¿Usted también quiere señorita Chase? —Apreté los puños—. Le harás compañía al señor Nguyen. Le vendrá bien dejar esa amargura de lado.
Se escucharon risitas en el fondo.
— ¿Amargura? —dije, indignado—. Amargura la que presentas todos los días Harrison.
Se escucharon los silbidos del fondo.
La señorita Harrison se puso roja.
— ¡Una semana! Estará castigado una semana.
Genial. Menudos problemas en los que me meto.
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Somos Fugaces © ✔️
Short Story🏆GANADORA DEL CONCURSO "DETRÁS DEL TELÓN" 🏆HISTORIA DESTACADA EN #DDT23 «Todo en la vida no es sólo blanco o negro, hay toda una gama de distintos tonos de gris de los que el ser humano está compuesto». Heather piensa que tiene la vida perfecta. L...