Jugando a enamorarnos [Pedri y tn]

Capítulo I

HOLA HOLAAA!!
AQUÍ SIGO CON LA PUBLICACIÓN DE ESTA HISTORIA QUE TANTO ESPERÁBAMOS TODOS, QUE DISFRUTEIS !!! 🫶🏼

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Me suena la alarma del móvil a las seis de la mañana y me dan ganas de estamparlo contra el suelo y pegarle fuego, pero no puedo. Después de posponerla unas tres o cuatro veces, me levanto y miro el registro de llamadas a ver si han aceptado mi solicitud de trabajo, pero nada. Lo tengo en sonido hasta mientras duermo. Hace dos semanas que mandé el currículum y la solicitud, pero no me llegan noticias nuevas.

Desayuno en casa un café para espabilarme porque anoche me acosté a las tres de la mañana terminando un proyecto que envíe para tener más posibilidades de que me aceptaran. Explico un poco, siempre he querido ser periodista de deportes, parece absurdo, lo sé, pero me encanta viajar y conocer lugares nuevos, y ese trabajo me lo permitía.

Cuando estoy mirando el portátil, actualizando una y otra vez la página del correo para ver si me llega alguna novedad, recibo una llamada de mi madre. Vivo con ellos, porque el dinero que tengo ahorrado está acumulándose para poder comprarme un piso decente y pagarlo yo, no les molesta mucho porque trato de colaborar todo lo posible en casa. Están de viaje mis dos padres porque necesitaban un descanso y me toca cuidar a mi hermana pequeña, bueno, tan pequeña no es, tiene catorce años.

Descuelgo el teléfono y puedo escuchar a mi madre hablándole a mi padre sobre algo. Y cuando escucha mi voz decir "¿Hola?", vuelve a la llamada.

—¡Cariño mío! ¿Has despertado a tu hermana? Creo que allí son las siete y algo de la mañana ya, ¡tu hermana tiene que ir al instituto! ¡Espero que se haya despertado!

—Mamá, son las seis y cuarto, relájate, a las siete menos cuarto seguro que se levanta, sabes que ella es responsable.

—Sí, no como otras, eh.

—Gracias, yo también te echo de menos.

—Era una broma, bueno, creo que ayer me escribió por mensajes que hoy tenía un examen de física y química, ¡si tiene alguna duda cuando se levante, ayúdala! ¡Y después pregúntale como le ha ido, eso le ánima!

—Vale.

—Bueno, vamos a ir a la playa que hace un tiempo perfecto.

—Ojalá aquí. Ahora estamos a unos diez grados.

—Haberte venido a Canarias con nosotros.

—Sabes que no puedo, tengo que estar aquí pendiente, además, es un viaje para que os relajéis los dos y disfrutéis, pero no demasiado, eh.

—Lleva cuidado que si llevas a algún chico a casa tu hermana me lo va a chivar.

—Ningún chico va a pisar esta casa, a parte de Héctor, pero siempre viene, o sea, que no hay problema.

—Héctor puede ir cuando quiera, pero ningún novio ni nada.

—Que no, bueno, mamá, ve a la playa.

—¡Por la noche te llamo! —me manda un beso y yo me despido y cuelgo la llamada.

Diez minutos después, mi hermana baja las escaleras corriendo, con el móvil en la mano.

—Nuria, ¿qué haces ahora despierta? Si tu alarma no suena hasta las siete menos veinte —miro mi reloj y devuelvo la vista a ella, que esta casi delante mía.

—¡Ya te lo diré! ¡Acaban de lanzar a la venta las entradas para el partido del Barça contra el Madrid, el superclásico!

—Pues muy bien por ellos.