Extra I: Intrusa

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10 Años después.

Un omega de cabellos bicolor miraba a sus cachorros jugar, Keitaro ya tenia 10 años y su segunda cachorra Hana hace algunos días cumplió 9 años. Ambos jugaban alegremente por el jardín del castillo. 

—Mami, juega con nosotros—Pidió el mayor de sus hijos.

—Lo hare en unos momentos, primero iré a ver a su padre, quédense con Shinsou mientras tanto—Decía mientras se acercaba a sus cachorros y les dejaba un beso en sus mejillas.

—Esta bien—Respondieron al unísono los hermanos.

El omega miro a Shinsou de una manera seria mientras este asentía, el bicolor se había vuelto territorial con su alfa y sobre todo con sus cachorros, sus pequeños eran su vida y no dejaría que algo malo les pasara.

Después de ello entro al castillo, los sirvientes y guardias lo saludaban con respeto mientras el omega les ofrecía una pequeña sonrisa, camino por los pasillos hasta llegar a la oficina de su esposo, el cual estaba revisando unos papeles del pueblo. Como era costumbre, el omega entro sin tocar la puerta, solo el y sus hijos podían hacer eso, pues a el rubio cenizo le molestaba que no respetaran su privacidad. 

—¿Cómo van las cosas, alfa?—Una vez estuvo frente al rubio, se sentó en sus piernas. 

—Bien, hasta ahora todos tus proyectos están saliendo muy bien—Felicito el alfa dejándole un beso en su mejilla. 

—Eso me alegra, pero, ahora, ¿Por que no dejas el papeleo y vienes a jugar con tus cachorros?— 

—Esta bien, deja acomodo esto y vamos a ver a nuestros cachorros—Dicho ello, levanto al omega de sus piernas y le dio una nalgada.

El omega soltó un gemido ante eso, cosa que no paso por desapercibido por el alfa, el cual le indico al omega que se echara boca arriba sobre el escritorio.

Sin esperar mucho, empezaron a sacarse sus prendas y dejarlas tiradas en el suelo, los besos húmedos y jadeos se escuchaban claramente. El alfa estimulaba los pezones de su omega, mientras que con una mano masturbaba el miembro del mismo.

—Alfa...ngh...por favor, te necesito dentro—Suplicaba el bicolor, liberando sus feromonas.

Katsuki soltó una pequeña risa ante eso, le gustaba tener a su omega suplicando porque lo tomara, escuchar su voz necesitada era algo que lograba excitar al cenizo.

Separo las piernas de su omega y se acomodo entre estas, hacia pequeños y cortos roces con su pene, simulaba embestidas entre los muslos del omega, escuchando como este seguía suplicando para que lo follara. 

—Alfa, deja de jugar—Estaba por reclamarle, cuando sintió que el miembro del alfa entraba en su interior.

Katsuki puso una mano sobre la boca del omega para silenciar sus gemidos, nadie mas que el tenia permitido escucharlos. Shoto sentía como las embestidas aumentaban, el choque de pieles resonaba por la oficina, los bajos gruñidos del alfa solo lograban excitarlo mas.

—Katsuki...mas...mas rápido—Pidió mientras dejaba algunos chupetones en el cuello del alfa.

Por su parte, Katsuki no se negó ante la petición de su omega, aumento sus embestidas, logrando encontrar el punto dulce del omega, haciéndolo gemir mas alto que las veces anteriores. 

Continuaron así por un rato, entre embestidas, jadeos, gemidos y choque de pieles, hundiéndose en el placer que sentían cuando sus cuerpos se unían, hasta que sintieron el clímax cerca, Katsuki dio embestidas mas profundas, corriéndose en el interior de su omega, el cual soltó un gemido, llegando también al orgasmo.  

The king's omega-BakutodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora