Capítulo 24

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"¿P-Por qué estás sonriendo?" chasqueé mi lengua viendo sus ojos brillar, su boca estaba curvada en una sonrisa mientras ambos estábamos acostados en la cama. Él coloco un mechón detrás de mí oreja y me miro cuidadosamente. Tomó un gran respiro y cerró sus ojos, abriéndolos y llevando sus dedos hacia mi mejilla.

Había un brillo en sus hombros y su clavícula, me di cuenta que él estaba ligeramente respirando, al igual que yo. La luz brillo justo en donde su torso y su brazo de conectaban, llevando un camino hacia su cabeza. Él lucía muy feliz. Más feliz de lo que nunca lo he visto.

Bajo la cobija, estire mi brazo y tomé su mano, uniendo mis dedos con los suyos.

"No puedo creer que decidiste escaparte conmigo." Él respiro y sacudió su cabeza. Sonreí de oreja a oreja e incline mi frente sobre la suya, aun respirando débilmente, debido a este hermoso momento.

"Soy un estúpido por hacer esto." Chasqueé mi lengua y sacudí mi cabeza, viendo como sus labios se curvaban en otra sonrisa. "Pero, tu vales la pena." Dije con un pequeño sonrojo y él se inclinó una vez más para dejar un beso en mis labios.

Él siempre sabía muy dulce. No podía imaginar como un chico malo tenía unos dulces labios. Me hacía muy feliz. Feliz de decir que él era mío.

"¿Crees que Liam y James estén enloqueciendo en este momento?" susurré y le di un apretón a su mano. Él respiro y se separó, con una tímida sonrisa y su mirada como si estuviera hundido en sus pensamientos.

"Sí." Él asintió, firme. "Pero, me gusta eso." Añadió.

"¿Por qué?"

"Me gusta que te tengo solo para mí." Él dijo y paso su mano sobre mi cintura desnuda, empujándome hacia él y yo colocando mi cabeza en el hueco de su cuello.

"Me gusta estar aquí." Susurré.

"Queensbury es agradable." Él suspiró frotando mi espalda de arriba hacia abajo con cuidado, después revolviendo mi cabello.

"N-No, no me refiero a Queensbury." Dije y él se volvió a separar, alzando una ceja. Sus manos pasaron hacia mi cabello, jugando con un par de mechones y mordiendo su labio inferior.

"Me refiero a...estar aquí. ¿Sabes? Contigo y en tus brazos." Confesé y él me dio una sonrisa sarcástica, mi corazón comenzó a palpitar con fuerza.

"Me haces muy feliz." Él susurró y presionó sus labios en mi hombro. "Eres muy bonito." Murmuró sobre mi piel.

"Coloqué mi mano en su mejilla y lo empuje hacia mis labios, besándolo suavemente. Él se acercó más a mí, sus labios moviéndose al compás de los míos.

"Quiero quedarme con este momento por el resto de mi vida." Murmuré sobre sus labios.

"Mantenlo para siempre, entonces." Chasqueó su lengua. "Guárdalo para un día de lluvia."

Y eso fue lo que hice. Mi corazón se apretujo cada pequeño momento como ese tiempo, donde cualquier cosa en mi mundo se detenía. Me llevó a cada cosa que me ha pasado y cambiado mi mundo y me ayudo a ser la persona que soy hoy en día, más que una mejor persona. Casi podía sentir sus labios en los míos, recordando ese momento.

Sus suaves y delicados labios los cuales eran caso inapropiados para alguien como él, se sentía como si fueran para mí. Los quería sobre los míos. Quería que él me sintiera, me tocara con sus labios en cada centímetro de mi cuerpo. Quería todo de él y nada menos.

Lo tengo. Él es mío. Sus suaves labios me pertenecen y los míos le pertenecen. A veces, cuando veo las noticias y escuchó algo de él, no puedo evitar pero pellizcarme. Esto es real. Esto es en donde yo estoy.

El viaje de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora