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Narrador Omnisciente.
Candela recién llegaba a casa, estaba cansada, demasiado cansada. Realmente no había hecho nada en el colegio, como siempre, pero aún así la agotaba la cantidad de tiempo que debía permanecer en el curso con sus compañeros. Al llegar, dejó su mochila en una silla y subió escuchando un par de ruidos provenientes de la habitación contigua al baño, la de sus padres. ¿Quién mierda estaba ahí si su padre estaba trabajando? Con un poco de nervios abrió la puerta y la cerró rápidamente al ver de qué se trataba todo.
-Qué mierda, qué asco- susurró para sí misma y Brenda salió envuelta en sábanas.
-Después hablo con vos- habló Brenda con una mueca en su rostro.
-Qué carajo ma- arrugó la nariz la rubia rascándose la nuca.
-Dale pasá para tu cuarto y después hablamos- palmeó su espalda ganándose una mala mirada por parte de su hija aunque esta le hizo caso y se fue.
[...]
Candela se había quedado en su cuarto toda la tarde, estaba pensando en qué excusa pondría Brenda.
-¿Puedo pasar?- tocó la puerta.
-Sí- contestó la rubia sentándose en la cama.
Brenda entró a la habitación cerrando la puerta a sus espaldas, Asnicar no demostraba nerviosismo o algo por el estilo.
-¿Qué viste?- preguntó sentándose en la cama con su hija.
-¿Qué?-
-¿Qué viste?- repitió mirando a la rubia.
Candela rodó los ojos, clásico de ella.
-A vos garchando con un chabón- arrugó la nariz recordando la secuencia.
Brenda suspiró pensando en una explicación pero no había ninguna, realmente no.
-Es verdad, sí, estoy con otro hombre- murmuró. -Pero tu boca se queda cerrada, sos una tumba- habló con un semblante serio causando incomodidad en su hija, lo que le estaba pidiendo era grave.
-Ehm- la rubia dudó. -Está bien- murmuró y Brenda se despidió saliendo de la habitación.
La cabeza de Candela era un lío, y uno muy grande. ¿Cómo podía mentirle así a su padre? Pero decirle sería traicionar a su madre.. Realmente estaba confundida y necesitaba pensar en qué iba a hacer con la información que ahora disponía. Y es que le daba tanta "cosa" mentirle a su padre, el le había dado todo y sabía que era un muy buen hombre mientras que Brenda, bueno, no era una madre ejemplar.
-¡Llegué!- se escuchó por parte de Mauro en la planta baja. Candela se quedó estática y no contestó nada.
Por un momento, cuando escuchó los pasos de su padre en las escaleras pensó en decirle. Pensó en decirle absolutamente todo lo que había visto y escuchado pero una vez más volvió esa Candela de siempre, recapacitando y pensando en que tranquilamente podía extorsionar un poco a su madre por guardar ese secreto, y por eso mantuvo su boca cerrada.
-¿Cande puedo pasar?- preguntó su padre afuera de su habitación.
-Pasá- contestó la rubia recostada en su cama.
-Hola hija- sonrió Mauro entrando a la habitación, a pesar del carácter, los berrinches y cualquier cosa que Candela hiciera, él la amaba con su vida.
-Hola- contestó la otra sumergida en su teléfono.
-¿Cómo te fue hoy? ¿Todo bien en el cole?- consultó Mauro con real interés puesto en su hija.
-Lo mismo de siempre- contestó desinteresada de una charla con su padre.
Mauro suspiró.
-Que bueno Cande, me voy a bañar- besó su frente y salió de la habitación.
Después de que el mayor abandonase la habitación de su hija, esta, le escribió a su madre que se había ido de la casa hace media hora.
escuchame yo mantengo la boca cerrada pero vos me compras lo que te pida okey?
Envió la rubia traicionando a su padre, cualquiera pensaría que es de lo más cruel pero teniendo una madre como esa, ¿Quién no sería cruel? Realmente Candela había tenido un pésimo ejemplo femenino a seguir.
me estás jodiendo candela no me podes hacer un favor sin pedir nada a cambio
me parece q te estás olvidando que soy la hija de los dos
te doy lo que quieras candela solo no abras la boca
