𝘾𝙞𝙣𝙘𝙤-

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Narrador Omnisciente

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Narrador Omnisciente.

Estaba oscureciendo rápidamente, algo bastante común por la época del año en la que estaban.

-Sisi, entonces yo le dije que no sabía si podía, que tenía cosas que hacer, igual tengo el número así que lo voy a llamar diciendo que se me desocupó la agenda- le relataba la rubia por teléfono a sus amigas.

-El peor trabajo del mundo- murmuraba Londra para el mismo, si Candela lo escuchaba nada iba a salir bien.

Mientras en la planta baja se encontraban los dos mejores amigos charlando, hace un par de horas habían terminado de trabajar y decidieron simplemente relajarse mientras "Los Simpsons" estaban de fondo.
Su tranquilidad se vió interrumpida por un portazo.

-Que raro que no estés haciendo nada- habló sarcástica la mujer mientras dejaba su bolso de marca en la mesa.

-¿Perdón?- murmuró Lombardo de la misma forma.

-Lo que escuchaste, nunca haces nada, siempre soy yo el soporte de esta "familia"- hizo comillas en la última parte, Aniscar no tenía razón en absolutamente nada, el morocho trabajaba demasiado para poder cumplir con todos los caprichos de su hija.

-¿Te estás escuchando? Me rompo el lomo laburando para que vos y candela tengan todo lo que quieran y vos me tiras que "sos el soporte de esta familia"- contestó furioso el tatuado ¿A qué venía este planteo? Se preguntaba a sí mismo.

-Otra vez peleando- murmuró la menor que recién bajaba las escaleras acompañada por Londra.

-A ver chicos, vayamos a la cocina- murmuró Alejo lo suficientemente alto para que los adolescentes lo escucharan.

Los tres se marcharon de la sala con un gusto amargo en la boca, por su parte Candela lo tenía porque odiaba que pelearan y mucho más si había visitas, Alejo lo hacía por ver a su mejor amigo de toda la vida tan infeliz y Londra lo tenía por el simple hecho de ver a Mauro así de enojado, lo preocupaba.

-¿Querés algo para tomar?- le preguntó el más grande a Londra sabiendo que Candela nunca haría algo así, el más pequeño asintió despacio.

-Gracias- murmuró mientras bebía el agua que le había dado Acosta recién, el silencio reinaba en la cocina hasta que se sintió un fuerte golpe en la sala haciendo que Alejo fuera hasta allí encontrándose con la mesa de vidrio rota y Brenda subiendo las escaleras.

-Mauro- lo llamó y no hubo reacción por parte del otro -¡MAURO!- gritó esta vez llamando la atención, esta vez si, de Lombardo.

-¿Qué?- murmuró frustrado refregandose la cara.

-Decime que no le pegaste- si lo había hecho podría perjudicarlo demasiado.

-No, no... Solo le pegué a la mesa- miró sus manos, tenían un poco de sangre.

Se quedaron en silencio un rato bastante largo hasta que Lombardo recordó al rubio.

-Mierda ¿Paulo sigue acá?-

-Sí, está en la cocina-

-Me lavo las manos y vamos a la cocina, Brenda se va al departamento en el centro- explicó y el otro asintió.

-Vamos-

Fueron hasta el baño donde el morocho se lavo las manos y dejo que su amigo desinfectara las heridas superficiales que tenía.

-Tendrías que pedirle el divorcio- expresó Acosta mientras guardaba antiséptico que había usado para curar a su amigo.

-No empecés-

-Mauro, no sos feliz a su lado y digamos que al lado del rubio estarías demasiado feliz-

-Basta-

-Una sola cosa te pido- murmuró y el otro asintió -Intentá algo con el pibe, trata algo, Mauro si lo haces te juro que vas a ser muy feliz, inténtalo por mi-

-Está bien- bufó Lombardo y salieron del baño dirigiéndose a la cocina.

-Hola- murmuró de repente tímido Lombardo y la causa de su timidez no era nada más ni nada menos que la mirada penetrante del cordobés -¿Te llevo a tu casa?-

-Sí gracias- murmuró incómodo el rubio.

Salieron de la casa y una correntada de viento frío los enfrentó así que volvieron a entrar, más bien entro Lombardo y el otro lo siguió.

-Te traigo una campera y nos vamos- murmuró y cuando Paulo le iba a decir que no hacía falta ya se había marchado -Vamos- murmuró extendiendole la campera, el otro la aceptó.

Se subieron al auto apenas Mauro le quitó la alarma.
Puso la radio para que no fuese tan incómodo pero aún así lo era.

-Lamento mucho que hayas tenido que escuchar eso- murmuró bajo y rascándose la nuca el tatuado.

-No pasa nada- aseguró el otro.

Seguieron el resto del camino en silencio aunque este ya no era tan incómodo.

-Eh, tomá tu campera- dijo cuando llegaron al frente de su casa, aún no se había bajado del auto.

-Quedatela, después me la devolves- le sonrió cálidamente y el otro asintió.

-Chau- lo saludó Londra con un beso en la mejilla haciendo que ambos sientan demasiadas emociones al mismo tiempo.

Londra bajó del auto y caminó rápido hasta ella, antes de entrar lo saludó nuevamente con la mano y el otro tocó bocina.
Paulo se adentró a su hogar dejándose caer al piso, quedando sentado, apenas cerró la puerta. Se sacó la campera y la olió, tenía su aroma, sonrió como estúpido.

--853 palabrasepa, se viene lO cHiDo ahre jaksjajesperamos les guste<33

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853 palabras
epa, se viene lO cHiDo ahre jaksjaj
esperamos les guste<33

-mily y lula<33

𝙍𝙤𝙗𝙖 𝙘𝙪𝙣𝙖𝙨; 𝙥𝙖𝙪𝙠𝙞¡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora