La clase de tesorería había comenzado con absoluta normalidad.
El profesor explicaba un tema del cual ni Leah ni la pirómana, se estaban enterando. Aunque en realidad nadie de la clase estaba prestando atención.Los pocos chicos de la clase hablaban entre ellos del ultimo partido de futbol de sus equipos favoritos, las Marí Juanas y sus secuaces -que eran el 98% de la clase- habían vuelto a quedarse embobadas con el profesor y de vez en cuando hablaban entre ellas para comentar lo guapo que estaba aquel día mientras que decidían ignorar el leve olor a porro que se traía.
Por su parte, Leah y su compañera habían decidido olvidar su más reciente descubrimiento sobre El Dani y su gusto por los porros. También habían decidido olvidar que estaban en clases y ahora hablaban animadamente sobre cualquier cosa que se les pasase por la cabeza, mientras se pintaban las uñas la una a la otra de diferentes esmaltes de colores, los cuales ni ellas mismas sabían de donde habían sacado.
Los leves pero bastantes audibles susurros de las dos chicas empezaban a molestar a las Marí Juanas, quienes se veían interrumpidas. Aún así, solo se dedicaron a lanzarles malas miradas y a intentar ignorarlas para poder seguir con su ardua misión de mirar como unas psicópatas a su profesor.
Aún así, cada vez más podían escuchar los susurros y las risas de las otras dos, comenzaban a molestarse pero ninguna de las tres Marí Juanas pretendía romper esa imagen de buenas personas delante de su crush.
Pero esto no iba con una de sus sirvientas, la cual estaba también muy molesta.
La jerarquía de las Marí Juanas era extraña pero no muy compleja, se basaba en simples números. Los puestos de las Marí Juanas eran solo tres, y ya estaban siendo utilizados por las tres infames chicas que compartían nombre. Los puestos de sus esclavas seguían desde el numero cuatro e iba descendiendo, actualmente, habían unas dieciséis Marí Juanis exactamente, las cuales se distribuían en distintas clases y cursos. Aún así, para ellas era muy rápido tanto ascender como descender. Para subir, era tan simple con complacer a las tres cabecillas de ese grupo terrorista, y para ir bajando de numero era tan fácil como aburrir o molestar a alguna de ellas.
En la clase en donde estaban, no solo habitaban las jefas, también habían tres de sus secuaces. La Marí Juani #4, también conocida por su nombre real Isabel González, la chica se llevaba bien con todo aquel con quien hablaba, y aún con su elevado numero, a primera vista parecía no tener interés alguno en seguir avanzando en números.
La Marí Juani #5, Fátima Medina, de las tres chicas que habían en la clase siguiendo a sus jefas supremas, ella era la que más interés tenía en tener un ascenso, aún si eso significaba seguir ordenes denigrantes no solo para ella pero las que también significaban molestar a otras personas.
Y por ultimo, La Marí Juani #8, Cristina Benavides, aún estando unos números más por debajo, era la mejor amiga de Medina, a ella no le importaba mucho subir o bajar. Ella solo quería un grupo en el que poder criticar a gusto sin ninguna consecuencia, aunque bajar tampoco le haría mucha gracia.
Pues de esas tres a una de ellas se le había acabado de ocurrir un plan, magnifico a sus ojos. El mayor sueño de Fátima era llegar a se una de las Marí Juanas supremas, quienes ahora estaban molestas por el ruido de fondo que amenazaba con acabar con su fantasiosa vista de su profe.
La chica no pensó en los contras de su plan, solo pensaba en que humillando al nuevo par no haría más que complacer a las Marí Juanas para que le ascendiesen de puesto. Así que con un movimiento de cabeza dramático, se giró hacía atrás para enfrentarse a las dos chicas que ignoraban todo.
-Oye, vosotras -Al principio fue ignorada por completo, incluso por sus propias "amigas"- ¡Hey! ¡Las raritas de atrás!
Cuando escucharon "las de atrás", se dieron cuenta de que iba dirigido para ellas, así que Leah y la pirómana se giraron a ver a la Marí Juani.
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The Lost Englash Profeteacher
RandomLeah Stivens estaba en su segundo año de "Estudios gratuitos para enterrar cadáveres". Estudios cuyos la asignatura de inglés, era obligatoria. Y cuya asignatura, Leah, había suspendido estrepitosamente. En un intento de salvar su vida escolar, inte...