—Una pastilla.
Eso que te descontrola al punto de no saber qué será de ti y aún así no te importa.
...
—¿Segura que quieres hacerlo?—Con su respiración al ritmo de lo agitado de mi corazón, no sé cómo puede sacar las palabras de su boca.
—Solo quiero que me tomes, aquí y ahora.—Con algo de ironía en mi tono de voz, me acerco lentamente a su rostro para morder su labio inferior.
—Dos pastillas.
Eso que te roba el aliento y te lo devuelve en segundos con sólo palabras y momentos invaluables.
...
Y ahí estaba... parado en frente de mí con su traje de color negro y una sonrisa que combinaba a la perfección con él... Listo para llevarme a nuestra primera cita. ¿Por qué se fijó en mí?
—No digas tonterías hoy, Liz.—Ese pensamiento rondará todo lo que dure ésta noche.
—Tres pastillas.
Eso que descontrola tus rodillas si lo tienes a metros de ti; tu cerebro se vuelve independiente y habla por ti.
...
—Ehm, ya puedes soltarme. Creo que no me caeré.—Intenté aligerar la tensión que se creó en su rostro.
—¿Eso es lo que quieres? —Susurró.
—¿Y tú? —¿Por qué le preguntas eso a un completo extraño? ¿Estás idiota?
–No, ni un poco.
—Tampoco yo... —Mi cerebro volvió a su libertad de expresión.
—Cuatro pastillas.
Eso que tus dedos buscan tocar suavemente y por los que tus labios suelen permanecer resecos o agrietados...
...
—¿Por qué hoy me besas más de lo normal?
—Porque no sé si mañana tenga la misma suerte de hacerlo y me rehuso a tener que recordar un día donde no te besé lo suficiente.
—Cinco... Cinco pastillas.
Eso que te puede quitar todas tus noches de dormir para convertirlas en un sueño constante, o en una pesadilla.
...
—Cómo...¿Cómo pudiste hacer todo esto y no sentir culpa? ¿CÓMO PUDISTE PERMITIR QUE ME ENAMORARA DE UN MONSTRUO COMO TÚ?
—No. Lizzy...
—NO. Te lo imploro, jamás en tu miserable vida vuelvas a prenunciar ese nombre delante de mí. Lo creaste para mí y se irá contigo, porque en lo que a mí concierne; todo lo que haya salido de ti es sólo basura y dolor. Te odio. —Ojalá la última oración fuera cierta, todo sería más sencillo, pero tenía que empezar a creérmela.
—Seis pastillas.
Eso que sientes que puede reemplazar el oxígeno que te rodea, porque sólo él... o ella te existe.
...
—Recuerda siempre derramar lágrimas por grandes cosas, no por las pequeñas. Las pequeñas cosas te preparan para llorar por lo que realmente vas a sufrir, así que sé selectiva sobre a qué o a quién le permitirás deshidratarte. ¿Está bien?
—Bueno, definitivamente esto es una cosa muy grande. —Reí, metiendo unas 3 pastillas más a mi trago.—Saluuud.
...
Eso que es tan malo pero no puedes parar porque te hace sentir tan increíble que es tan bueno....
—Si fumar es malo, ¿por qué dejas que lo haga?—Preguntó mientras dejaba escapar el humo levemente de sus labios.
—Porque no sé cómo haces para que te vea haciéndolo y me gustes más...—Le quité el cigarrillo de la boca y lo apagué en el cenicero delante de nosotros para besarlo bruscamente, se había vuelto una costumbre.—Di... Diez pastillas.—Y entonces, al ver esa pequeña cápsula, por un segundo me replanteé que tal vez no tenía el por qué irme de ésta manera...
…
—Ren, ¡Ren, espera! —Antes de que pudiera irse para siempre, la tomé del brazo obligándola a mirarme.—No te vayas, no... no podría sin ti.
No entendía por qué estaba tan enojada, o tan... decepcionada. Pero el sólo hecho de pensar que podría perder a mi lugar seguro... Me fracturaba el pecho de mil maneras diferentes, una tras otra...
—Se soltó de mi agarre, como si no soportara ni tocarme. —Lo siento, Liz...—Sostuvo mi rostro entre sus manos, que estaban muy heladas.—Te amo, eres esa pequeña luz entre tanta oscuridad que hace que no tenga miedo de ella pero...—Cerró sus ojos, sabía que lo que quería decir no iba a ser fácil ni para ella ni para mí.
—No puedo, no puedo verte... No sabiendo que estás con él, no sabiendo que estás... con esa persona.—Y soltando mi rostro lentamente, se fue... y algo me decía que no iba a volver.
Sí, definitivamente no tengo por qué seguir aquí...
...
"Todo parece un sueño; pero ésta vez no quisiera despertar de él. No quiero olvidar lo que me trajo aquí, aunque honestamente no creo que exista licor suficiente que lo borre.
Ver negro para siempre suena tentador, de igual manera no sería muy diferente de lo que es mi vida hasta estos instantes; a ver si unas seis pastillas (tal vez un poco más)lo hacen durar...Adiós, AT."
—¡MIERDA!—Fue lo último o lo único que logré o creí escuchar a la distancia.
Eso eres tú.

ESTÁS LEYENDO
punto y co;ma
RomanceEl frágil equilibrio de dos personas que coincidieron al encontrarse; pero no coinciden para separar sus caminos. Inesperadamente los equilibrios pueden fracturarse si uno de los dos lo altera. Arlet no lo sabía, pero aprendería a caminar sola...