Capítulo VII

65 9 0
                                    

—Al fin llegan nuestras piedras preciosas —habló Young Bae, sentado en la pequeña sala justo en la entrada—. Oh, y Murky Bluebell

—El novato fue a acompañarnos y los reporteros se le abalanzaron —dijo Tae Min—. Me recordó cuando nos pasó lo mismo a Min Ho y a mí —rio levemente

—Ah, cierto, jamás olvidaré sus caras en ese momento —También rio y dejó el periódico que leía sobre la mesita frente a él antes de ponerse de pie—. Bueno, ahora que sé dónde estaba Murky Bluebell puedo llamar a Hardstone y Onyx

—Oh, ¿van a algún lugar? —preguntó Jackson con notable curiosidad aunque intentara ocultarla

—Como anterior líder tengo la necesidad de darles una charla a los nuevos —Colocó las manos en los bolsillos de su pantalón—. Me estoy haciendo mayor y quizás esta sea la última

—Ah, claro. La charla —dijo Tae Min caminando hacia el pasillo que llevaba al elevador

—¿Dónde están Hardstone y Onyx? —preguntó Ga In

—En la sala de visitas —Señaló el mismo pasillo de su derecha

—Iré por ellos —Se ofreció Jae Beom y Young Bae asintió

—Te acompaño —dijo Jackson casi en un murmullo y lo siguió. Sin embargo antes de llegar a la sala, tomó al azabache del antebrazo y lo jaló hacia un cuarto muy pequeño

—¿Qué…?

—Shh —Cerró la puerta y simplemente se acercó y pasó los brazos sobre sus hombros antes de besarlo

Jae Beom estaba confundido, pero eso no le impidió corresponder ese delicioso beso, los labios de Jackson eran en verdad encantadores y lo envolvían con una calidez inigualable. Tomó las caderas del castaño, intentando contener sus ganas de acariciarlo por todas partes, aunque el menor se lo estaba dificultando con los leves tirones que dejaba en su cabello. La habitación era demasiado pequeña, probablemente al sólo contener utensilios para la limpieza, por lo que el calor se elevó muy rápido.

—Jackson, espera —murmuró al separarse del beso, yendo contra sus propios impulsos—. No es lugar para esto

—Pero la charla de Bold es muy larga y yo te necesito ahora —También habló con la voz baja

—¿Necesitas? —Alzó las cejas, aunque por la oscuridad, dudaba que lo hubiera visto

—Sí, desde que me tocaste en el auto —Jugó con su índice sobre el pecho ajeno

—Sólo puse mi mano sobre tu muslo —Sonrió

—¿Entonces no quieres hacerlo? —Bajó su mano derecha hasta la entrepierna del azabache y este mordió su propio labio inferior

—Por supuesto que quiero, pero este sitio… Me parece muy peligroso

—¿No te gusta la adrenalina? —Comenzó a dejar besitos en su cuello—. Por favor, aunque sea rápido

Jae Beom sabía que no debía aceptar, se estaban metiendo en una situación muy aventurada y si alguien los descubría tendrían problemas, sin embargo, nuevamente nada de eso fue tan importante como para detenerlo. Ya le había hecho el amor una vez a pesar de las cosas en contra, realmente quería repetir la ocasión aunque fuese en un cuarto tan pequeño como ese. Así que lo besó con pasión y lo tomó de las piernas para recargarlo contra un estante, Jackson gimió entre el beso ante los apretones en sus muslos.

El hongkonés entonces bajó poco a poco sus manos para poder abrirle el pantalón y Jae Beom aprovechó a repartir algunos besos en su quijada y cuello. Jackson jadeó cerca de su oído al ser tan sensible en esa área, podía notarlo por la cantidad de feromonas que comenzaba a soltar con cada acción. Quizás ellas se estaban encargando de sedar la última parte de sus pensamientos que dudaban de continuar. Ahora lo único que quería era complacer a ese hermoso castaño.

Special [Jaeson/Jackbeom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora