PRÓLOGO

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05 de diciembre, 1945.
Fort Lauderdale, Florida.

13:45 PM












—Perdóneme, señor, no creo que sea conveniente volar hoy.

—¿Se siente enfermo, capitán Taylor?

—No, pero es una corazonada, señor.

—¿De verdad?

En la sala de capitanes estaban reunidos hombres de importantes rangos militares.
Todos uniformados pulcramente, rostros estoicos y orgullosos, exponiendo múltiples medallas de guerra sobre su pecho.

Miraron con incredulidad y cierta burla a Charles, el capitán encargado de los vuelos de práctica avanzada.

Intercambiaron sonrisas entre sí, aquella situación resultaba particularmente graciosa.

—Capitán, ¿ha estado bebiendo? —Cuestionó uno de los uniformados.

—Negativo, señor.

—Sabemos que los ánimos están en alto desde que ganamos la guerra, pero es crucial seguir con los entrenamientos —El mayor de todos hablo con firmeza.

—Lo sé.

—Si es así, entonces, no cuestione más las órdenes, Taylor —Reprendió su sargento encargado, haciendo notar que no le quedaba paciencia con el tema.

Charles sintió la dura mirada de todos sus superiores, no tuvo opción, debía ceder y cumplir con sus vuelos del día.

Soltó una exclamación de aprobación y salió de aquel cuarto, yendo directamente a la pista de partida, dónde sus aprendices le esperaban.

Charles Carrol Taylor, era un hombre bastante serio, reservado y firme.

Jamás bebía, jamás salía de fiesta y por supuesto, jamás había contraído matrimonio con nadie, era un hombre dedicado enteramente al ejército.

Sin embargo, desde hacía días un extraño sueño lo perseguía todas las noches.

Y durante sus jornadas, la paranoia lo atormentaba constantemente, ese día, la sensación de pánico era más fuerte que nunca, no quería volar, no debía volar.

Había buscado y rebuscado múltiples opciones y excusas para evitarlo, pero nada parecía funcionar, era cómo si el caprichoso destino le obligará a dirigir ese vuelo.

Trato de ignorar la fría sensación que le recorrió la espalda cuando salió a la pista.

Frente a él se encontraba su tripulación, catorce hombres lo esperaban, ansiosos.

Esta era su última práctica, solo debían completarla para poder graduarse y ser auténticos pilotos navales.

El capitán Taylor, decidió ignorar su corazonada y subió a su avión.


Problema de práctica número uno.
Objetivo: Hen and Chickens.

Despegue:
14:10 PM

Vuelo de práctica avanzado número 19.


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Charles Carroll Taylor, encargado de dirigir al vuelo 19 en su trayectoria

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Charles Carroll Taylor, encargado de dirigir al vuelo 19 en su trayectoria.

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