POV Lucrecia Montesinos
Negar que alguien te atrae es demasiado fácil, ocultarlo es aún más sencillo, pero dejar de sentir esa atracción es completamente imposible. Es más, diría que con el tiempo, esa atracción solo crece y, sin darte cuenta, se transforma en algo más, algo que te confunde y te consume.
-Me parece que nos retrasamos un poco y ya no alcanzamos la primera clase
Murmuro, observando los pasillos vacíos. Somos los únicos fuera del aula, solo Samuel y yo.
-Es cierto, pero igual no iba a entrar. Necesitaba despejarme un poco - su voz suena distante, como si su mente estuviera en otro lugar, sus ojos se pierden por un instante
- ¿Todo bien?Me acerco a él, casi sin darme cuenta de lo cerca que estoy. No quiero invadir su espacio, pero la preocupación se me nota en la voz.
-Si no quieres hablar, está bien, pero tal vez contarlo te alivie un poco.
-Sí, todo bien… solo que Rebeka me tiene un poco cansado con tanta intensidadResponde, haciendo una mueca que me resulta curiosamente encantadora.
-Es una excelente amiga, pero a veces me siento asfixiado. No deja de insistir en que seamos algo más que amigos
Retrocede un poco mientras habla, y yo, como si estuviera bajo un hechizo, sigo acercándome a él.
- ¿Te gusta ella? - lo pregunto con un tono que mezcla curiosidad y un poco de burla
- ¿Por qué la pregunta?
-Acabas de contarme que te gustan las tóxicas - digo riendo, recordando ese comentario tan poco común en él - y ella es tóxica a mi parecer
-Sí, lo dije, pero a ella la veo solo como una amiga, y ella no lo entiendeSigue retrocediendo, hasta que choca con los casilleros, quedando atrapado entre ellos y mi cuerpo. Puedo ver cómo su respiración se acelera, y me doy cuenta de lo tenso que está.
-Esa choni tiene difícil entender muchas cosas - me acerco aún más, colocando mis manos en sus hombros - Quizá yo pueda… - alargo la última palabra, disfrutando de cómo sus ojos se clavan en los míos, con una mezcla de nerviosismo y curiosidad - Ayudarte con eso, si tú así lo deseas
Lo empujo suavemente, haciendo que se pegue más contra los casilleros. Sus manos encuentran su camino a mi cintura, y un escalofrío me recorre todo el cuerpo. Nos miramos, sin decir nada, en un silencio que lo dice todo. Sus manos empiezan a apretar ligeramente mi cintura, y una sonrisa se dibuja en mi rostro. Me siento cómoda, extrañamente segura estando así con él.
- ¿Por qué quieres ayudarme, Lu? - acerca su rostro al mío, su voz baja y suave, susurrándome al oído - ¿Qué ganas con esto?
ESTÁS LEYENDO
Reservados
Storie d'amore¿Qué tal si todo fuera diferente? Después de la confesión de Carla, la distancia entre ella y Samuel se convierte en un abismo difícil de salvar. Mientras ambos intentan seguir con sus vidas, el destino les tiene preparadas nuevas sorpresas y desafí...