Cadenas del corazón

La noche que me recuerda el pasado

Fue una fría tarde noviembre, no sé si fue casualidad, no sé si un recordatorio del destino, o simplemente una mala jugada de este, a día de hoy no lo comprendo, pero si algo sé, es que el día en que ví a la mujer que amaba tomarse de las manos de otro hombre y yo viéndolos pero no pudiendo hacer ningún tipo de escándalo por estar junto a mis familiares, en esta misma fecha y casi 4 años después, me enteré que mi actual novia a la cual he estado engañando por meses, ha intentado suicidarse, por mi culpa, eso es claro, una mala jugada del destino, el momento no podría ser el peor.

No claro que no...

Porque para mí era un recordatorio que no pude olvidar, que nunca me pude recuperar, porque para mí siempre estuvo esa espina.

- acaso no fui suficiente!? -

- es que acaso no la merezco?-

Era lo que siempre me recriminaba cuando pensaba en ella y la veía en mi mente fallarme, un sentimiento que rápidamente se convirtió en pensar que  nadie lo es, que nadie es capaz de hacer feliz a otro y que simplenente, simplemente era cuestión de tiempo que otros te fueran a traicionar y aunque aquella mujer que era mi novia era mi mejor amiga, mi amiga de la infancia, con quién crecí por años, aún así no pude confiar, porque me convencí a mi mismo que algo así no me podía pasar, simplemente me quería justificar.

Ahora estoy frente a un puente, fumando, ella me dijo que no lo hiciera, verdad? Tal parece que ni estás promesas puedo sostener ya.

- haaaah, soy una mierda... -  trague mi saliva, baje la cabeza en son de resignación, mientras seguía teniendo mi cigarro en mi mano, tal vez como acto de hipocresía, empecé a llorar, seguramente quería que alguien me consolase verdad? No estaba llorando porque había perdido a quien me había amado en realidad... Verdad?

Gimoteos tras gimoteos seguían saliendo de mi, entonces llegó un momento donde ya no me podía ni controlar, no sé cuándo, pero mi cigarro cayó seguramente al mar, una irresponsabilidad más.

- Fer?

Ahí, justo cuando mis llantos eran aún mayores oi una voz aterciopelada llamándome, una que sonaba familiar, que hacía resonar mi cuerpo, podrían pasar los años, las mujeres y solo había dos mujeres que habría de recordar, a mi mejor amiga, mi novia y prometida a la cual supuestamente yo amo pero que termine lastimando.

Y a ella, ilse, mi otra amiga de la infancia, mi primer amor y era justamente ella quien había dejado de ver por años, a quien escuché llamarme.

- sabía que eras tú, te estaba buscando - era lo que dijo mientras se le oía cansada por aparentemente correr.

- lamento llegar de improviso, pero quería hablar contigo.

No quería voltear, porque desde el día en que sucedió todo no la quise ver mas, todo para no tenerla presente, pero la verdad es que creo que siempre la tuve conmigo como una carga.

Y como si el tiempo no pasará, me quedé ahí en la misma postura, pero al contrario de lo que se pensaría, aún con su presencia mis ganas de llorar no amainaron, al contrario, ni siquiera podía voltear a verla porque las lágrimas no paraban de brotar.

A lo mejor era el shock, los recuerdos o el momento en que todo paso, pero para mí era una simple transeúnte que me miraba deshacerme en llantos.

así pasaron minutos, la noche se hacía más vieja,  si me preguntaban la hora seguramente no sabría que hora contestar y al contrario de lo que cualquiera podría pensar, Ilse no se iba del lugar perfecto más sorprendentemente me tocó la cabeza, justo como lo hacía cuando éramos más jovenes y la diferencia de tres años que tenía con nosotros se podía notar más.