Grogu era realmente adorable. Nadie podía discutir eso, y parecía que tenía alrededor de su garrita a cualquier mandaloriano en ese planeta olvidado por la fuerza; por eso su trabajo no solo como maestro sino como cuidador era evitar que se volviera una amenaza para los mandalorianos y las ranas de la galaxia.
Era muy duro ser estricto con una criatura tan linda. Se preguntó si en algún momento su maestro Yoda había sido así de pequeño y lindo. Sacudió esa idea de su mente colocando un poco de espuma en el escaso pelo blanco en su cabecita verde. El niño arrulló de júbilo al soplar la espuma viendo algunas burbujas escapar de entre sus dedos; aún sentía cierta culpa en desperdiciar el agua en algo como un baño, pero aquí en Concord Dawn el agua no escaseaba, así que podía darle a Grogu algunos mimos de vez en cuando.
De pronto volvió aquella sensación enfermiza que había tenido hace semanas, una ligera nausea que contenía cada que estaba en presencia de otras personas; había estado muy ocupado con las clases de Grogu, con su búsqueda de más reliquias jedi y con evitar que el senado lo metiera en cualquier misión bélica que tuvieran en mente así que era lógico que estuviera cansado. Grogu arrulló preocupado y confundido hacia su maestro quien solo acarició la espuma en su cabeza antes de enjuagarlo.
— Bien, ya estas limpio. Salgamos a ver si tu buir ya terminó sus reuniones —Grogu gritó emocionado recibiendo con gusto la suave toalla con la que Luke lo envolvió y frotó antes de regresar a la habitación.
Ahora con más variedad de ropa gracias a Leia y los amigos de Din, podía escoger entre algunas pijamas y mamelucos. Decidiéndose por un mameluco negro con lunas y estrellas brillantes color plateado, terminó de secar al niño haciéndolo reir de vez en cuando al frotar las garritas de sus pies y su regordete estómago.
Luke se preguntó si así se sintió alguna vez la tía Beru, tomando bajo su cuidado a un niño que no era suyo pero como si lo fuera. Esa sensación calida en su pecho al verlo reir, la fortaleza para reprenderlo cuando solo quería reir por sus travesuras. Un bostezo escapó del niño mientras frotaba su ojo, el movimiento de las orejas del pequeño le provocó una sonrisa a Luke levantándolo de su lugar en la cama para acunarlo en sus brazos.
Le dio un beso en la arrugada frente justo cuando la puerta de la habitación se abrió. Cubierto en la brillante armadura y en la capa que tanto odiaba —pero que Bo-katan le insistió que debía usar frente a los líderes de clanes — estaba Din, el Mand'alor, su amigo y a veces... su amante.
— Que bueno que llegas, no creo que hubiera durado mucho antes de hacer un berrinche porque no llegabas —dijo Luke acercándose al acorazado de quien percibía una cantidad de emociones tan dulce que podría dejarlo noqueado.
Sabía que Din amaba a su hijo, sabía que lo apreciaba a él y ¡Por la Fuerza! Que había sentido el deseo que le provocaba a Din de vez en cuando. Ahora solo había cansancio apenas opacado por una oleada de ternura y cariño.
— Lamento llegar tan tarde, hubo una discusión sobre las minas de Beskar —dijo tomando a Grogu de los brazos del jedi haciendo que el agarre en la túnica de Grogu pasara a la pechera de Din, acurrucándose como un gato loth.
— No importa, Leia me envió estos nuevos mamelucos, me mataría si no se los probara a su segundo niño favorito. Y aunque creen que no lo sé, Han seguro escogió este —dijo Luke en un susurro como si fuera un secreto de Estado. La risa distorsionada por el casco le provocó un burbujeo extraño en el estómago al que se estaba empezando a acostumbrar.
Se quedaron en un cómodo silencio solo escuchando la respiración pausada del bebé, la mano enguantada de Din pasó por el cabello del jedi. Luke deseó tanto que no tuviera el guante.

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Mestizo
FanficLuke tiene tres crisis momentáneas: la primera, está embarazado; la segunda, al parecer es mitad stewjoni; la tercera ¿cómo kriff le va a decir a Din sobre esto sin afectar su estado como maestro de su hijo?