Capítulo 02: Flores de cerezo y cítricos.

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Cuando Shidou salió del edificio, encontró un auto con ventanas polarizadas afuera. A través de la ventana abierta del asiento trasero, pudo ver los ojos desinteresados mirándolo.

"¿Por qué estás aquí todavía?"

Sae lo miró de arriba hacia abajo antes de mirar al frente.

"¿Puedes llegar a tu casa en ese estado?"

Probablemente no, pero Shidou no pensaba que este tipo lo esperaría afuera.

"¿Me llevarás a casa, Pestañas?"

El tipo resopló, pero Shidou ya había dado la vuelta para subirse al asiento trasero desde el otro lado, porque Sae seguramente no se deslizaría por el asiento para darle espacio.

Después de que el auto arrancara, Sae suspiró. El partido había sido bastante intenso, incluso si él había entrenado muy duro en su tiempo en España, un partido de esa magnitud todavía lo dejaba agotado. Queriendo ir a tomar una ducha relajante y una buena siesta, decidió pasar dejando rápidamente a este problema que había traído con él.

"Oye, demonio, ¿cuál es la dirección de tu casa?"

No escuchó una respuesta de su demonio, irritado, estaba a punto de girarse para mirarlo cuando sintió un peso sólido cayendo sobre su hombro.

No puede ser.

Sae se pellizcó el puente de la nariz al escuchar la respiración calmada del otro tipo, así como al sentir la nariz buscando su feromona en su cuello.

Desde que pidió a este tipo para jugar con el equipo de la Sub-20, había aceptado hacerse cargo de esta responsabilidad.

"Como sea..."

*****

Los párpados de Shidou revolotearon antes de finalmente abrirse. Miró hacia arriba y se encontró con una cara hermosa con una expresión hastiada.

"¿Despertaste? Ahora muévete".

El aroma a cítricos era débil, como si acabara de retirarse a toda velocidad. Shidou se levantó, aspirando el aroma antes de que se desvaneciera por completo.

"No me trajiste a mi casa".

Fuera de la ventana, podía ver un complejo de apartamentos de primera clase. De esos carísimos que solo los tontos ricos podían permitirse pagar.

"No me diste tu dirección, idiota".

Eh, eso parecía cierto. Shidou se bajó del auto después de Sae, siguiendo al tipo con las manos en las bolsas de sus pantalones de chándal. Bien podría haberle dado su dirección al chófer que seguía en el auto, pero esto parecía mejor, y el otro todavía no había dicho nada.

El apartamento de Sae era tan lujoso como se veía el edificio en el exterior. Shidou se lanzó a la gran cama y se quedó tendido ahí. Escuchó al otro moverse por el lugar antes de que la voz del tipo viniera de algún lugar del apartamento.

"Voy a tomar un baño, no hagas desorden".

Shidou murmuró algo que ni él entendió como reconocimiento. Cuando escuchó que el otro cerró la puerta del baño, levantó la cabeza para mirar alrededor.

No olía a nada. No había nada de las feromonas de Sae en el apartamento. Shidou resopló para sí mismo, ese par de hermanos se esforzaba mucho en reprimir sus feromonas.

Se levantó de la cama y caminó hacia el armario. Eso olía a Sae, oh, eso también, y eso...

*****

Sae salió del baño después de relajarse lo suficiente. Frunció un poco el ceño al no escuchar ruido fuera de la puerta. Era extraño que ese demonio estuviera tan callado.

Then you came, and I didn't let go || RyuSaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora