Alma de fuego

Capitulo 24

Alma de fuego

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Hinata activó su byakugan y escaneó el área alrededor del campamento. No vio a nadie ni vio nada que indicara que les habían tendido una trampa durante la noche. Ella se lo indicó a sus compañeros de equipo. Shino y Kiba señalaron su reconocimiento mientras Akamaru recurrió a asentir. Salieron con cuidado de su escondite, destruyeron todo rastro de su campamento y reanudaron su misión: explorar el antiguo sitio de Uzushiogakure en busca de pistas.

Su equipo aún no había ingresado al pueblo destruido, a pesar de que habían estado allí durante cinco días en este punto. Había un montón de razones por las que no habían cruzado la frontera hacia el pueblo propiamente dicho, pero Hinata sabía que todas eran excusas.

La Aldea Oculta por las Mareas Giratorias era un mal lugar.

El día antes de que su equipo partiera en su misión, Tsunade-hokage-sama les ordenó reunirse con Ichigo para discutir la disposición del terreno. El fuinjutsu de Uzumaki Mamoru, el que Ichigo y sus hermanas habían usado para viajar entre mundos, los había depositado en Uzu. Eran los primeros residentes de Konoha en visitar la otra aldea en una década, por lo que Tsunade quería que Ichigo les contara a Hinata y a su equipo todo lo que recordara sobre su destino.

Ichigo obviamente había tenido más tiempo para prepararse para su encuentro. Había traído un mapa, un mapa increíblemente detallado, que había creado usando una técnica de la Sociedad de Almas. Cuando se activa, las imágenes se levantan de la página formando estructuras tridimensionales, que luego el usuario puede rotar y mejorar. Debajo de su byakugan, las imágenes existían en forma de luz pura.

Era un mapa basado en kido, un subconjunto de bakudo y creación de barreras, que el jefe de su clan, Kukaku, le había enseñado a hacer junto con fuegos artificiales. Después de una hora de práctica, Hinata y todos sus compañeros de equipo, incluido Akamaru, habían podido activar y desactivar el mapa con la cuidadosa aplicación del chakra yin y, extrañamente, la intención de matar. (Akamaru no pudo girar el mapa debido a la falta natural de pulgares, pero todos acordaron que no era probable que necesitara usar esa función).

Luego, Ichigo procedió a revisar cada punto de emboscada y peligro potencial que pudiera recordar. Incluso un paseo casual por el pueblo sería peligroso. La mayoría de los edificios estaban colapsados y deteriorados. Algunos habían caído en una red de túneles que discurría por debajo de la totalidad del pueblo. No obstante, Ichigo tenía una excelente memoria táctica del diseño, lo cual fue sorprendente dado que él y sus hermanas solo se habían quedado en Uzu durante dos días antes de continuar.

Shino había dicho eso antes de que Hinata pudiera mencionarlo. Ichigo había admitido a regañadientes que algunos Hollow, su nombre para los espíritus malignos, habían sido traídos con ellos desde un lugar llamado Dangai, y había tenido que perseguirlos antes de que pudieran comerse a alguien. La corta serie de batallas lo había vuelto hiperconsciente de su entorno. Más que el mapa brillante, era un recordatorio aleccionador de los orígenes de Ichigo, tanto por qué había venido a los Países Elementales como lo que había sido antes: un dios de la muerte.

Kiba había tratado de aligerar el ambiente haciendo una broma sobre los fantasmas que rondaban el lugar. Ichigo había negado la existencia de fantasmas en los Países Elementales hasta el momento, pero había dicho que el aura de Uzu era adecuada para ellos, lo que solo sirvió para inquietar aún más al equipo.

Hinata había pedido una explicación tan cortésmente como pudo y recibió la respuesta inmediata de que Karin era mejor para sentir ese tipo de cosas y había sido quien los animó a irse. Después de un poco de persuasión, Ichigo lo comparó con los lugares aún abandonados en el Complejo Uchiha. Uzushiogakure había sido un lugar lleno de vida una vez: alegría, tristeza, nacimiento, muerte, lucha y paz, y ahora que la gente se había ido, estaba más que desolado. La mayoría de los animales parecían evitar el lugar, y el borde del bosque, que debería haber invadido y tomado parcialmente el pueblo, nunca se acercó a las paredes rotas.