burning desire ✦ enzo x julián os

única parte

“¿Me vas a decir por qué hiciste eso?” preguntó, sus dedos trazaban el camino desde su muslo hasta su rodilla.

Su respiración se atascó, siendo apenas capaz de formular una palabra.

“N-no sé” jadeó, perdiéndose en sus ojos negros que lo miraban con seriedad.

“Ah, ¿no sabés?” las comisuras de sus labios se alzaron, formando una sonrisa que le hizo temblar las piernas.

“N-no” susurró, se encontraba en un estado mental que solo le permitía concentrarse en las caricias de Enzo sobre su cuerpo.

La situación se remontaba al partido del City contra Tottenham, el equipo de camiseta celeste había ganado luego de dos derrotas consecutivas. Enzo estaba más que feliz por su novio y había ido a verlo a la cancha para alentarlo.

Pareció ser suficiente motivación ya que fue el primero en convertir un gol para empezar a desempatar. El equipo ganó 4-2 y la felicidad parecía haber vuelto a los hinchas del City.

Sin embargo, no había sido el partido en sí lo que los había llevado a aquella situación, sino la acción que Julián tuvo con un fan.

Claro que había sido un lindo gesto, el hincha seguía al cordobés desde River (incluso portaba una campera de dicho equipo) y Julián quiso devolverle el gesto regalándole su short deportivo, ya que su camiseta estaba destinada para su familia.

Lo que no había sido tan lindo, al menos para Enzo, fue ver a su novio quedar en ropa interior frente a miles de personas y cámaras que buscaban capturar la mejor imagen de aquel momento.

El jugador del Benfica estaba hirviendo en celos, el público gritaba por Julián mientras éste corría por la cancha hasta llegar con su equipo. Había notado cómo sus propios compañeros se le habían quedado mirando de más, haciendo que su cuerpo ardiera de ganas de alejarlos de su novio para que no pudieran observarlo.

Luego de los festejos, Enzo había esperado a que todos se fueran para tenerlo a su merced. Julián se lo esperaba, su novio era una persona pacífica pero cuando se trataba de él algo parecía encenderse en su interior.

Y así habían llegado hasta ese momento, con el cuerpo del moreno aprisionando el suyo en la cama de su departamento.

Manos ásperas mantenían sus piernas separadas mientras seguía haciendo preguntas que él no podía responder. Tan cerca el uno del otro que sus alientos eran uno solo.

“Te gustó, ¿no?” cuestionó, viéndolo retorcerse cuando sus dedos acariciaban la zona más sensible de la parte interna de sus muslos. “Te gustó la atención que todos te daban, la forma en la que te veían.”

Él negó con fervor, sus ojos lo miraban con súplica.

“Por favor” pidió, una respiración pesada se escapó de su pecho.

“¿Qué querés?” inquirió con un tono burlón. 

“A vos.”

Un escalofrío recorrió su espina dorsal cuando sintió su risa ronca resonar contra su oído. Los labios de Enzo descendieron desde su mandíbula hasta su cuello, haciéndolo revelar aquella porción de piel para besarla a su antojo.

“¿Y crees que te lo mereces?” su cálido aliento le erizaba la piel. “Dejaste que todos te vean cuando sabes que el único que tiene permitido hacer eso soy yo.”

“No fue a propósito” dijo entre suspiros.

“¿Entonces dejar que tus compañeros te tocaran tampoco fue intencional?” preguntó, recordando cómo lo tomaban por la cintura o lo alzaban para agarrar sus muslos. “Decime Julián, ¿comportarte como una puta fue a propósito o no?”