Ray
Durante el camino nadie logro decir nada, no fue porque nos habíamos quedado sin tema de conversación, era mas porque por mi parte me estaba esperando para poder hablar en privado con el y no tener que armar una escena porque en el fondo sabia que si le hablaba y salía algo relacionado con todo lo que estaba pensando lloraría en ese instante, justo no quería llorar en público, siempre había preferido hacerlo en un lugar privado.
--Ya casi llegamos— Fue lo único que le dije. No sabía si esto sería lo correcto, pero bueno, ya estamos aquí así que ya no tengo de otra.
--Vives cerca de la escuela y aun así llegas tarde— Paso uno de sus hombros por encima de mi para apegarme a él.
--No soy bueno al levantarme.
--Yo te puedo ayudar a levantarte más temprano.
--No gracias, amo dormir y también a mi cama— Lo mire de reojo
--¿Mas que a mí?— Esta vez el me miro.
Me quede en silencio unos segundos, pensando en algo para tal vez solo para molestarlo y llegar a ver como reaccionaria.
--Tal vez, puede que sí.
Él se empezó a reír con casi una sonrisa angelical, pero sin dudar es que le quedaba esa risa. Así que con su brazo sobre mi hizo que me acercara más a él para que pudiéramos estar mas pegados de lo que ya estábamos logrando hacer un ambiente algo hermoso, el propio mundo que estábamos creando se estaba volviendo mas fuerte y nadie lo lograría parar.
--Estamos a nada de llegar— Le dije para poder no romper el espacio, sino más bien, intentar calmarme un poco y no olvidar cual era mi propósito inicial.
--¿Si estamos por el camino correcto?
--Claro, estamos a un minuto, si mis cálculos no me fallan.
--¿Cómo que si no te fallan?
--Es que nunca calculo el tiempo de mi casa a la escuela— Me quede en silencio uno segundos para intentar recuperar el aire por hablar rápido --¿Quién hace eso?
--Yo luego si lo hago.
Lo mire con una sonrisa sin mostrar dientes para luego empezar a caminar más rápido con el agarrado de mi mano para al fin poder llegar e intentar sacar todo lo que tenía guardado y tener a alguien más quien me pudiera ayudar.
--Ya llegamos—Le dije para poder abrir la puerta con las llaves que tenía en la mano.
--Me gusta tu casa.
--Gra-gracias.
Al entrar le indique por donde podía poner sus cosas y si él quería igual donde él se podía poner cómodo para que no estuviera parado todo el tiempo.
Me dirigí a la cocina por algo para tomar ya que el sol me empezó cansar e hizo que mi garganta se quedara seca tan rápido.
--¿Te gustaría un vaso de agua o algo de tomar?— Le grite desde la cocina.
--No gracias, así estoy bien— Me respondió de la misma manera.
--¿Estás seguro?
--Seguro mi niño bonito, estoy bien.
Después de servirme un vaso de agua, me dirigí donde él estaba para al fin hablar de todo lo que me estaba pasando, no me mentiría y es que aun tenia la duda de si contarle todo a Teo seria lo mejor, pero el saber que el me apoyaría sin importar que. Eso era algo que amaba de él, que siempre me este apoyando, aunque luego ni me hable, se que con su presencia es más que suficiente porque sé que no me dejara solo.
--Creo que te debo mucho para explicar— Le dije viendo el vaso en mis manos.
--Sabes que puedes tomarte tu tiempo-
--Es que no sé por dónde empezar. Créeme que, si quiero decirte todo, pero no se ni siquiera que decir para poder empezar.
Vi como él se levantó del sillón donde estaba para poder dejar el vaso sobre la mesa y juntar mis manos con las suyas como era costumbre, si, un gesto algo sencillo, pero a mi me encantaba porque me transmitía paz.
--No tienes que apresurarte a contarme todo de golpe, puede a ser una sola parte y cuando te sientas listo puede ser lo demás, sabes que puedo esperar mucho tiempo y si no me quieres decir nada igual lo acepto ya que es tu vida personal.
Me quede en silencio, lo único que podía hacer era ver esos ojos que tanto me atrapaban, su cabello donde amaba hacerle piojito, su pequeña perforación que tenía en la oreja izquierda y sus labios, esos labios carnosos que no me cansaba de besar ¿Qué estas pensando Ray? Es un momento serio y tu estas pensando en besarlo, tienes que parar.
--Mi padre me golpea— Le dije de golpe bajando mi mirada para no tener que verlo ¿con que cara lo vería?
Silencio, hubo un gran silencio por segundos, pero para mí, ese silencio se convirtió en horas.
--¿Tu padre te golpea?— Dijo después de un rato.
Levante mi vista para poder tener que enfrentarlo y contarle ahora si de todo porque ya no había escapatoria, no podría ser tan malo.
--Así es, desde que tengo memoria siempre me ha hecho la vida imposible. Muchas veces me dijo que me quería muerto y por una razón la cual no logro entender siempre que se emborracha o esta aburrido el me golpea— Trague saliva para poder continuar –El día que me curaste en el baño, esas heridas me las hizo el después de confesarle mi homosexualidad. Estaba tan enojado que agarro un viejo bate que tiene para según el defender la casa, los golpes fueron tan fuertes que tarde toda la noche limpiándome lo que pude, pero supongo que no lo hice tan bien.
--Ray...
--Yo lo quiero porque es mi padre, pero no le quiero decir a mi madre porque ella es feliz con él y no quiero que se llegue a poner trise por mi culpa. No lo soportaría. Gracias a eso me llegue a lastimar a mi mismo para intentar enfocar el dolor de mis golpes en otro punto y que no me doliera tanto, pero supongo que eso se convirtió en una adicción porque aun lo sigo haciendo y no sé cuándo parar.
--Ray ¿Por qué no le dices a alguien mayor? Para que te pueda ayudar— Su mirada reflejaba preocupación.
--Teo, si te conté fue por la confianza, así que te pido que no le digas a nadie, por favor.
--¿Ni a Hannah o a Nataly?— Sonaba un poco preocupado.
--Hannah lo sabe porque ella una vez me encontró haciéndome daño y desde ahí ella se preocupa de que no haga nada raro, por eso dudo de ti en un inicio, ya que me sobreprotege, pero no me gusta ver como sufre por mi culpa— Lagrimas estaban bajando rápidamente, pero no me importaba ya que me estaba quitando un gran peso por encima y sentía que estaba al fin respirando.
--Ray tienes que hacer algo.
Puede ver sus ojos con mayor determinación y note que tenía los ojos húmedos indicando que quería llorar, pero no lo hacía por una razón.
--¿Qué puedo llegar a hacer? Nadie me creería.
Ahí fue el momento cuando Teo empezó a llorar, se estaba aguantando las ganas de llorar desde que le conté sobre lo que me pasaba. Fue algo que nunca imagine ver, pero me alegraba que estaba mostrando sus emociones.
--No, no lo sé, pe-pero podemos buscar a alguien que te crea, sabes que no estás solo y nunca te dejare caer en esto, pero siento que no hice lo suficiente porque estas sufriendo y yo actuaba como si nada mientras tu estabas limpiándote sangre que no merecías derramar y sé que no la mereces. Soy un terrible novio y amigo porque...
--No, deja de decir eso, no eres ni un mal amigo y mucho menos un terrible novio, así que no te hagas menos, ¿sabes que tu presencia me ayuda mucho? Me hace sentir protegido, así me haces sentir Teo. Así que no logres decir que eres un mal novio...porque te aseguro que eres alguien demasiado bueno.
Teo solo se me quedo mirando por unos segundos para después poder besarme.
--Te quiero— Me dijo a través del beso.
--Yo igual te quiero— Le respondí de la misma manera.
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Un solo universo
Teen FictionPodría decir verdaderamente, que Teo y Ray no eran como los demás chicos, claro que eran diferentes en varios aspectos, no solo por su físico y por pasatiempos que tenían, era por su alma. Los demás pensaban que esa relación no duraría mucho porque...