Episodio 5. Como yo.

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"No esperes que los demás actúen como tú actuarías"

Algo que sinceramente, es lo que más me ha costado y me sigue costando aprender, tanto yo como muchas otras personas.

Cuando nos importa y queremos a alguien, hacemos muchas cosas. Damos, no paramos de dar cosas. Le hacemos saber que estamos ahí, que nos tienen a su lado. Les demostramos que nunca le haremos daño, que nunca les vamos a decepcionar. Demostramos que en las buenas vamos a estar, pero sobre todo en las malas...

Pero a la hora de la verdad, no recibimos lo mismo. Y es que es un error tanto de ellos como nuestro. Damos, damos y damos, pero muchas de las veces no recibimos casi nada o directamente nada.
Aun sabiendo eso, seguimos dando, demostrando, apoyando... Como si eso fuera a hacer que nos quisieran. Y no es así.

No podemos pedirle a alguien que nos quiera.

No podemos pedirle que se quede.

No podemos pedirle tiempo.

No podemos pedirle que nos trate bien.

No podemos pedirle que nos cuide o valore.

No podemos pedirle que nos defienda.

Porque esas cosas las haces cuando quieres a una persona. Las haces porque tú quieres hacerlas, te salen solas. Las haces porque te importa esa persona.

Coño, yo me he cansado de eso, ¿sabes? Me ha dolido, pero sobre todo me he cansado.

Me he cansado de esperar, de que yo estuviera para todos, pero que nadie estuviera para mí. Me he cansado de esperar de que las cosas cambiaran. Me he cansado de las decepciones, de las mentiras, de las sonrisas falsas, de llorar, de fingir, de las promesas, de todo. Me he cansado de decirme a mí misma "Si yo cuento algo más o sigo estando a su lado, va a abrirse a mí" o "Me van a tratar bien y no me van a dejar a un lado", cuando no es así.
Te cansas.
¿Pasar siempre por lo mismo una y otra vez y esperar a que las cosas cambien?
Solo tiene una respuesta. Te cansas.

Pedimos disculpas cuando no tenemos la culpa. Bajamos la cabeza teniendo la razón o queriendo hablar. Hacemos por otros lo que nunca harían por nosotros. Ocultamos que estamos mal para no preocupar a nadie o porque sabemos que no va a ser importante para ellos...

Pero luego nos llaman egoístas.

Yo he perdido la cuenta de las veces que he colocado mi felicidad a un lado y he dejado encima la de los demás.

He sabido que todas las personas temíamos un valor, pero el mío lo he dejado abajo.
Por eso también el amor propio es tan importante.

He esperado. Esperado sin parar. Que las cosas fueran diferentes, que dejaran de hacerme sentir así, ¿no?, que me tuvieran algo de cariño...

Pero repito, esas cosas no se piden.

Dar y no recibir te acaba cansando, tanto físicamente como mentalmente.

Hasta que un día dices, "ya no más".

Porque siempre pasa, siempre llega.
Te empieza a dar igual, pasas del tema, no quieres hablar sobre nada...

Todo pasa factura en algún momento.

No podemos obligar a nadie a dedicarnos tiempo, no podemos obligar a nadie a respondernos rápido, no podemos obligar a nadie que nos hable o que quede con nosotros. No obligues a nadie hacer que cambie.

Que lo hagan por iniciativa propia.
Si no, no vale la pena seguir ahí.

El valor es lo más importante de las personas.

Lo que valen o lo que no.
Y si valen la pena o no la valen.

El Limbo De Cada UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora