Especial: Final Alterno

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Con la información dada por Hyde, el doctor Jekyll corrió de inmediato de su oficina para salir a buscar a sus muchachos, interceptado por Poole. Quién le explicó que estos quisieron salir por su cuenta, pero...

— ¡¿Los dejó salir solos?!, ¡hay...que ir por ellos!

— ¡Señor Jekyll no comprendo lo que está tratando de decirme, trate de calmarse!

Ni siquiera había dejado terminar a Poole.

— ¡Papá!, ¿verdad que por que Daniel no comió bien no hay que darle postre? Scott dice que sí por el esfuerzo de la mitad.

Ellos no avanzaron más de una calle en la conversación de ambos adultos cuando Poole los había perseguido para cambiar de opinión y convencerlos de volver, ya que algo le indicaba que debían hacerlo de inmediato, y por fortuna siguió a su intuición y no la orden dada. El mayor, que recuperó de su pálido rostro asustado el color, corrió hacia sus tres hijos menores que se estaban asomando en busca de una respuesta del hombre a su importante pregunta semi infantil. Y los envolvió en sus brazos hasta sentir que se les iba el aire.

— ¡Papá...nos estás aplastando!, ¿qué ocurre contigo?

Daniel exclamó con sorpresa y enojo, Enrique también se quejó como su imprudente hermano con un sonido ahogado, Scott se había dejado abrazar por completo pero permanecía inmóvil y con los ojos bien abiertos.
A la pregunta, Jekyll se separó ligeramente de los tres menores, que lo miraban confundidos y un poco asfixiados, pensando un poco lo siguiente que diría. Y cuando captó su atención, éste continuó.

— Perdón por asustarlos chicos, es solo que...me asusté un poco.

Se excuso disimulando sus nervios, aunque Daniel levantó una ceja con curiosidad.

— Ya, pero...era la salida de cada domingo, ¿ocurrió algo con nuestro amigo en la charla papá?

Volvió a argumentar Daniel al aliviado mayor, que no parecía querer soltarlos, ni siquiera cuando pasos atrás suyos alertaron de la bajada de alguien más.

El del ser de desagradable sonrisa.

— No, no mi estimado Daniel, simplemente le comentaba a tu padre sobre...que deberían considerar el mudarse de hogar, ya que últimamente la taza de criminalidad a estado muy elevada. Y cualquier loco puede estar suelto cuando vea la bonita casa que tienen y hacerles daño, ¿no lo creen?

Enrique se sorprendió por ello, y no fue el único, sino también el mismo Jekyll que breves momentos pareció amenazarlo. Y ahora, se comportaba de esa forma tan singularmente simpática y misteriosa con los pequeños, aunque brevemente recordaba oír que no tenía una buena reputación con ellos-

En especial, de las niñas.

— ...y yo le decía que, por supuesto, ¡hasta es mejor construir una nueva propiedad de inmediato en las afueras de la ciudad!

Aún así, decidió esta vez no cuestionar su misterioso ser, y seguirle por una vez la corriente. Pero sabía que nunca haría nada por nadie, ¿o qué motivo tendría oculto?

No se sabía pero era mejor no cuestionarlo.

— Yo me voy mi viejo amigo, tengo que irme, les deseo mucha suerte con la construcción y mudanza.

Daniel se asomó sobre su padre.

— ¿Cómo, ya no volveremos a verlo señor?

Con una pequeña risita escalofriante palmeó la cabeza del menor, confundiendo más a este.

— Me temo que no Daniel, pero el corto tiempo juntos fue maravilloso...

“Así que espero mucho de ustedes en el futuro.”

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Me!? Never!(El Extraño Caso Del Dr.Jekyll Y Mr.Hyde)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora