White Wolf 2 - Zombies 3 - Wyatt Y Tú - (III)

5

Ni Wyatt, ni Lena prestaron atención a sus primeras clases. Ella no podía dejar de pensar en la conversación que tuvo con su... ex‐compañero, antes de que su hombre lobo llegara. Y él no podía dejar de pensar en lo que su hermana había dicho, que ahora era también su sospecha.

Ambos sabían que en Seabrook pasaban cosas... inusuales, pero ninguno esperaba algo como lo que estaba pasando.

Pero no eran los únicos preocupados por el tema. La alfa no iba a dejar el asunto, solo porque su hermano se lo pidió. Tal vez no le diría nada, mientras no fuera un peligro, pero iba a llegar al fondo del asunto. Lena no era una humana normal, y los hechos más recientes solo confirmaba sus teorías.

Por eso quiso aprovechar el descanso para hablar con la animadora que les había abierto las puertas de Seabrook a los visitantes de otra galaxia. Claro que no era su intención que Bucky formara parte de la conversación, pero él siempre estaba en todos lados. Y Willa sabía como deshacerse de él. Era como... su prueba personal de paciencia. Prueba que nunca pasaba.

Luego de que Bucky saliera huyendo de la biblioteca, se quedó a solas con Addison.

— No te preocupes por ellos. —dijo la animadora, dándole continuidad al tema de los aliens.— No le tengo miedo a la competencia.

— Hablando de los aliens... Fue raro, ¿no? —dijo la alfa mientras se sentaba a su lado.

— ¿Qué parte?

— Lo de Lena. Y su... cabello blanco. Esta mañana llegó con su cabello "normal", pero hace unos minutos volvió a ser blanco.

— Ella se veía muy confundida. Pero pasó algo, y creo que eso la confundió más.

— ¿Qué pasó?

— Cuando Bucky comenzó a... desesperarla, hubo muchísimo aire de la nada. Lo mismo pasó cuando A‐lan trató de acercarse a ella.

Es un lobo blanco. Pensó automáticamente Willa.

— Lo sabía. —susurró inconscientemente.

— ¿Qué pasa? —preguntó Addison.

Sabía que su amiga podía... no reaccionar bien. A ella también le agradaba Lena, así que tendría que tener cuidado con lo que diría, si no quería escuchar un discurso bastante parecido al que su hermano le dio el día anterior.

Por otro lado, cierto ser estelar trataba de... mantenerse lejos de su ex‐compañera, mientras buscaba algunas posibles soluciones.

Entendía que fue su líder quien la ayudó a recuperar su cabello. Pero... ¿por qué ahora no podía tener contacto físico con el lobo, sin perder energía? Se suponía que sus estelas ya no estaban activas. Eso era lo que el collar del hombre lobo filtraba.
Algo había sucedido con los aliens. Y su equipo... aún no sabía qué intenciones tenían con la tierra. Si eran alguno de esos pueblos que aún les tenían rencor, por no quedarse a protegerlos. Esas especies que no entendían que ellos solo cumplían órdenes. Así que solo podían considerarlos una amenaza, y Lena la forma más... segura de enfrentarlos. Pero para eso ella tenía que... entender lo que era. Tenían dos opciones, desbloquear sus recuerdos o volver a enseñarle todo lo que... debía saber.

— Creo que no debíamos acercarnos demasiado a la nave de los aliens. —le dijo Layla.

— Quería tratar de ver como estaban las cosas aquí, es todo. —se excusó mientras se alejaban de Seabrook, hasta encontrarse con el resto del equipo.

— ¿Entonces qué fue lo que encontraron?

— No lo sé. Siempre creí que esa era su nave, y ahora resulta que no. —hablaban los más jóvenes.

— El listo nos dirá que era, ¿verdad, Leo? —dijo la chica.

— ¿Qué era qué? —preguntó confundido, en un intento de que no le hicieran preguntas sobre por qué fue hasta Seabrook.

— Lo que encontraron en el bosque la noche en que Lena... pues fue enviada a Seabrook. —dijo Luke.— Creí que esa era su nave.

— Era solo una nave exploradora. La general está sobre Seabrook. —dijo tranquilo. En ese momento, él entendió parte del por qué recién aparecían esas criaturas. Y... eso había sido su culpa. De todos ellos. Incluso de Lena.— Layla, quédate con ellos, tengo hablar con Levi.

— No soy su niñera. ¿Cuántas veces tengo que decirlo? —ella se lamentaba que Lena ya no estuviera con ellos. Especialmente en ocasiones como esa. Ella nunca tuvo problemas en cuidar del "pequeño" Luke. Pero ahora eran dos... y cada vez que Leo tenía que hablar a su líder, o que tenían que hacer un trabajo en cubierto, ella debía encargarse de los menores.

— ¿Quieres evitar un desastre o no? —dijo él. Seguían bastante cerca de Seabrook, así que tenían que prevenir... todo.

— Que sea rápido. —aceptó en un suspiro de rendición.

Leo caminó, internadose un poco más en el bosque. Ahí estaba su amigo, y líder.

— Algo está mal, Levi. —dijo para llamar su atención.— Tuve que acercarme un poco más y...

— ¿Su cabello volvió a ser blanco?

— No, no es eso. O sea, sí pasó, pero no me refiero a eso. Sus estelas están activas. —eso hizo que el líder se girara a verlo preocupado. Tan preocupado como podía estar, antes de causar algún... estrago.

— Es imposible. Ella ya no es un ser estelar. No tendría que...

— Lo sé. Justo por eso fui hasta Seabrook, otra vez. Sentía una energía muy fuerte que se emitía de ahí, y eran sus estelas. Al inicio creí que no, pero... el lobo puede debilitarla, otra vez. Ella resiste un poco, pero porque aún no están completas.

— Tal vez haya alguna... posibilidad de que se queden así.

— Tenemos que hacer algo, Levi. —insistió él.

— No, se supone que Lena debe encargarse de esto. Acercarnos podría arruinarlo todo. Pondrá a los aliens más alerta.

— Lena no va a poder con esto sola.

— Confía en ella. Yo sé que puede. —dijo el líder, antes de caminar hacia el resto de sus compañeros.— Tienes que poder, Lena. —susurró para sí mismo.

Mientras los protectores de la tierra se dividían en opiniones, cierta... chica comenzaba a notar algunos cambios en ella. Y no eran cambios biológicos.

Durante sus clases, no pudo evitar notar que todas podía... jugar con el aire. Eso fue lo que hizo en todo momento. Sin que los demás lo notaran, movía sus dedos suavemente, haciendo que el viento alrededor de su mano hiciera... diferentes cosas.

No entendía muy bien qué era lo que pasaba, pero se sentía bien al hacer eso.