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Una noche como cualquiera en el pueblo de Karmaland Luzu, uno de los héroes de ese pueblo estaba caminando por el bosque hasta que empezó a escuchar gritos cerca, llego al lugar y vio a un hermoso chico alas doradas y una cicatriz muy linda en la cara siendo atacado por una manada de lobos.

—Verga ¡Fuera!¡Aah!— Aquel chico estaba tirado en el suelo y con sangre en la ropa. —Mierda— . Luzu se acercó y con un palo, le pego a todos los lobos para que se vayan y dejen a aquel chico en paz. —Gracias—. Respondió algo adolorido el chico de la cicatriz. —De nada—. Respondió Luzu para darse cuenta que el chico estaba sangrando de una pierna. —Estas sangrando—. Luzu se sentó al lado del chico y saco unas vendas de su mochila. —Am.. ¿Como te llamas? Ach—. Pregunto aquel chico. —Luzu ¿Y tu?—. —Quackity—. —Que bonito nombre— Respondió para luego terminar de vendar a Quackity. —Listo, ya termine—. —Gracias— Respondió Quackity con una muy bonita sonrisa. —De nada— Luzu se levanto del suelo y ayudo a Quackity. —Bueno hmm... adios— Dijo Luzu para empezar a caminar. —Espera!— Le dijo Quackity. —¿Que paso?—. —Am... Lo que pasa es que soy nuevo por aquí y pues no se donde estoy ni tampoco se a donde ir y como tu me salvaste...—. Luzu pensó las cosas y llegó la conclusión de que no sería tan malo tener a alguien viviendo en su casa, ya que casi nunca sale con sus amigos y sería algo divertido tal vez. —Ah pues, estas en el bosque de el pueblo de Karmaland y si no tienes a donde ir pues... podrías vivir conmigo—. Una pequeña pero muy bonita sonrisa del Azabache fue acompañada de un —Gracias Luzu y perdón es que no recuerdo ni como llegué aqui. —No te preocupes Quackity, por suerte no te pasó nada grabe por esos lobos—. Luzu y Quackity empezaron a caminar hacia la casa de Luzu, la cual estaba al lado del bosque. Llegaron un poco rápido y en todo el camino estuvieron hablando sobre el pueblo y un poco sobre sus vidas. —Que chida tu casa Luzu, esta muy bonita—. —Gracias Quacks—. —De nada am...—. Quackity bostezo —¿Donde puedo dormir?—. —Oh eh, en eso no pensé ah... Por tus alas creo que sería mejor que duermas en mi cama, yo duermo en el sillón— Respondió amablemente el castaño. —¿Seguro? No quiero molestar...—. —Tranquilo Quackity que no tengo ningun problema, ve a dormir mejor, arriba en la segunda puerta es mi cuarto, buenas noches—. —Okey Luzu, buenas noches— Quackity se despidió de Luzu con un beso en la mejilla.

A la mañana siguiente Luzu fue el primero en despertar, fue a su cuarto y encontró a Quackity durmiendo acurrucado en sus alas, luzu no más fue a su cuarto por ropa pero al ver a Quackity se murió de la ternura y después salio rápidamente del cuarto para no despertarlo al pequeño.

Después de unas horas mientras Luzu estaba cocinando Quackity despertó, obviamente para dormir el se saco la ropa con sangre que tenía por lo cual le pidió a Luzu ropa y este le dio lo que encontró de la talla de Quackity, una sudadera color azul, unos pantalones color negro y unas zapatillas color negro con decoraciones blancas. —Buenos días Luzu—. —Buenos dias ¿Quieres el desayuno?—. —Am.. okey, gracias—. Luzu dejo en la mesa del comedor un platito con unos panqueques y una taza de café. —De nada Quacks—. Quackity se sentó en la mesa. —¿Y tu no desayunas?— Pregunto Quackity cuando al instante sus alas se movieron incomodamente dentro de la sudadera. —Ya desayune y ¿Tu estas bien? Pasa que se acaban de mover tus alas—. —Si estoy bien... No más la sudadera lastima un poco mis alas—. —Oh pues entonces cortamos un poco la sudadera así estas bien—. Quackity se sorprendió por la respuesta de Luzu. —No no tranquilo Luzu, estoy bien, tampoco quiero llamar tanto la atención por esas cosas—. —Que lastima, son muy bonitas para ocultarlas—. Las mejillas de Quackity son tornaron un color rojizo al escuchar eso. —¿Eso crees?—. —Pues si, son de un color dorado muy bonito— Le respondió Luzu mientras le sonreía a Quackity dulcemente. —Am.. bueno, gracias pero igual creo que sería mejor dejarlas ahí, no quiero moverlas por accidente y hacer un desastre—. —Okey—.

Luzu tenía que salir a hacer unas compras así que dejo a Quackity solo e casa, este se dispuso a explorar los alrededores y también a explorar un poco la casa. —Que bonito es todo por aquí...— Se dijo así mismo Quackity mientras tocaba las pequeñas flores que estaban en el patio de Luzu. —Agh, que puta mierda es no saber ni como llegué aqui... me gustaría recordar algo—. Esas fueron las últimas palabras de Quackity antes de que alguien tocara a la puerta. —Luzu!!—. La persona tocó repetidas veces a la puerta haciendo que Quackity piense que hacer. —Ya va!— Respondió Quackity para acercarse a la puerta y abrir con un poco de miedo. —Oh, tú no eres Luzu ¿Donde esta Luzu?— Pregunto aquel chico mitad oso con sudadera blanca. —Se fue a hacer unas cosas, por cierto ¿Tu quien eres?—. —Me llamo Rubius ¿Y tu dulzura?— Dijo algo coqueto lo último. —Quackity—. —Que bonito nombre, pregunta ¿porque estas en la casa de Luzu?—. —Eh... pasa que ahora vivo aquí—. —Ah, okey Quackity entonces adiós, pasa que le tenia que venir decir algo a Luzu pero no te preocupes, ahora cuando vuelva le digo— Dijo Rubius para luego irse caminando de la puerta de la casa. —¿Que cosa le quería decir a Luzu ese chico?— Se preguntó a si mismo Quackity. —Jmm... bueno no me importa mejor ordenó un poco la cocina así Luzu no tiene tanto trabajo.

Pocas horas después Luzu volvió a la casa y se encontró con Quackity durmiendo en el sofá, parecía que había ordenado toda la casa y del cansancio se quedó dormido, Luzu aprovecho eso para llevarlo en brazos hasta su cuarto y dejarlo dormir ahí cómodamente, mientras que a el no le importaba dormir en el sofá. —¿Luzu volviste?— Dijo algo dormido Quackity. —Ah, quacks perdón no era mi intención despertarte—. —No te preocupes... ¿Como llegué aqui?—. —Pues te traje en brazos hasta aquí arriba así tu no dormías en el sofá... pero te despertaste—. —Ah.. okey, oye ¿quieres dormir conmigo?—. La pregunta del azabache hizo sonrojar al castaño. —¿Como?—. —Que si quieres dormir conmigo, así tampoco tienes que estar durmiendo en el sofá—. —Eh... okey— Quackity le sonrío por su respuesta y Luzu se acostó junto a él en la cama. —Buenas noches Luzu— Dijo ya algo cansado Quackity para luego acurrucarse al lado de Luzu. —Buenas noches Quacks...—. Los dos chicos esa noche durmieron muy tiernamente abrazados y el castaño tal vez había empezado a sentir algo por el pequeño azabache.

¿Donde estoy? - Luckity.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora