[ 𝐒𝐃 ] ━━ ❛❛Minjeong, una delicada Omega amante de las noches de descontrol, tendría que renunciar a todo cuando Yoo Jimin, una dominante Alfa italiana, la reclama como suya en una fiesta que marcaría el inicio de un ardiente infierno para ambas.❜...
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Dos meses antes.
Baby one more time de Britney Spears era, sin duda alguna, el tipo de canción perfecta que a Minjeong le encantaba colocar de fondo mientras se preparaba para salir a alguna fiesta. Tal como aquella noche.
La música se escuchaba lo suficientemente fuerte para que atravesará cada una de aquellas paredes, cuya humedad era camuflada por posters de bandas o películas que Minjeong amaba. Su habitación era muy pequeña, pero aún así ella encontraba espacio para moverse al ritmo de aquella canción sin lastimarse con algún mueble en el intento.
Mientras bailaba con sensualidad frente al espejo se cuerpo completo, se iba vistiendo las prendas que había seleccionado instantes antes de ducharse.
ㅡMy loneliness is killing me ㅡcantó a la par de la canción, sin detener los movimientos que su cuerpo hacia ante la completa dominación de la música, al mismo tiempo que terminaba de abrocharse aquella camisa blanca cuya tela se transparentaba, haciendo resaltar su tatuaje de la estrella cubriendo parte de su pielㅡ. I must confess, I still believe...
ㅡI still believe ㅡsu acompañante hizo el coro poniendo su voz exageradamente aguda, lo que causó una singular risa en Minjeong.
Yizhuo, quién se encontraba acostada boca arriba sobre la cama de la rubia, también se rió para luaegi inclinarse con el fin de pasarle a su mejor amiga el porro que entre sus dedos índice y pulgar se situaba.
ㅡGive me a sing ㅡcontinuó la rubia con verdadera pasión, mientras estiraba su brazo con delicadeza y de este modo adueñarse por un efímero instante del porroㅡ. Hit me, baby, one more time.
El característico olor a marihuana se extendía en el espacio, abriéndose paso en el ambiente, sin dejar disimular el actor ilegal que aquellas adolescentes se encontraban ejecutando. Camuflando las feromonas que ambas Omegas desprendían.
Minjeong le dio una pitada, mirándose al espejo, admirando cada parte de su provocativo cuerpo. En sus dedos resaltaba aquel bonito color verde pastel. Oh, cuánto amaba aquel jodido color. Expulsó el humo restante de su boca hacia el espejo, dándole una nueva calada al cigarrillo de marihuana, y sin más se lo devolvió a su dueña, quien lo recibió a gusto.
ㅡ¿Qué dirá tu Mommy cuando se entere que estuviste drogándote? ㅡpreguntó Minjeong derramando cierta diversión con su tono de voz, entretanto se arreglaba su flequillo frente al espejoㅡ. ¿No te lo había prohibido?
La pelinegra rió con gracia y el humo huyó de entre sus labios.
ㅡOh, Minjeong, tú no entiendes. Lo hago a propósito, así me castiga ㅡexpresó la aludida con serenidad, manteniendo una grata sonrisa en su semblante y precedió a trasladar nuevamente el cigarro a sus labiosㅡ. Tengo planeado llamarla en la madrugada, toda ebria y drogada, así se enoja y va a buscarme a la fiesta para reprenderme. Oh, sí ㅡgimió con exageración arqueando su espalda sobre la cama, para luego echarse a reír.
