CHAPTER ONE

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« Cantas canciones
y esperas que lleven fe,
porque se te ha agotado.
Es poderoso,
pero lucha por creerlo.
Pronto llegará un poeta,
cuya arma es su palabra »

El sonido de sus pensamientos siempre ha sido más alto que el de sus palabras al denotar sus incomodidades; por lo tanto, pone una gran sonrisa y continúa con esa mágica velada. Hay mucho que celebrar, por supuesto. Familias están reunidas y Taehyung volvió físicamente intacto; sabe que es egoísta, celebrar su vida aunque sus ojos se hayan apagado. Por ello está tan molesto, pese a no tener derecho.

El sentimiento es real cuando despierta a la mañana siguiente y aún burbujea en su estómago; por ello, decide no esperar más y sale directo a la oficina del rey. Él no se para por ahí usualmente, peor aún desde que su padre falleció en batalla; ahora tiene motivos reales, sabe que Seokjin estará ahí trabajando. No se molesta en tocar la puerta; es temprano y ningún guardia cubre el perímetro. Por ello, llama la atención del omega con dulce aroma a grosella cuando ingresa.

—Adelante —es sarcástico al verle entrar, sabe que no le molesta. —¿En qué puedo ayudarte, hermanito?

—Te vas a casar —¿no es evidente que tienen asuntos sin resolver?

Seokjin suspira. —Jungkook, no hagamos esto tan largo. Tú sabías que para ascender al trono debía casarme, tal cual estaba por hacer Heechan. ¿Cuál es la sorpresa?

—Que no me lo dijiste —iba más allá del reino. —Soy tu hermano, ¿por qué debía enterarme en una fiesta?

—¿Te molesta que no te haya dado la exclusiva? —ladea su cabeza, curioso.

—Me molesta que actúes como si no fuera nada —porque lo es, ¿no es cierto?

—¿Acaso piensas que llevo meses planeando esto y te lo oculté por gusto? Ni siquiera lo hemos hablado Hoseok y yo, es algo que se debe hacer —no es más que otro papeleo.

—¡Te vas a casar! —Seokjin no entiende por qué parece tan alterado. —Vas a unir tu vida con la de alguien a quien no has visto más de... ¿Qué? ¿Cinco veces?

—Jungkook —dice más serio. —Gente murió allá afuera por salvar a nuestro reino, ¿y tú piensas fatídico que me case con alguien a quien no amo?

—Esto no es sobr-

—Sí lo es —se pone de pie. —Es para preservar la paz que nos costó cientos de vidas, incluida la de nuestra familia. Y no estoy dispuesto a poner en riesgo esa paz, ¿entiendes? Esto es necesario para nuestra seguridad, y lo haré sin importar nada.

—No tienes que hacer todo esto —al menos quiere creer que no; todo cambió de un día para otro, y si él no puede con ello ¿cómo es que Seokjin sí?

—Tengo qué y lo haré.

Jungkook baja la mirada, avergonzado por su arrebato. Con frecuencia, olvida quiénes son; quién es Seokjin. —Quiero que seas feliz, no quiero que seas otro muro de este castillo. Mereces estar con la persona que ames y te ame.

—Seré feliz si tú estás a salvo —es sincero al decir. —Jungkook, eres la única familia que me queda. Necesito que estés seguro.

—Pero lo estoy —intenta persudiarlo incluso si sabe que es inútil. —La guerra terminó, ganamos. Todo acabó.

—Ojalá fuera tan fácil como eso —en serio le gustaría que sí. —Los pueblos están débiles y la guardia ha disminuido, necesitamos garantías.

Golden Cages: La Fábula del Soldado, El Poeta y El ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora