↳ ❛ 𝐒𝐈𝐑𝐄𝐍 ⌗ 𝖯𝗋𝗂𝗇𝖼𝖾𝗌𝖺 𝖾𝗇𝖼𝖺𝗇𝗍𝖺𝖽𝗈𝗋𝖺 ❜
⿻۬ ͭ; ✦ ・゚:* 「 𝖥𝖺𝗇𝖿𝗂𝖼𝗍𝗂𝗈𝗇 」
── ❝ Nunca confíes en nadie, porque
podría ser un lobo vestido de cordero ❞
❀ ˚‧⁺.* No encontrándole sentido a la vida, Kath decide al f...
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❥ 𝐍𝐄𝐖 𝐃𝐀𝐘
𝐋𝐀 𝐅𝐈𝐆𝐔𝐑𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐒𝐎𝐋 se asomaba con lentitud entre unas montañas. Con un tono amarillento iluminaba las calles desmanteladas de una parte del imperio Obeliano. Indicando el amanecer de un nuevo día, una pequeña pelirosa se revolvía en la cama. Frunciendo el ceño por el bullicio que formaba las calles y los murmullos de la gente.
"Ni siquiera me dejan dormir" Pensó con molestia la recién despertada, frotando sus ojos somnolienta. Vestía un camisón grande descuidado como pijama, traía partes de este cosidos con trapos. Y como fuese magia, escuchó el habitual grito de la criada.
—¡Tu mocosa! Deja de de holgazanear y vete a limpiar— Replicó una enfadada mucama en el marco de la puerta, la habitación era de pequeño tamaño, construido de madera. Esta estaba empezando a podrirse.
La pelirosa dirigió su mirada a la mucama, desvaneciendo con rapidez su cara de molestia. Rebuscó algo en la mesita de noche posicionada al lado de ella, tomando unos cuantos papeles deteriorados y un plumón.
—El señor dijo que hoy no podía salir de la habitación— Escribió dejando que la mucama viera el mensaje, la sirvienta al verlo frunció las cejas. Acto seguido se fue, cerrando de un portazo la puerta; haciéndola rechinar.
Conocía que la niña no podía hablar, pero le fastidiaba que por más que la molestara y insultara siempre mantenía esa cara tranquila. Resaltando la belleza inocente que poseía.
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Divisando como la intrusa se fue, Atenea suspiró. Ese era su pan de cada día, desde que recordaba había crecido allí. Encerrada en ese cuarto, con unas cuantas visitas de su madre al mes. Su madre era una hermosa mujer, cualquiera se dejaría hipnotizar por su belleza. Pero fue desafortunada de tener que amar a un frío emperador, o eso le había contado.
'—Atenea, el emperador es un hombre desalmado. No te acerques a él por nada del mundo, también tápate los ojos cuando haya personas cercas'
Las palabras de su madre resonaban cada día en su mente, recordándole la cruel realidad. Claude Day de Alger Obelia, ese era el emperador de las tierras donde vivía y también, el nombre de un personaje que había leído en su vida pasada. Si, recordaba su vida pasada, la vida que abandonó pensando que se encontraría en descanso.
No creía en Dios ni nada, solo había tenido esperanzas de que dejar su vida pasada le haría sentir bien.
No fue así.
Cuando abrió nuevamente los ojos se había encontrado con los ojos arcoíris de su ahora madre. Ese día se negó lo inevitable, pero al ver los carruajes, las joyas y la falta de modernidad de este universo. Lo comprendió, había reencarnado en aquel popular manwha «Princesa Encantadora» la cual había estado ascendiendo en los puestos de popularidad. ¡Y ella era la hija fugitiva de Claude!
Al principio no se lo creía, ignorante de su situación, se resintió contra su madre que la visitaba solo tres veces al mes. ¿Porque no la visitaba más si era su hija? Se hizo esa pregunta, la cual pronto se le fue respondida. Su madre era una concubina, había arriesgado todo para tenerla a ella.
Escapó y vendió todas las joyas que recolectó en sus tiempos de concubina, quedando solo un collar de plata que sostenía un dije rosado. Los vendedores no le encontraron valor así que se la devolvieron. Ahora ella portaba en su cuello aquel collar, regalada por su madre en su reciente octavo cumpleaños.
Aún vendiendo todas sus pertenencias, no les alcanzaba para sobrevivir más de un mes. Debido a eso, busco trabajo y le resultó. Recordaba su tiempo de bebé, viendo como su madre se iba cada noche y volvía a veces con la cara magullada. Su misterioso trabajo era la de una prostituta, como muchas mujeres ejercían en aquella época.
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Un día, se mudaron con un rico cliente que había conseguido su madre, Ivonne. Le parecía un buen hombre, pero al ver las condiciones en las que les obligó a vivir y como su madre ya no pasaba tiempo con ella se le esfumó la idea. Era un farsante, le había encerrado a ella, y seguramente su madre la pasaba peor.
—Que raro...— Murmuró acomodándose en la cama, apoyando su espalda en el respaldo de su cama, para juntar sus rodillas abrazándolas con sus brazos.
Al ser hija del emperador su madre le había puesto varias reglas para su seguridad, no debía de romperlas por nada del mundo.
La primera, era no mostrar sus joyas imperiales a nadie, las cuales eran joyas rosadas. Cosa que obedeció durante sus primeros años de vida, pero al ingresar al hogar de aquel hombre, le obligaron a mostrárselas. Una sonrisa codiciosa se le plasmó en el rostro del repugnante hombre al verlas, pero no hizo nada, parecía que tenía un plan con ella más adelante.
La segunda, fue fingir que era muda a los ojos de los demás, no entendió pero la escucho también. Esa si pudo mantenerla hasta hoy en día.
Lo extraño es que su madre no le visitaba desde hace un mes, exactamente desde su cumpleaños.
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𝐃𝐚𝐭𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐨𝐬𝐨𝐬
— El nombre Atenea tiene el significado de "La que posee pofundos conocimientos"
— A la edad de 5 años, Atenea fue encerrada por el hombre.
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¡Nuevo capítulo!
Buenas buenas lectores, aquí la escritora hablando. ¿Que tal les pareció el primer capítulo?
¿Dudas?
¿Quejas?
¿Sugerencias?
Con este primer capítulo, estoy dudando de si tomarme un tiempo para adelantar borradores o no. En fin, tengan lindo día o noche. Un beso, muak.