En una noche lluviosa, llena de truenos y relámpagos atormentaba a una pequeña niña que era protegida y amada por su madre.
- ¡Mamá tengo mucho miedo..!- Dijo llorando la niña que corría a los brazos de su madre.
- Cariño no debes temer- acariciaba la cabeza de su hija- es solo el rey del bosque, tal vez este muy enojado el día de hoy.
- ¿El rey del bosque?- pregunto la niña con una cara dudosa-.
- Te contaré una historia si me prometes que después te dormirás.
- Lo prometo mami.
La madre llevó a su hija a la cama, la arropó y se sentó en una horilla de la cama.
- Quiero que prestes mucha atención mi amor porque la historia que te contaré no debes olvidar.
En lo más profundo del bosque donde ningun humano se atreve a entrar se encuentra oculto un Reyno ancestral.
Dónde sus habitantes son seres poderosos y mágicos atrapados en el tiempo y espacio bajo el echiso de protección de su rey.
Años atrás cuando vivían en paz , los seres mitológicos andaban sin temor, las sirenas cantaban con alegría explorando todo el mar que podían, las pequeñas hadas cuidaban de la belleza de su bosque, podías ver volar a los dragones de diferentes tamaños y colores.... pero todo eso termino.
Con la llegada del hombre más bien del ser humano que sin ningún poder pudo destrozar todo, atraparon, ataron y mataron a cada criatura que habitaba, para poder quitarles su magia o simplemente utilizarlos cómo esclavos.
- Que horrible mamá ¿es por eso que no puedo ver un unicornio?.
- Estoy segura que podrás ver uno pero mientras sigue escuchando.
Pero existió alguien que los pudo salvar de ese infierno, su nombre era Bakugo Katsuki no se sabía que criatura era, el parecía un simple humano pero ocultaba un gran poder.
Bakugo peleo con todas sus fuerzas, fue una gran batalla contra los humanos y al final creo un echiso de protección para que ningún humano volviera a molestarlos.
- y ¿aún están ocultos?.
- Claro y están bajo la protección de su Rey.
- ¡Mamá porfavor cuéntame más!
- Lo siento mi amor pero ya es hora de dormir, recuerda que mañana tendrás que acompañarme a ir al pueblo.
- Está bien mamá descansa.
La madre le dio un beso a su hija en la frente y se marchó a descansar.