Luego de ser derrotado en su enfrentamiento contra Robert Baratheon, El moribundo principe, Rhaegar Targaryen se arrastra hasta las profundidades de una cueva... Dónde se le presenta una segunda oportunidad.
"Fuego y Sangre".
Después de un siglo, nuevamente un dragón surcaba los cielos, con tal majestuosidad que los afortunados que lograron ver la gran sombra que momentáneamente eclipsaba el sol, no sabían si huir de la gran presencia, o alabarla cómo a un Dios.
- Es Balerion resucitado decían algunos, otros promulgaban que era el castigo de los Dioses por sus pecados, y unos pocos conocedores de la historia, pensaron que se trataba de Caníbal, el Dragon salvaje que sobrevivió a "La Danza de los Dragones".
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Rhaegar se dirigió al Señorío de Darry, Casa que se habia mantenido leal a los Targaryen a pesar de que su señor feudal, Lord Hoster Tully se había alzado en armas a favor de los rebeldes.
En su camino a Darry fueron muchos los pueblos que oscureció bajo la sombra de su dragón, y si hay algo más rápido que los caballos en los Siete Reinos, son los rumores. Rumores que se propagaron cómo la mala hierba, muy pronto todos sabrían de la gran sombra que podía oscurecer pueblos, posteriormente apodada "La Sombra del Príncipe".
Señorío de Darry
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El Castillo de Darry se encuentra a medio día de dónde ocurrió la Batalla del Tridente, y en las proximidades de Camino Real y Harrenhal.
Rhaegar descendió del cielo, y arribó a las puertas del castillo.
Lord Darry: P-Principe Rhaegar en un alivio que esté vivo, todos creían que había muerto.
Rhaegar: Bueno, como verás estoy vivo y bien acompañado.
Caníbal abrió sus fauces, y con su rugido hizo temblar los cimientos del castillo.
Lord Darry: Y-Yo puedo verlo... Qué harás ahora príncipe?
Rhaegar: Yo voy acabar está guerra, y pondré la cabeza de los traidores en una pica, pero primero necesito un informe de la situación actual.
Lord Darry: Luego de tu derrota en Vado Rubí, el ejército se desmoronó y huyó... Algunos pocos se quedaron a luchar hasta el final... Incluyendo a mis tres hijos mayores.
- Lágrimas empezaron a brotar de sus ojos.
Lord Darry: Y-Yo no debería llorar, lo siento.
Rhaegar: No se avergüence Lord, no hay lágrimas más honorables que las de un padre por sus hijos... Su lealtad a la corona no será olvidada, la casa Targaryen no olvida, ni perdona.
