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 —Amor te ves hermoso hoy día -empezo con los cumplidos, si quería recuperarlo debía ser más atento con el pequeño doncel, por otro lado el rubio se sorprendió bastante no sabía que responder así que solo atino a decir un simple gracias- ¿Te parece si hoy día empezamos a salir más seguido?

—No puedo Shisui, lo lamento mucho estoy un poco ocupado -estaba acostumbrado a ser el quién lo busque, no a lo revés y viéndolo bien se sentía incómodo al ver esa faceta nueva.

—No te preocupes, puedo esperarte; siempre estaré aquí cada que me necesites -le hablo con tanta dulzura y amor siendo la primera vez que mostraba afecto hacia él.

Todos los días sin falta el azabache hacia cualquier cosa por sentirlo cerca suyo al rubio, le daba regalos, peluches, flores; empezó su plan de conquista quería saber qué aún estaba puesto para el solito, llegar a pensar que otro podría enamorarlo y alejarlo de su lado lo ponía celoso.

Naruto lo vio perderse con las flores en mano, se sentía especial para ese chico, creía que su relación estaba empezando a mejorar; tenía una nueva ilusión en sus ojos y sin más se fue. La verdad semanas atrás ya se había resignado a enamorarlo otra vez, se había dado por rendido fueron tantas noches en las que se sentía solo que ya le causaba ansiedad estar con él pero al ver esa faceta de su amado le dio a entender que merecían estar juntos y que iban a luchar por el amor que se tenían, un día sin más dejo de hacerlo y así continuaron los siguientes días, Shisui lo confundía por completo había veces que quería estar con el, salir, comer; pero había otras que le demostraba lo contrario y siempre lo miraba acompañado de esa chica, parecían pareja a pesar de que el azabache le dijo que no.

Empezó a cuestionarse sobre su reflejo, sentirse menos querido y amado, otra vez estaba cayendo a un abismo sin remedio solo que esta vez no sabrá si podrá salir. Su pareja lo amaba ¿Verdad? Pero porque alguien que te ama te hace sentir insuficiente, te hace sentir que eres y siempre serás la segunda opción, pero se refugiaba en que todo era su culpa y que debía ser más entendible.

—Lo siento, fue mi culpa -dijo tembloroso al ver a su azabache enojado, cerro los ojos al ver que le iba a pegar pero jamás llegó el golpe.

—Todo esto está pasando por tu maldita culpa, ya te dije que no quiero mal entendidos y sigues ahí queriendo buscar problemas en donde no las hay; ¿Que buscas haciendo todo un escándalo? Te dije que no quiero nada de esto, a partir de ahora tú y yo no estamos, lo nuestro se terminó -dijo nublado de la cólera sin saber que más después se iba arrepentir.

—Prometo cambiar, no me dejes no se qué haría sin ti, por favor te lo suplico; si quieres me pongo de rodillas pero no te vayas.

—Mirate rogando por un poco de amor y atención -le levanto la cara y lo miro a los ojos, esos bellos ojitos que tanto amaba y que en un tiempo lo miraban con tanto aprecio- No eres capaz de aceptar la realidad y ver que lo nuestro ya no da para más, me sentí satisfecho al verte siempre a mis pies, al ver que aún sigo y seguiré teniendo control sobre ti, porque tú me amas -y lo besó saboreo esos dulces labios como una cruel despedida para el contrario- Si me disculpas hay una cita que me espera, nos vemos luego mi querido Naru.

El rubio se quedó en shock su cerebro no le respondía, empezó a ver su gusta borrosa, su respiración se aceleró; todo lo que aquel hombre le dijo calaba muy en el fondo de su corazón, se sintió destrozado, herido, sucio; solo jugó con el y ahora que ya no le servía lo dejaba botado como si no valiera nada.

Se echó a llorar, ese día se derrumbó por completo, ya no quería creer en nada ese chico lo hizo sentirse menos, tenis rencor hacia por haberlo engañado, por mentirle.

Amor perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora