- Esta no es la chica que conocí, no quiero que estés aceptando lo que mi madre te diga solo para que te acepte, eres mi hija y te quiero tal y como eres - dijo Román abrazando a Samantha cuando entro en su despacho.
- Gracias... papa - Samantha suspiro y enjugo una lagrima que se le escapo - no acepto todo lo que me dice, solo acepto por ahora lo que dice, hasta ahora me a pedido que aprenda modales y que salga con algunos jóvenes, no creo que sea mucho y al mismo tiempo ella me esta comenzando a conocer.
- Entiendo, así suena razonable, pero ahora que estas conmigo quiero conocerte mejor a ti a los planes que tienes para tu vida.
- Quiero estudiar, aunque aun no estoy muy segura de que, tal vez marketing o negocios internacionales, mientras decido me gustaría que me dejaras trabajar en tu empresa al mismo tiempo que todo algunos cursos de administración de empresa y diseño grafico que me ampliaran el horizonte, ¿Qué opinas?
- Me gusta lo que escucho, me gusta mucho. Adelante, sabes que no tengo mucho tiempo para dedicarte pero cuentas con mi aprobación - la puerta se abrió repentinamente.
- Ya esta la cena servida - apareció Lidia
- Enseguida vamos - respondió Román y luego volviéndose a Samantha - toma esta tarjeta y úsala mientras tramito una cuenta para ti, compra un nuevo teléfono y todo lo que necesites.
- Gracias, ahora muero de hambre y quiero cenar con mi familia - camino directamente hacia Lidia mientras guardaba la tarjeta en su sostén y gesticulaba ladridos sin emitir sonido.
Los siguientes días fueron triunfales para Samantha, platicaba con su abuela todas las tardes, salía con los nietos de las amigas de su abuela los fines de semana, se compro un nuevo celular, se inscribió a dos cursos que quería y hasta invito a Vanesa a comer, todo estaba estupendo hasta que una tarde cuando llego a su casa se encontró dos grandes sorpresas.
Primero al llegar a casa la esperaban su abuela, una amiga de ella y su nieto, un joven muy atractivo de unos 23 años, 1.80, rubio, ojos azules y encantadora sonrisa.
- Al fin llegas - dijo Angelica - te esta esperando Carlos, tu futuro esposo
- No estaba seguro de aceptar pero ahora que te veo en definitiva digo: Si - respondió- extendiendo la mano a la chica confundida
- Te dije que era encantadora - respondió Ana la amiga de Angelica - pasa pequeña para conversar
- Mucho gusto - respondió tomando la mano de Carlos quien la atrajo hacia él - conversar, eso me gusta.
Se sentaron todos juntos y le contaron a Samantha que Carlos había terminado una relación de mas de 3 años y estaba listo para sentar cabeza, su abuela había dado su consentimiento ya que Carlos pronto obtendría su maestra en administración de empresas y comenzaría a trabajar en la empresa de su padre, además de ser el único heredero de las acciones de su familia y se perfilaba para ser algún día el director de la misma.
- Suena maravilloso, pero... no será inmediata la boda verdad?- pregunto Samantha
- ¡Claro que no! una boda se planea al menos un año - respondió Ana
- Pero no es necesario esperar tanto, así que podemos casarnos cuando tu digas - intervino Carlos con su encantadora sonrisa.
- Estoy emocionada y me gustaría gritar que si y poner la fecha, pero considero que las decisiones importantes se deben pensar con la mente fría, creo que podríamos comenzar una relación y en seis meses volver a reunirnos para definir el camino a seguir.
- Bien dicho - repuso Angelica - así lo vamos a hacer, desde hoy formalmente son novios con miras a casarse y en seis meses nos reuniremos todos para poder fecha y hablar del futuro.
Samantha y Carlos se quedaron un momento solos y acordaron salir cada tercer día y comenzar a conocerse, a ella no le molestaba salir con él, pero el compromiso si le molestaba demasiado, no muy feliz llego a su habitación donde encontró toda su ropa hecha trizas, mientras revisaba los pedazos se escucho un ruido a sus espaldas.
- Morder y ladrar son dos cosas muy distintas
- Lidia, ¿Qué significa esto?
- Tu ropa es muy inapropiada, ya te lo había comentado, es solo un apoyo para que te compres mejores cosas
- Y que gaste mucho dinero en ropa y le puedas decir a mi padre que soy una interesada y despilfarradora, ¿no?
- ¿y que, le vas a decir que su esposa de años te rompió la ropa? Soy una dama y una adulta jamás te va a creer - Lidia se fue y dejo a Samantha bufando de rabia, unos segundos después se abrió de nuevo la puerta, al darse vuelta vio sorprendida a Mirna poniendo el seguro para que nadie mas entrara.
- ¡lo siento mucho! - dijo la pequeña con lagrimas en los ojos
- Esta bien linda - respondió Samantha sonriendo porque había encontrado con que dañar a Lidia- no es tu culpa - la abrazo y coloco su rostro pegado al de la pequeña, frente con frente - tu eres una niña buena y no puedes responder a tu madre.
- No puedo hacer nada, es verdad, mi madre me trata como un bebe y decide todo por mi, incluso quiere decirme quien es mi hermana.
- Pero tu no eres una bebe, ya casi eres una mujer, apuesto que hasta tienes novio.
-No, novio... no, no le gusto a los chicos.
- Eso no es posible, tal vez solo te falta confianza y un poco de experiencia
- ¿experiencia?
- Si, dime Mirna, ¿alguna vez has besado a alguien?
- No... yo... ya debo irme, solo quería decirte que si puedo ayudarte en algo lo hare.
- Y yo voy a ayudarte a ti, en todo - sin dar tiempo para que reaccionara beso a Mirna en los labios por un momento, después alejándose de ella sonriente le cubrió los labios con el dedo - ssshhh, no le vayas a decir a nadie en especial a tu madre, no quieres que se enoje porque la desobedeces.
- No, pero... - agachando el rostro - yo... no.... esto no - Samantha la beso de nuevo y la puso contra la pared mientras acariciaba su cuerpo suavemente, finalmente la pequeña logro mover su cuerpo y apartar su rostro.
- Esta bien, esto lo hacia yo con mis amigas... pensé que eras mi amiga y estabas conmigo y no eras tan mala como tu madre
- Esto no... esta bien
-¿Te gusto? - ante la falta de respuesta se acerco de nuevo a Mirna y la beso por tercera vez, en esta ocasión si recibió respuesta a sus besos y caricias, se aparto un poco - es nuestro secreto.
- Si - feliz pero avergonzada salió de la habitación.
Samantha feliz se quedo pensando en los pasos siguientes para romper a Lidia, pero feliz porque le había dado una mordida a la yugular y pensando: ya estas muerta y no te haz dado cuenta.

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Realidades
RomanceDespués de lo confusa que es la adolescencia el camino para la madurez es un duro choque contra la realidad, en este libro seguimos viendo el crecimiento de Samantha mientras se vuelve una mujer, define su sexualidad y experimenta la vida adulta.