Nuevos inicios

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El verano termino y también los cursos que Samantha había tomado, la relación con su padre y abuela eran cada día mejores, Mirna la visitaba con frecuencia para recibir "su dosis de amor" y Lidia la odiaba cada día mas, sobre todo cuando le pidió frente a todos que la ayudara a comprar ropa formal y cambiar completamente su look ya que pronto cumpliría 18, comenzaría el curso para ingreso a la universidad y a trabajar como asistente en la empresa de su padre, así que se vio forzada a ayudarla a renovar todo su closet y así justificar la reposición de la ropa que había destruido.

Todo en casa estaba bajo control, pero su noviazgo con Carlos era cada día peor, las primeras citas estuvieron bien, pero poco a poco se fue dando cuenta de lo prepotente y narcisista que él era, lo malo es que su abuela estaba más que entusiasmada con su futuro matrimonio y cada vez que le comentaba algo ella respondía: Son cosas de jóvenes, ya se irán acomodando, además a la mujer le toca soportar para tener un buen marido.

Esa mañana todos se alistaron para la escuela, Samantha y Mirna se fueron juntas, el chofer las llevo sus respectivos colegios. Samantha llevaba una blusa blanca con un chaleco gris y un pantalón a juego, como siempre en el colegio le fue bien y se adapto rápidamente, los chicos le coquetearon, lo que le encanto, pero se tuvo que contener y decirles que tenia novio. Por la tarde el chofer la llevo a la oficina y la dejo a dos calles para que nadie supiera quien era.

- Buenas tardes soy la nueva pasante - dijo llegando al área de administración

- Hola soy Rosa - respondió una joven de unos 27 años, 1.70, cabello negro y ojos cafés -  acomódate en este escritorio, aun no han traído equipo para ti pero a ver que te ponemos a hacer.

- Traigo mi laptop si gustan la podemos usar mientras

- Perfecto, te voy a traer unas hojas de calculo y tienes que revisar que todas las facturas coincidan y revisar las formulas para confirmar los totales, ¿si sabes usar Excel verdad?

- Nivel avanzado.

Ya que Samantha se dedicaba a trabajar y obedecía con eficiencia y rapidez fue aceptada por todas las chicas del área, Juana, era una de las contadoras principales, vivía de fumar y quejarse de su marido, Magda era una solterona amargada que odiaba a los hombres pero había dormido con la mitad de la plantilla, Sara era una joven a punto de casarse y estaba llena de ilusiones, Rosa era una mujer casada desde hace 3 años, amaba su trabajo y era la asistente personal del director de compras, Frederik.

Frederik era un hombre de unos 40 a 45 años, 1.85 mts., cabello negro ya ligeramente cano, ojos negros, sin condición física, un poco panzón que siempre estaba serio con cara de enojón pero sonreía de forma picara cuando veía a una chica linda, siempre tenia atenciones para todas las mujeres del área, nunca olvidaba los cumpleaños y a pesar de ser siempre cortante y profesional con las mujeres del área se rumoraban sus constantes aventuras con las chicas de otras áreas.

Era encantador sin duda pero nada de que preocuparse, sino que el único que ocupaba su mente era Carlos, siempre él, no importaba que solo fuera un abrazo o un beso era tan incomodo, no importaba lo apuesto que era y lo afortunada que le dijeran que ella era, una sensación de peligro e incomodidad los acompañaban en cada cita.

Desde que dijo que si, Samantha sabia que era un error pero ya no encontraba escusas para no ir con Carlos a su departamento, la noche había sido encantadora, Carlos estaba de un humor inigualable y mas cariñoso que nunca, el departamento era muy grande y lindo, la sala era color chocolate y era coronada por una pantalla plana de 72 pulgadas, un teatro en casa y varias consolas de videojuegos.

- Me gustaría ver una película - comento Samantha acomodándose en el sillón

- No hermosa, eso es para los amigos, tengo algo mejor pensado para nosotros - la tomo de la mano y a regañadientes la llevo hasta la alcoba.

- No, Carlos, no estoy lista

- Solo vamos a jugar un poco, no voy a llegar mas lejos de lo que tu quiera

"Esas palabra ya me las se, las he usado muchas veces" - pensó Samantha - ¿Al menos tienes protección? - respondió suspirando y sabiéndose derrotada.

- ¿eres una puta o porque me pides eso?

- No, es solo que no me quiero embarazar

- Eres mi prometida, ya casi mi esposa así que pórtate bien y hazme feliz

- Aun no nos casamos, ¿Qué dirá mi abuela?

- ¡por favor! ¿crees que no se quien es tu madre? Basta de farsas, mi abuela te compro para que me hagas feliz y una bastarda como tu tiene suerte de que haya aceptado casarme así que deja de fingir y comienza a cooperar - la arrojo a la cama, Samantha no dijo más y lo dejo hacer, tratando de disfrutar el momento, era un hombre joven, muy atractivo, seria pronto su esposo, pero... solo fue dolor.

Cuando Carlos termino le pregunto si quería comer algo, Samantha sonrió ligeramente y negó con la cabeza.

- No te portes así y no me digas que no te gusto

- Claro que me gusto cariño, es solo que fue mi primera vez y me siento un poco abrumada

- Ja,ja,ja casi te creo que eras virgen, sino vas a comer ya vete que mañana tengo cosas que hacer

- ¿Puedo esperar aquí mientras llega el Uber?

- ¡Claro que si princesa! - la beso y luego se fue a la cocina, saco unas papas y se sentó a jugar en la sala, cuando Samantha se marcho ni volvió la mirada solo le dijo adiós con la mano y siguió con su juego.

Así se componía su nueva vida, estudiar, trabajar y salir con Carlos, mientras trataba de soportar a Lidia, pero todo valía la pena por todo el cariño de su abuela y su padre, a veces se sentía culpable de como se aprovechaba de Mirna pero cada vez de Lida le hacia algo no podía contenerse.

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2023 ⏰

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