Ladridos

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- Vaya, por fin llego - musito en voz alta y todo despectivo Angelica

- Disculpe - sonrió Samantha -me perdí un poquito

- Que inútil - volvió a decir Angelica mientras los niños se reían por lo bajo ante la severa mirada de su madre - como se ve que nadie te educo

-mama basta - intervino Román

- No, de hecho tiene razón - Samantha tomo asiento - Paula no me educo ni me enseño algo útil en la vida, se que soy mayor, pero no soy tonta, si alguna de ustedes me hiciera favor de darme un poco de su tiempo prometo esforzarme y aprender lo suficiente para no avergonzarlos, además como son vacaciones de verano seria una gran oportunidad para mi.

Todos comenzaron a comer mientras Angelica sonreía y movía la cabeza, aunque todos estaban en silencio era notorio que había batallas en cada uno hasta que finalmente Angelica rompió el silencio.

- Sabes leer supongo

- Si señora

- Encuentra la biblioteca y lee el libro: El libro de etiqueta de las damas, memoriza todo lo que dice, a las 6 me gusta tejer si quieres aprender y los sábados voy al club con mis amigas para que puedas practicar, ellas me perdonaran tus idioteces y te corregirán.

- Muchas gracias señora Angelica - respondió Samantha con una sonrisa mientras pensaba: la idiota eres tu y todo lo que aprenderé es como manipularte.

- Mirna también debería practicar su costura y pasar mas tiempo con su abuela - Angelica sonrió y beso la frente de su nieta que estaba a su costado.

- Por supuesto que pasar tiempo con mi princesa será un placer, así puedo pasar el trago amargo con facilidad.

El resto de las conversaciones fueron vánales, la comida termino rápido, Samantha encontró la biblioteca y el libro rápidamente y acudió con el bajo el brazo a las 6 a la sala para aprender tejido con su abuela.  Mirna también estaba ahí y tejía con facilidad, riendo discretamente cada vez que la abuela regañaba a Samantha por no saber o por equivocar algún punto, pero los días las hacia comenzar a entrar en confianza, para el viernes la abuela ya llamaba a Samantha por su nombre y entre las dos nietas comenzaban los guiños de complicidad.

Llegado el sábado Angelica llevo a Samantha al club después de enviarla a cambiarse 3 veces, ofenderse por toda la ropa horrible que tenia y resignarse a llevarla en las condiciones que estaba, aprovecho la tienda del club que les quedo de paso para comprarle un suéter decente y finalmente llego renegando de la hora a una sala donde al menos 10 ancianas las esperaban.

- Lamento la tardanza -  se disculpo cayendo sobre una silla y tomando un poco del te que le ofrecían - siéntate en la esquina y no hables - ordeno a Samantha quien obedeció en silencio.

- ¿Quién es esta niña tan linda? - pregunto una mujer

- Es la bastarda de mi hijo Román, la tuvo cuando era muy joven, la de la tipa... Paula

- Te dije que esa mujer no le convenía

- Lo se, siempre lo supe, pero los hombres se dejan llevar por unos lindos ojos, ya sabes

- ¿ojos? eso es lo menos que los hombres ven - todas rieron

- Pero esta muy linda y pequeñita - dijo uno acercándose y examinando a Samantha con detenimiento - ¿Qué edad tienes?

- 17 años - respondió Samantha con una pequeña reverencia y miro a su abuela quien asintió aprobando su respuesta.

- Tengo un nieto que ya esta en edad de formalizar, creo que esta niña le gustaría.

- No olvides quien fue la madre y que es solo una bastarda - respondió Angelica - si eso no te importa no solo no me opongo sino que te agradecería mucho.

- Dime nena ¿Qué tanto te daño tu madre? - Samantha la miro sin comprender - que si aun eres pura, si no te han tocado los hombres - varias rieron y Angelica mostro su enfado pero miro con atención la respuesta.

- Soy virgen y no tengo experiencia con los hombres - dijo en voz baja y ocultando su rostro - me dedique a mis estudios y me gradué de preparatoria con 9.5 de calificación y me gustaría terminar una carrera profesional, justo quiero ser todo lo opuesto a Paula.

- ¡Bravo! -  gritaron de gusto todas y la sentaron en el centro de la sala conversándole sobre diferentes temas a los que respondió con gran encanto, tanto que al final del día ya era la nieta de Angelica y había recibido al menos tres peticiones para salir con sus nietos.

Al llegar a la casa ya se hallaba la familia reunida y algo preocupados por la tardanza, pero para sorpresa de todos Angelica y Samantha regresaron riendo y tomadas de la mano.

- Veo que se llevan muy bien - comento Lidia

- Solo una cosa hizo bien Paula, no estar en la vida de su hija - respondió Angelica - es una chica encantadora, la podremos casar con una buena familia

- Mama, eso ya no se usa - respondió Román

- Pues mi nieta hará lo que yo le diga, ¿verdad?

- Claro que si, confió en que tomaran la mejor decisión para mi - sonrió Samantha

- Ven a mi estudio mientras terminan de preparar todo para la cena.

Samantha asintió y antes de retirarse se acerco a Lidia y lanzo un pequeño ladrido, le guiño el ojo a Mirna y siguió a su padre.

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