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En el mundo del arte, si no lo eres todo, no eres nada. Nunca puede haber un intermedio cuando se trata de la fama o el prestigio. Nadie nunca habla de los que fracasan o los que casi logran triunfar. ¡Ambos son fracasos! Si tu historia no conmueve o no moriste en el camino a la gloria, no eres nadie.

Entonces, ¿de qué sirvió tu esfuerzo?

No hay intermedios entre la genialidad y la mediocridad... así que si Wei Ying no es bueno, entonces es otro director más del montón que no pudo posar junto a los grandes. Tenía que trabajar duro para no ser un mediocre.

En su proyecto más reciente pasaba las noches trabajando, descansaba cuando podía en el día, igual tratando se hacer lo mejor por XiChen y sus hijos, tratando arrastrar todo el estrés, y lo irritado que se sentía sin un buen descanso, devuelta hacia el fondo de su pecho. ¿Qué culpa tenía su familia de que le aterrara que saliera mal este proyecto? Quería tanto ser la mejor versión de si mismo en todos lados que terminaba agotado al final del día.

Ayudaba a MeiMei con sus tareas si XiChen no podía. Igual XiChen se ofrecía a ayudar pero Wei Ying no se lo permitía. Era tiempo de calidad con los niños, ¿cómo podía decirle que no a su hija?; también escuchaba las prácticas nocturnas de ShiZui, que cada vez se volvía tan buen músico como Lan Zhan, su modelo a seguir; dedicaba cortos periodos entre descansos para jugar con JingYi y ver caricaturas con los tres.

Lan Zhan le mandó un mensaje una tarde en la que estaba con MeiMei mientras XiChen le daba un baño a JingYi. Revisó de forma vaga la notificación, viendo una monótona y sencilla pedida de auxilio como lo puede ser un necesito ayuda. Lan Zhan nunca ha necesitado mucho para darse a entender con Wei Ying. No necesitaba ver signos de exclamación ni stickers para saber que era urgente. Así que dejó a los tres niños a cargo de su esposo y corrió tan rápido como pudo al edificio donde viven Lan Zhan y Wen Qing. La puerta estaba sin seguro cuando llegó y el llanto de un bebé se escuchaba hasta afuera. Wei Ying vio a un par de vecinas lanzar una negativa, murmurando algo sobre los padres primerizos que no saben callar a sus hijos. Wei Ying no tenía tiempo para discutir con ellas, así que entró rápidamente encontrándose a Lan WangJi caminando por la sala de estar, meciendo a su hija en sus brazos casi a punto de echarse a llorar con ella.

"Realmente no me esperaba esto cuando me dijiste que necesitabas ayuda" comentó Wei Ying.

Parecía que él tampoco había dormido bien últimamente. Lan WangJi acababa de convertirse en padre por primera vez de una niña encantadora, Lan Yi, nombrada en honor a la abuela de los hermanos Lan, la madre de Qingheng-Jun y Lan QiRen.

"Pensé que Wen Qing tenía permiso."

Cuando A-Yuan nació, XiChen y él no tuvieron permisos de paternidad para dedicarse a su bebé y a descansar. Wei Ying trabajó desde casa en pequeños trabajos cada que podía y Xichen, que irónicamente es su propio jefe no pudo darse la libertad de tener un permiso de paternidad con una firma de abogados recién en ascenso. Así que requirieron de mucha paciencia y ayuda de sus amigos y familiares. Por eso es que sus hijos son bastante bien conocidos en sus trabajos, de tantas veces que los llevaban habían juguetes o mantas en sus áreas de trabajo. Lan Yuan llegó a tener un corral dentro del estudio de Wei Ying.

Sin embargo, Wen Qing trabaja en un hospital y Lan WangJi siempre ha podido trabajar desde casa; le dieron cuatro meses a Wen Qing de permiso de maternidad y ambos padres parecían haber estado bastante bien por su cuenta. Hasta ahora, eso parece.

"Ya se terminó."

Oh.

Wei Ying no podía creer lo rápido que había huido de casa para ir con Lan Zhan, alejándose de las tareas de matemáticas y de los pañales sucios por un rato, para ir a ver a su mejor amigo en plena crisis por su reciente paternidad. Dejó tres niños y un marido en casa por un mejor amigo y su sobrina en cólera. No sabía si sentirse culpable por huir un rato o reírse por haber llegado a calmar a otro bebé que ni era suyo.

El Amor Es Física, El Matrimonio Química|XiXian|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora