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〘🂡〙era un día normal en Shibuya, para muchos era felicidad y para otros como Akira era estrés ¿por qué estaba en esa situación? Estaba hablando con sus amigos,Los integrantes de The Kings of Hearts. Todos estaban molestos por una cosa, su jefe le estaba exigiendo tener al menos cinco Come Back en el año y muchos de ellos estaban en sus queridas vacaciones pero ahora los tenía en una sala a todos quienes chateaban en sus celulares , mientras el muchacho de hebras cafés se levantó de su asiento.
—¿a dónde vas...?- pregunto uno de los más pequeños del grupo, Minnie, era un chico de quince años que tenía mucho talento como vocal, Akira solo le sonrió amablemente para acariciar le el cabello y dirigirse a la puerta del piso.
—solo voy al baño, Minnie, no te preocupes, el jefe ya llegara- dijo para cerrar la puerta tras el , empezó a escuchar un gran disturbio afuera del edificio así que se acercó a la ventana dándose cuenta de que tres chicos estaban haciendo tonterias en pleno paso peatonal, estaba totalmente ¿decepcionado? Tal vez pero le daba gracia la situación.
Al entrar al baño , vio que había unos chicos de otros grupos ya que estaban en la empresa ahora mismo, así que saludo a los chicos y fue a entrar a uno de los cubículos. Mientras estaba apuntó de salir del cubículo se apagaron las luces de pronto , solo pensó que era una mala broma que le estaban haciendo los demás integrantes, solo pensó en salir de ahí y regañarlos o reírse con ellos así que salió lo más despacio posible y espero que lo asustaran o algo pero al no ver a nadie se asustó , empezó a buscar a los demás no había nadie en todo el edificio y eso que era una compañia muy famosa y con mucha gente.
—¿hola?- dijo mientras llegaba al primer piso de la compañia claro hasta que escucho un chillido de un lugar así que fue a ver.
Encontrándose con su querida Sakura, su mánager de confianza, se sintió aliviado de que alguien estaba ahí con el y no estaba solo.
Estaban viendo todo Shibuya desolado haciendo que una paz en Akira lo inunde y a Sakura la desesperación hasta que se encontraron con los tres tontos de la peatonal.
