La Scaloneta era la mejor carniceria del mundo y nadie dudaba de eso. De lo que si podrían dudar es de la eficacia de algunos trabajadores del lugar lo cual los había llevado a tener algún que otro pequeño problema. Quizás unos papeles mezclados, letras que parecen de doctor y distintos apodos asignados a los mismos clientes eran moneda corriente. Por suerte para los empleados y los mismos clientes no había nada que con un descuento en el local no se solucionara.
Era un lugar en el que jamás había paz. El trabajo era constante, por suerte, casi todo el año. La cantidad de ventas eran equivalentes a la cantidad de chismes y amistades que esa anteesquina había formado. Si bien solía haber un movimiento mucho más notorio en fechas especiales este año en las fiestas de diciembre hubo un desorden muy particular. Los pedidos eran demasiados, incluso para ellos que solían manejar cantidades industriales de carne. A pesar de haber traído refuerzos estaban desbordados por la cantidad de gente que se había acercado.
Las tareas solían estar acordadas no sólo con los jefes sino también entre los compañeros. Algunos preferían la paz del frigorífico y otros las charlas eternas de mostrador. Aunque también solían tener en cuenta las capacidades de cada uno para tener una mejor administración a nivel general. Esto hacía que no fuera muy bien recibido el hecho de cambiar tareas sobre la marcha.
──Pero la puta madre, ¿vos me estas jodiendo? ──Lisandro le gritó a Lautaro que no paraba de decirle que tome algún pedido con su teléfono. ──¿No ves que hace una hora estoy depostando? Salí del frigorífico para traer cortes nada más, no me puedo poner con el telefonito ahora. Decile a Paulo que se la pasa pelotudeando en Tiktok, o llamen a Ori que seguro se copa con eso.
──Paulo está haciendo las publicidades y subiendo las promociones, Ori va a venir mas tarde, no puede ahora. ──Explicó con cansancio. ──No te cuesta nada boludo, ahí Ota estuvo anotando números con pedidos a acordar por teléfono, agarras y confirmas. Listo, todos estamos haciendo todo, Licha, dale.──Lautaro le revoleó una libreta con números que parecían escritos por la hija del propio Toro, que tenía tan solo 2 años.
──Esto no se entiende una chota. ──volvió a mirar el papel, tratando de descifrar los números. Era como leer algo escrito en árabe.
──Dale Licha, tampoco estan tan mal. ──se rió sabiendo que mentía. ──Mandale que después hay que seguir preparando cortes para la tarde.
──Lo voy a hacer, Toro, pero con la peor de las ondas. Único aviso.
Lisandro se lavó las manos y posteriormente agarró una lapicera, su teléfono, la libreta donde se encontraban los números anotados y se fue al cuartito que estaba atras de la sala de ventas. Afortunadamente no parecían ser muchos y la mayoría eran apodos de personas que el conocía. Un ejemplo era Tita, que le pedía un peceto junto con dos lenguas y también estaba Checho, que quería tres matambres y una colita de cuadril.
Después de hablar, acordar y confirmar los pedidos con todos se dio cuenta de que nunca volteó la hoja y allí había un último pedido. El Chiqui Tapia, cliente de toda la vida y vecino de la cuadra, estaba pidiendo un gancho de chorizos bombón, además de morcillas y otras achuras. No pudo evitar que surgieran las ganas de boludearlo como hacía cada vez que lo veía en el local así que le escribió sabiendo que seguramente le respondería posterior al cierre de la panadería donde trabajaba.
Chiqui Tapia
+54 11 1812 2022Hola goloso
Cuantos chorizos queres?Al ver la doble tilde gris no pudo evitar reírse, le encantaría ver el rostro del hombre al momento de leer el mensaje.
──¿De qué te reís, carni? ──preguntó Nicolas que apenas asomaba la cara por la puerta.
──De la cara que va a poner el Chiqui cuando vea mi mensaje. ──respondió entre risas.
──¿Qué le mandaste? Algo de los chorizos, seguro. ──le dijo mientras se reía. ──Cómo te conozco chabón, se va a cagar de risa.
──Buenas, buenas. ──la voz de una mujer conocida se hizo presente. ──¿Dónde está mi carnicero favorito?
──Celia de mi vida, ¿cómo va, ma? ──Lisandro salió para saludar y atender a una de sus clientas favoritas. Dejó todo en la mesita de atrás, incluso su celular que tenia un mensaje de respuesta del "Chiqui Tapia".
Chiqui Tapia
+54 11 1812 2022Mira flaco, si esto es por Grindr, paso. Creí que ya había borrado mi perfil.
Y si no es por eso y sos chistoso, te voy a cagar a piñas.────────
Estaba aburrida y bueno, cosas que pasan.
Los capítulos van a ser así de cortos, no creo extenderme mucho más. Lo hago con el fin de entretener, no es una tesis. Ríanse (:publicado el 28/1/23
republicado el 3/9/23
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carnicero | ( cutilicha )
FanfictionCARNICERO | Un descuido de Nicolas que pudo haber terminado a los bifes terminó de la mejor manera. Esas cosas del destino que se sienten como flechazos, los extraños brazos que abrigan como el calor del hogar que se tuvo toda la vida o aquel que fa...