No podía hablar,
las únicas palabras que salían de mi boca eran:
"No puedo más, me voy a rendir, no quiero seguir".
Lo lacerante de sentir esa sensación tan desgarradora
es concebir que la humanidad sostiene con firmeza su razonamiento de que
solamente es un símbolo para llamar la atención,
cuando realmente es un grito desesperado de ayuda,
una forma desesperada de exponer que ya no puede más con lo que está viviendo,
Que no encuentra salida a su sufrimiento.
Grito pidiendo ayuda desesperadamente
porque dentro de mi alma rota y descompuesta,
no quiero irme, quiero una felicidad
y la pido con impaciencia al acabarse mi fuerza.
Sara Granda.
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Querida salud mental...
PoesíaDISPONIBLE EN AMAZON Prosa poética. Nunca me he sentido comprendida. Siempre he sido una chica intensa para todo, lo que me ha llevado a grandes problemas como el desamor, depresión, ansiedad, tca, relaciones tóxicas o una gran falta de amor propio...
