Durante 30 minutos Dina y Cerrón estuvieron en total silencio. Vladimir no se movió de su lugar frente a la ventana, La señora Boluarte, en cambio, fue a sentarse en uno de los sillones que rodean la mesa de vidrio; en la mesa hay una botella de vino a casi terminar, junto al mismo el vaso con el cual, horas antes, Dina se embriagaba para olvidar los problemas. Los hielos que flotan el la parte superior le hizo recordar al infernal calor de los pueblos nativos, a donde iban para la campaña política; esos momentos donde se sentía feliz y segura, momentos donde el estaba para apoyarla.
----------------o------------------
Era la primera vez que Dina iba a un lugar tan poco desarrollado como aquel pueblo, no bastaban bloqueadores ni gorros para evitar el calor al cual se exponían; a pesar de que todos en el partido eran de pueblos humildes, tampoco podían aguantar, y muchos desistieron a mitad de camino. Pero hubo uno que jamás volteo para verlos.
La primera vez que lo vio no causo mucha impresión en ella, pero el líder tenia fe en el, así que se vio obligada ha aceptarlo. No tardaron mucho en darle un aspecto a ese sujeto, y el no tardo en ganarse el cariño del publico, muchos del partido -incluyéndola a ella, claro esta- se sintieron muy celosos al notar como el publico pensaba que el partido solo se trataba de él. Dina empezó a ser más cercana con este nuevo "Mesías" -como muchos pobladores lo veían-, allí ella comprendió el porque Vladimir lo había elegido.
En la cima de la cola que se dirigía hacia el pueblo estaba el, su silueta desde esa perspectiva era imponente, su sombrero de paja elegante que se lo regalo el líder era lo que mas destacaba en el -Dina seguía sin entender porque le era tan leal a una persona como Cerrón-. Una vez llegados a la cima, Castillo se detuvo a contemplar el pueblo, seguía sin mirar hacia los demás cuando hablo con cierta melancolía y agotamiento.
- Y pensar que si ellos se llegaran a rebelar solo dirían "Esta bien que le metan bala" -Pedro se veía tan bien en esa pose de líder, agotado, con empatía y sinceridad en sus ojos, pero Dina sabia la verdad, el no tenia la mas mínima idea de como gobernar el pais. Ella tranquilamente podría enseñarle un poco mas al respecto, pero le caía demasiado mal ese sujeto.
- Si bueno... -las piernas le dolían demasiado, aun así, cuando vio la mano de Pedro extendida ofreciendo ayuda, se reincorporo y siguió caminando hacia el- para eso estamos nosotros, verdad? Debemos de evitar que eso pase.
----------------o------------------
- Dina... -estaba tan absorta en sus pensamiento que no se dio cuenta cuando Cerrón se acomodo en el sillón presidencial- ¿En que piensas?
A pesar de lo mucho que odiaba ver a Vladimir sentado allí, calmo sus furias y rabias para responderle a su antiguo líder, y el verdadero causante de todo el caos.
- ...en el amor -sus ojos miraban a Cerrón, pero en su menta aun estaba la imagen de aquel hombre, de su hombre, Pedro Castillo.
ESTÁS LEYENDO
Un Amor Anárquico
FanfictionPedro Castillo busca huir de prisión, Dina Boluarte reflexiona sobre sus pesares. Todo bajo el estallido de la guerra civil peruana. ¿Amor? ¿Locura? ¿Destrucción? ¿Cómo terminara nuestra fumada historia?