Dina estaba sentada tranquilamente en su silla, reflexionando, pensando, lamentando; cuando, de repente es interrumpida por un grupo de congresistas liderados por Vladimir -"vaya sorpresa" pensó sarcásticamente- Los muchachos tenían caras serias, algunos incluso traían los lapiceros agarrados como si fueran dagas.
- Oe, Dina, ya déjate de webadas pe -Cerrón dejo unos papeles con un lapicero en su mesa- Es hora de liberar a los milicos, ya están que quieren entrar esos conchasumares -
- ¿Es en serio? ¿Ahora me pides esto? Donde quedaron nuestros ideales políticos, las promesas que les hicimos a ellos... ¿Acaso se te olvida las sonrisas que causábamos tan solo con su presencia? -
- Putamare, no es tiempo de cojudeces Dina. Hay que pensar, ser mas inteligentes que ellos, muchos limeños nos apoya, usemos eso para limpiar nuestra imagen, además así también...
- ¡NO! Acaso no me escuchaste, no permitiré que esto siga creciendo. Ya no quiero nada de esta mierda, estoy harta de las criticas, las burlas y de todo este país porque... porque... - Dina sabia que si terminaba su frase seria el fin para ella, el silencio le dolió mas que sus propios llantos.
- Déjenme a solas con ella... - Cerrón tenia ojos llenos de furia, pero no los iba a mostrar a cualquiera.
- Vladimir, te recuerdo que es de crucial necesidad esa firma en menos de 20 minutos porque... -el congresista es interrumpido por el mismo Cerrón.
- Si, si, si, carajo. Ya lo se, váyanse de acá, yo lo resuelvo. -
Ambos se quedaron solos en la habitación, Cerrón se quito el saco, todo su traje le pesaba; hace más de un mes que cargaba con todas las webadas del país. Vladimir empieza a caminar al rededor de Dina, observando su imagen, ya casi no reconocía aquella mujer simple y luchadora de la que se había enamorado alguna vez. Poco a poco Cerrón se acerca a Dina quien, claramente, esta incomoda por el abrupto acercamiento de su colega.
- ¿Sabes que es lo que te conviene, cierto? -Vladimir intenta tocar su delicada cabellera, pero la propia mano de Dina lo impide
- No me toques -la señora Boluarte aparta con rabia la mano de Cerrón.
Pocos segundos fueron los que se llenaron de silencio antes que Vladimir la tomara del cuello por la fuerza y empezara a llevarla hasta el gran ventanal. Dina trató de poner resistencia, pero resultó inútil, una vez allí Cerrón la empujo contra el resistente vidrio -sin quitar las manos de su cuello, claramente-.
- Que no se te olvide quien carajos soy ¿Acaso quieres volver a esa vida de mierda que tenias antes de mi? ¿Ah? -Dina podía oír el crujir del vidrio, Cerrón empujaba y apretaba el cuello con mas fuerza cada vez- ¡RESPÓNDEME CARAJO!'
- S... Si, lo recuerdo -unos segundos más y la presidenta se hubiera desmayado.
Vladimir la soltó y dejo que se aleje de el, se quedo observando a la muchedumbre acumulada fuera del lugar, los policías combatiéndolos, y el caos gobernando las calles.
- En el fondo sabes que es la única salida -Vladimir se cruzó de brazos sin siquiera mirar a la mujer
- ¿Qué haría él? -susurró para si misma la presidenta.
Finalmente el permiso fue firmado, los guardias entraron y se llevaron los papeles, Dina observó con miedo a su colega de trabajo, parado en lo alto, viendo como el pueblo se caía a pedazos.
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Un Amor Anárquico
FanfictionPedro Castillo busca huir de prisión, Dina Boluarte reflexiona sobre sus pesares. Todo bajo el estallido de la guerra civil peruana. ¿Amor? ¿Locura? ¿Destrucción? ¿Cómo terminara nuestra fumada historia?