Used to ~Jb~

Parte 39

Una semana después

"No sé si puedo hacer esto" comentó Ashley, sintiendo unas repentinas ganas de vomitar. Tenía el estómago del revés.

Syra aparcó el coche en una esquina del parking del instituto y se giró para mirar a su joven amiga, quien parecía aterrada.

Iba a volver a clase tras casi dos semanas de ausencia. A Ashley le habría gustado decir que volvía por decisión propia, pero lo cierto es que Syra la había acabado medio obligando.

"Claro que puedes, Ashley. Tienes que empezar a hacer vida normal si quieres recuperarte"

"¿Y si le veo? No puedo hacerlo, Syra. N-no podré estar allí sabiendo que él puede estar en cualquier sitio" negó con la cabeza, hundiéndose en el asiento.

"Ash, si hace falta, te llevaré arrastrada hasta la puerta del instituto, pero no puedes seguir evitándole así. No te vas a morir si le ves, ¿vale?" le dijo Syra, apoyándole una mano en la rodilla.

Ashley se mordió el labio. La irlandesa supo que ella estaba a punto de echarse a llorar.

"Mira, vamos a hacer una cosa. Vas a entrar ahí y vas a ir a tu primera clase. Si ves que realmente te encuentras mal, avísame y vendré a por ti, ¿vale? Pero tienes que prometerme que vas a intentarlo"

Ashley suspiró, sabiendo que su amiga no iba a ceder en eso.

"Está bien..."

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El timbre que anunciaba el fin de la primera clase sonó, aunque Justin apenas lo escuchó. Apenas había escuchado nada en aquella clase de física.

Era su tercer día yendo a clase tras haber estado más de una semana sin poder casi moverse ni salir de la cama. Ni siquiera sabía cómo se las había arreglado para sacar las fuerzas necesarias para ir a clases.

Salió al pasillo, dejándose arrastrar por la marea de gente que se empujaban unos a otros por el pasillo. Bajó las escaleras hacia el aula de Biología.

El ruido del resto de alumnos hablando y chillando le resultaba ensordecedor. La cantidad de personas que había en aquel pasillo le abrumaba, hacía que le costara respirar.

Se hizo paso hasta entrar en aquella clase, sin mirar a nadie a la cara. Su profesor, Marcos, uno de los pocos profesores que había cruzado palabras con Justin alguna vez, miró al muchacho con preocupación.

Justin estaba pálido, con los ojos enrojecidos, unas ojeras oscuras se acumulaban bajo unos ojos que habían perdido cualquier rastro de sentimientos. Justin había tratado de taparse todo el cuerpo, pero aun así, era imposible no darse cuenta de que estaba muy delgado.

"¿Todo bien, Justin?" le preguntó el hombre, aprovechando que no había nadie más en clase.

Él se dejó caer en la silla, a dos filas de la pizarra, como siempre. Miró al hombre, y tan sólo fue capaz de asentir con los labios apretados.

Comenzaron a llegar más alumnos, por lo que el profesor se vio obligado a comenzar la clase, sin despegar los ojos del muchacho. Justin sacó una hoja y un bolígrafo negro, copió el título del nuevo temario.

Le temblaba la mano.

Su cuerpo entero se tensó cuando oyó unos pasos por el pasillo que se detuvieron a la altura de la puerta del aula. El corazón le dio un vuelco.

Supo que era ella. Incluso antes de girarse para mirarla.

"L-lo siento por llegar tarde, yo..." se disculpó Ashley con el profesor. Calló de inmediato cuando vio que el señor Marcos no era el único que la escuchaba.