I'm so sorry

13 2 1
                                    

Creo que este comienzo tan sarcástico no es necesario, pero supongo que me gusta el drama, no lo siento, simplemente soy mala para los títulos.
No busco que nadie lo entienda, es más, esto va a ser caótico, tan caótico como pueden llegar a serlo mis pensamientos pero, señores, esto es solamente una premisa.

Mi cabeza es como un sucio desván, demasiadas cosas, demasiada mierda; las cosas aparecen sin que las busques y no sabes donde guardarlas ya que están mezcladas. Tu puedes decir, "coño, pues ordénalas y listo.", seguramente tengas razón, debería hacer eso, pero dime como encierro bajo llave 15 años de mi vida, como hago que ciertas cosas no evoquen ciertos recuerdos que nunca se entierran del todo. Si tienes la respuesta, adelante, te escucho. Pero he de advertirte algo, deberías darte prisa, porque a las 12 los perros del infierno vendrán a por mi.

Ahora es cuando me dices que estoy loca, efectivamente, no estoy muy bien de la cabeza, pero te diré algo, no es la locura que te esperas. Te esperas que sufra un brote psicótico o que vea u oiga cosas, estimado lector, si esperas eso entonces el loco eres tú.

Ahora mismo mis vocablos no describen exactamente la realidad, no, no va a venir Cerbero a llevarme al infierno, por mucho que a veces lo desee, simplemente es una metáfora, algo que embellece y da énfasis a mi mensaje, ¿Qué cuál es mi mensaje? Si realmente no lo sabes es que no comprendes lo que estás leyendo. Mala mía, supongo.

Comenzaré a divagar un poco, soy una puta inconformista, no me conformo con mi patética existencia, no me resigno, no la acepto, no la asumo. No puedo hacerlo. "Tonterías", ¿Eso crees? ¿Sugieres que tú lo harías? Si es así, por favor, explícame como lo harías, de verdad, necesito saberlo. Necesito saber cómo se hace porque yo no sé hacerlo. No te quieren tus padres, no me resigno. No encajo en ningún sitio, no me resigno. No puedo mirarme al espejo, no lo asumo.
Querido lector, bien es cierto que mi casi inexistente autoestima nunca ha estado bien, no tengo ningún recuerdo, por ínfimo que sea, de una sensación de bienestar conmigo misma. Mi autoestima siempre ha pendido de un hilo, y creo que ese hilillo se ha roto. Veo mi cuerpo y solo siento asco, decepción, rabia, lástima. Se me ocurren más sensaciones, pero la lista es bastante larga y no vale la pena expresarla del todo, con cuatro bastará. Y todo eso cada vez que lo veo, intento verlo lo menos posible, pero a veces simplemente es imposible evitarlo, sobretodo cuando es un envoltorio que te acompaña a todos lados, y porque existen los espejos, simple y llanamente, lo odio, no lo soporto, me causa tal repulsión que veo que nunca voy a ser capaz de desnudarme delante de alguien.

No es solo eso, nunca ha sido solo eso. ¿Qué pasa si no te asusta que la muerte no te asuste? ¿Alguna vez te imaginaste en tu propio funeral? Yo si, sin nadie que se despida, sin nadie que llore, simplemente... sin nadie. Y en ese momento, querido lector, yo sí lloré. Porque realmente mi vida está tan vacía que ese final podría ser real, también me di cuenta de que no quería que fuese así. Ay, lector, mi querido lector, ¿Te perturban mis enfermizos pensamientos? Créeme, los he tenido peores. Ciertamente tienes razón en algo, no estoy siendo completamente clara, no sabes cual va a ser la conclusión, no sabes a dónde quiero llegar, quizá puedes intuirlo, pero no saberlo. Debería ser más franca, pero pienso que todos deberían tener algo de paz mental y yo no voy a ser la que te quite la tuya.

Estoy a punto de irme y no volver, siento que me evaporo, que mi esencia se diluye, ya no soy yo, dejé de serlo hace mucho, o quizá nunca fui y ahora estoy empezando a ser. ¿La gente me conoce? ¿Alguien se habrá molestado en conocerme alguna vez? Estoy vacía, estoy arruinada desde el día en que nací. No lo entiendo, soy buena, o por lo menos intento serlo, pero te contaré un secreto, los buenos no ganan siempre. Yo soy prueba de ello.

Lector, tengo que hacerte una revelación. No sé quien eres ni tampoco me interesa, ¿Sabes porqué? Porque ya es demasiado tarde para mi, no tengo salvación. Ya entendí que la vida no es justa, nunca lo es, me ha tocado entenderlo desde que estaba en infantil, y como esa es otra de las cosas que no acepto solo hay dos opciones, sufrir o dejar de hacerlo. ¿La verdad? Estoy cansada, no me quedan fuerzas. Soy como un niño en un desierto, deshidratado, sin fuerzas, sin ganas, solo. Me he cansado de afrontar las cosas, porque paso una y me llegan tres más, no soy de hierro, y aunque lo fuese, el hierro también se derrite. El torrente de cosas me arrastra, me dejo llevar, no me queda nada, me tapa, me asfixia, me mata.

Ahora, mi querido lector, ha llegado la hora de que sepas el motivo de esta carta, de que entiendas porqué estás leyendo esto. La respuesta es muy simple, si estás leyendo esto es que estoy muerta, elegí dejar de sufrir. La evidencia de mis palabras es mi cuerpo inerte al lado de ellas, sin un pulso latente que te lleve a intentar salvarme, solamente un cuerpo que trasladar a la morgue y quizá hacerle una autopsia. Te lo pondré fácil, 24 pastillas de Mirtazapina, 20 de Sertralina y 10 de Tranxilium, un total de 54 pastillas, una dosis tan letal que hubiese sido imposible salvarme de ella, como puede ver, he hecho los deberes.

Espero que las manchas de lágrimas no le dificulten la lectura, no he podido evitarlo, he imaginado un funeral mediocre sin que nadie asista y la primera lágrima ha dado paso a las demás. Antes de que usted, mi querido lector, se sienta decepcionado también, he de informarle que lo intenté, se lo juro, lo intenté. Pedí ayuda, fui a psicólogos, psiquiatras, tomé pastillas, grité, lloré, pero adivine usted, nada funcionó. En los informes escolares informan sobre una chica demasiado introvertida pero brillante, con severos problemas para relacionarse pero excelentes resultados académicos, para los demás pesaron más las notas. "Niña, lo importante son las notas, no necesitas amigos." "Los psicólogos son tonterías, céntrate en tus estudios y deja de decir gilipolleces."

Quizá el problema no fue la ayuda, quizá es que la recibí demasiado tarde. Pero ya es demasiado tarde para esas cavilaciones mi estimado lector, ahora soy otro cuerpo que ocupa la morgue.
Pero no se desanime, esto no es una sólo una tétrica y triste carta de suicidio. Me gustaría pedirle un único y último favor, podría tomárselo como mi último deseo. Investigue mi vida, saque todo a la luz, desentrañe mi pasado y mi mente, yo le ayudaré. Le iré dando pistas, las pistas ya están puestas, no se asuste, mi muy estimado lector, no resucitaré como Lázaro. Se preguntará porque no le cuento simplemente mi vida y mis pensamientos, y sí lo hago, si acepta esta pequeña aventura en el último lugar que tenga que visitar encontrará la última pieza del puzzle y, además, un vídeo mío donde le cuento todo en primera persona y con detalles.

Sé que esto no explica el porqué, voy a ello, quiero que lo vea igual de claro, con pruebas incluidas, como lo veo yo. Yo aporto las nimiedades y la subjetividad, usted las pruebas que lo corroboran. Después de acabar me gustaría que se haga público, que todo el mundo sepa la verdad, mi verdad, y sí, contradigo a Sócrates con la frase anterior, estoy en posesión de la verdad, de la verdad de mi vida. Creo que no vale la pena alargar más esto, le dejaré el primer lugar a donde se tiene que dirigir en caso de aceptar esto. Querido lector, le agradezco que haya leído esto hasta el final, me despido.

Kara Sanders.

El primer lugar donde tiene que ir es el lugar en que nací, en Madrid, España. Seré más concreta, calle Alejandro Sánchez, portal 15, primero A, 28048, Alcobendas, Madrid.
Buena suerte.

Mi Muy Estimado LectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora