28/02/2006

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Llego a Alcobendas relativamente rápido, al no ser mi distrito no me suelo mover por aquí. Toco el timbre del primero A y una señora mayor es quién responde, me abre la puerta de fuera cuando menciono que soy de la policía, entro al edificio.

- Señor agente, ¿Qué necesita?

- Me gustaría hacerle algunas preguntas, si no es mucha molestia, por supuesto.

- Oh, pase, pase.

Entro a su apartamento siguiéndola, es una mujer mayor, diría que de unos setenta años. Pasamos al salón y me indica un sillón para que me siente.

- ¿Quiere un café?

- No, muchas gracias señora...

- Llámeme Valerie.

- Valerie. Si no le importa empezaré con las preguntas por las que venía.

- Claro, empiece usted - se sienta en otro sillón verde musgo -. La edad a una le termina afectando, ¿Sabe? - Asiento - Mis huesos ya no son lo que eran.

- De acuerdo, señora Valerie, ¿Conoció usted a Kara Sanders?

El semblante se le ilumina al instante. La conoció.

- Por supuesto, yo misma la traje a este mundo. La pequeña Kara... fue un parto complicado, un parto francés, ya sabe, de lado. Me enamoré de esa niñita nada más verla. Tenía unos ojazos súper grandes, y el pelito rizado, era hermosa.

- Supo algo más de ella o el trato se quedó ahí?

- No. Años después volvimos a encontrarnos... creo que tendría 10 años, o quizá 13... no lo recuerdo, disculpe. La volví a encontrar en el hospital, ella venía a una revisión y yo vi el nombre en su hoja médica. Esa chiquilla tenía una belleza característica, ¿Sabe? Era blanca, pero tenía el pelo afro y los ojos azules, no es fácil de olvidarla. Empezamos a tener más contacto desde ese momento.

- ¿Porqué?

- Porque ella venía mucho al hospital, y al final terminamos dándonos los teléfonos. ¿Sabe usted? Su madre no me caía bien, no se la merecía.

- ¿Porqué dice eso?

- Oh, si usted supiera... esa mujer era muy extraña, y Kara no era feliz. Siempre con su carita de seria, de triste... pocas veces sonreía. A todo esto, ha venido usted a por la caja, ¿Verdad?

- ¿Qué caja?

- Una que me dio Kara hace un año o así. Me dijo que algún día vendría alguien preguntando por ella, ¿No viene usted por eso?

- Si, si. Perdone, no recordaba la caja. ¿Algún dato más sobre la niña?

- Oh, siento no poder ayudarle más. Quedamos pocas veces y como comprenderá yo ya soy mayor, no estoy mucho en la calle. A veces Kara venía a mi casa a jugar, le gustaba mucho este peluche, ¿Lo ve? El corazón le encantaba.

- Muchas gracias por su atención, Valerie. Si es tan amable de darme la caja...

- Ahora mismo se la traigo - se levanta y se va a un cuarto, poco después sale con una caja mediana azul -. Tome, no pesa mucho.

- Muchas gracias. Hasta luego, señora Valerie.

- Adiós agente... venga a tomar café algún día con Kara, suele ser muy divertido.

No lo sabe.

- Por supuesto, Valerie.

Asiento y me voy lo más rápido que puedo. Esa pobre señora no sabe que Kara está muerta, y yo no se lo he dicho. ¿Qué me está pasando? ¿Y qué demonios hay en la caja?

Llego al coche y dejo la caja en el asiento de copiloto.
No quiero abrirla. No todavía. Arranco el coche y me voy a mi casa. Llego a las 19:30, al final he estado en casa de esa señora una hora y no he sacado nada concluyente. Vale, Kara debía tener problemas de salud si iba tanto al hospital; y al parecer ella era muy seria y su madre muy rara. Sigo en el punto de partida. Cojo la caja que había dejado en el suelo y la subo a la mesa de la cocina. La caja está pintada a mano, ¿Habrá sido Kara? Es de cartón duro y, efectivamente, no pesa nada.

Me replanteo si abrir la caja o no y si debería seguir con esto. Las pistas de Kara son muy ambiguas, ¿Qué quiere que descubra?

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⏰ Última actualización: Feb 12, 2023 ⏰

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