Prólogo

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— ¿Te gusta este lugar? — Pregunto con esa voz que tanto me gustaba, mientras que miraba hacia al frente

— Es muy tranquilo, me da paz estar aquí no lo sé, como si todos mis problemas desaparecieran — Susurré

— Los problemas nunca desaparecen hasta que los afrontes, solo quieres olvidarlos pero tarde o temprano tendrás que enfrentarlos

Agache la mirada mientras pensaba en que responder, aunque esta plática no era la que me interesaba de todo

—¿Ya puedes decirme tu nombre? —Intente de nuevo

— ¿Por qué tanta insistencia con eso? solo disfruta el momento — Se encogió de hombros

— Es injusto, tú sabes muy bien mi nombre, yo debería de saber el tuyo también

— Se está haciendo tarde, nos veremos luego — Se puso de pie para darme una última mirada con esos ojos azules, para después empezar a caminar lejos de mi

— ¿Tarde para que?, ¡No me dejes hablando sola! , solo dime tu nombre...

— Es mejor que no lo sepas, solo...

— Quiero saberlo, no pasará nada si me lo dices

— Nos vemos luego Mena..

Antes que pudiera decir algo más me levante de golpe, ya no me encontraba en aquel lugar donde el viento me despeinaba, ni donde se caía las hojas de los árboles, no estaba en ese lugar donde él se encontraba...

Me encontraba nuevamente en mi habitación blanca con colores pasteles, revisé mi celular que estaba en la mesa de a un lado de mi cama, las 2:30 a.m.

De nuevo había soñado con aquel chico, esto se estaba haciendo costumbre y era algo que me gustaba pero igual me daba un poco de desconfianza

Pero al final de todo solo fue eso, un sueño más...

Desafortunado amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora