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24 de diciembre. cinco horas para Navidad.
Había llegado navidad, 3 meses junto a Leandro, Por Contrato. Habíamos comenzado a desarrollar sentimientos por el otro. Llegaría enero en unas semanas y nuestro contrato finalizaría, el solo pensarlo me hace sentir un nudo en mi panza.
Vi a Leandro entrar a la habitación. -¿A que hora hay que cambiarse? - Me preguntó mientras agarraba unas toallas para luego dirigirse al baño que contenía la habitación.
-Vienen a las nueve, así que ya. - Le dije mientras me levantaba de la cama. El me respondió con un "Ah, bueno" interrumpido por el sonido de la ducha.
Mi pelo ya estaba totalmente seco, me había bañado una hora antes, primero que nada por paja y segundo porque mi pelo tarda en secar. Leandro salió a los diez minutos y junto a él una ola de vapor del baño.
Seguí maquillándome y lo vi acercarse detrás de mi con una sonrisa y la toalla aún en su cintura. Tomó mi mentón y tiró mi cabeza hacia atrás para dejar unos besos sobre mis labios. -Hermosa. - Dijo dándome un último pico y se alejó para terminar de cambiarse. Sonreí para mi misma y finalicé mi maquillaje.
Me puse mi vestido y después de un rato largo la gente comenzó a caer en la casa de Leandro.
Después de atender a la gente me aproximé a Leandro. Me senté a su lado en el sillón soltando un suspiro, el me miró y puso una mano en mi muslo y apretó. -¿Quere' que pongamo' para bailar? - Me preguntó sabiendo la obvia respuesta, sonreí en su dirección y el se levantó. -Ahora traigo los parlantes.
-Gracias, Lean. - Le dije con una sonrisa. Él se alejó desapareciendo por la puerta de el galpón. Salió al ratito con los parlantes, terminó de enchufarlos y me hizo una seña para que me acerque. Eso hice al pararme del sillón.
-¿Que? - Dije al acercarme.
-Vení a trabajar. - Dijo divertido. -Poné música vos, dale. - Saqué mi teléfono y conecté el bluetooth, abrí Spotify y al instante comenzó a sonar "Bombón Asesino" de Los Palmeras. Típico.
La gente comenzó a aplaudir y apagué las luces. Encendiendo las de colores, somos Argentinos pa' ¿Qué esperas?
Leandro se acercó a mi y ne estiro su mano. La tomé gustosa y comenzamos a bailar. Este hombre empezaba a enamorarme cada vez más.
Estuvimos así hasta que faltaban diez minutos. Junto a la mamá de Leandro, si mi suegra trucha, comenzamos a armar la mesa dulce. Mantecol, maní von chocolate, pan dulce. Lo normal.
Terminamos de colocar la sidra en las copas y me dirigí a los parlantes pausando la música y prendiendo la luz recibiendo un buchido como respuesta.
-Faltan tres, no más. - Dije girando sobre mis pies y ellos me siguieron apresurados agarrando las copas de la mesa.
