❝I'll horribly steal your heart and dominate you.❞
Freen, una dura mujer, se ve repentinamente "enamorada" de Becky, una completa desconocida, que le parece inocente y dulce. Pronto Freen descubrirá la razón de su inmediato enamoramiento, o tal vez...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Freen... Freen... ¡Freen despierta ya!"
Dí un salto en la cama, encontrándome con la luz del sol entrando por la ventana que permanecía abierta. Me removí en la cama, sintiendo frío pues seguía descubierta. La sábana se encontraba en el suelo. Me sentía agotada, confundida y ansiosa. No tenía ni idea de la hora.
"¿Qué te ocurre?"
La pregunta de mi compañera y expectadora, de mi seguramente embarazosa situación, se quedó sin respuesta unos segundos. Hasta que sentí como mi respiración era normal y tranquila, volviendo a ser consciente de mí y de lo que me rodeaba.
|I still exist|
"Estoy cansada, solo eso"
Suspiró y fue a mi armario para tomar dos ganchos y lanzarlos a la cama. Estaba molesta por alguna razón, como era usual, y no le quería preguntar qué le sucedía. Si lo hacía probablemente me asesinaría con la mirada, y también me daba igual. Solo quería cerrar los ojos y recordar mi delicioso sueño.
"Levántate ya, tienes una reunión en hora y media. Después puedes agradecerme por salvarte el trasero"
Cómo pude y sin muchas ganas me levanté de la cama, con una sensación distinta en mi cuerpo, estaba hecha trizas, perdida, fuera de mí misma, aún en esa cómoda y helada nube.
|In cold land I woke up from the ashes|
Se acercó a mí y me analizó con su pesada mirada, hizo preguntas con los ojos incomodándome por algunos segundos, rosó mis mejillas con las yemas de sus dedos y sonrió de lado. Un horrible nudo se formó en mi garganta y aparté mi rostro de sus manos.
"¿Qué haces, Nam?"
Bajó la vista al suelo antes de responder con un susurro. Para nada esperaba esas palabras.
"¿Quién es Becky?"
Escuchar ese nombre con su voz sonaba terrible, como si fuese una maldición, algo prohibido. Algo me decía que ella no debía pronunciarlo, y tampoco quería que lo hiciera.
"¿Quién?"
"Te escuché... gemías ese nombre una y otra vez... ¿Es ella la razón?"
Sentí un hueco formarse en mi estómago en el mismo momento que ella habló. Que ella me hubiera escuchado podía significar dos cosas: había hablado mientras dormía y soñaba con la chica de la biblioteca o... ella había estado en mi casa haciendo conmigo lo que quiso.
Obviamente lo primero era lo lógico, pero estaba molesta. Molesta porqué ese maravilloso y sofocante sueño ya no era enteramente mío. Ahora Nam sabía de la presencia de esa mujer en mi vida, y lo odiaba con todo mi ser.
Odiaba que alguien más supiera de esa locura que crecía en mí desde pocas horas atrás, pero no podía odiar lo loca que me estaba volviendo, no a pesar de que esa locura me consumía con lentitud de una forma adictiva y enfermamente divertida.
